En los tiempos que corren es muy duro ser de derechas. He de puntualizar este hecho de facto, puesto que sin comerlo ni beberlo nos han implantado una dictadura ética y moral, supremacista en lo ideológico y acaparadora de lo social. Las instituciones públicas están impregnadas de un simbolismo ideológico en el que o eres de izquierdas, o eres el enemigo. Sin embargo, no debemos empequeñecernos y mucho menos caer en ciertas provocaciones. Y es que mientras la clase política elitista gubernamental farda de una seguridad social inexpugnable (una fortaleza sin ningún tipo de debilidades) es ingresada en clínicas privadas que tanto luchan por nacionalizar, el resto de españoles o ciudadanos de a pie se deben conformar con ver todo de lejos, con vivir detrás de la cortina, esperando su turno. Pero claro, no podemos “aprovechar esta crisis” para dar nuestra opinión, porque la derecha “está siendo muy dura” por las redes, porque somos los fachas de siempre. Facha; calificativo que sirve para despreciar cualquier tipo de movimiento, cualquier tipo de iniciativa que no nazca desde el seno de la izquierda sectaria y empoderada. Porque la guerra sucia no es el camino si no la inicia el PSOE. Lo que resulta deleznable es el hecho de que dicha guerra sucia la comenzara un partido que alentaba a la gente a salir a la calle en aquel inolvidable 8 M, un día imborrable de cara al aumento masivo de contagios, un día que tanto daño ha hecho a la sociedad y que tanto daño ha hecho de cara a la expansión de la pandemia.
Lo que no te cuentan, es que el PSOE ha recortado en la inversión de sanidad pública como el que más. Lo que no te cuentan es que la excelente gestión de la Junta de Andalucía frente a la crisis, ha sucedido en el único momento en el que la gobierna la derecha. La “memoria histórica” con la que se engrandecen, no te hace recordar las exigencias de responsabilización frente a la “crisis sanitaria más grande de la historia de España”, allá por 2014 cuando el ébola aterrizaba en el país. Un virus potencialmente mortal, que solo fue contraído por una persona (criminalizada y expuesta como una incompetente frente a la sociedad). Dicha estigmatización llevó a manifestaciones masivas exigiendo responsabilidades a la derecha. Manifestaciones convocadas a través de sus canales de comunicación (véase la Secta) que parecen haber olvidado con su tan bien entramada “memoria histórica” referido caso. Estos canales de comunicación reciben hoy día ayudas de quince millones de euros. Dinero que podría haber sido invertido en el reparto de test a nivel masivo nacional pero que estimaron sería más útil su inversión a favor de la limpieza de imagen de un gobierno negligente. Un gobierno con información privilegiada por parte de infinidad de organizaciones, que ocultaron desde el inicio de la crisis. Una gestión pésima y condenable por parte de los que creen gobernarnos.
Es curioso que el militante de izquierdas promedio, te dirá que no se podía creer, que era una crisis inevitable y una pandemia a nivel global. Por un lado, es indiscutible el alcance de una pandemia, lo que sí es discutible, es cómo la propaganda sectaria izquierdista se ha apoderado de los medios. Y lo ha hecho de tal manera que han acabado alienando al ciudadano español, llegando a creer fervientemente que esta situación no se habría podido manejar mejor. Además, volviendo a hacer hincapié en como presumen de la sanidad, ¿qué tiene dicho sistema a cambio? Nada. Los sanitarios, desprovistos y con la mayor tasa de infección a nivel global, están luchando una guerra sin balas, han sido mandados al campo de batalla sin arsenal alguno, necesitando de bolsas de basura para protegerse frente a la virulencia del nuevo enemigo silencioso. Para colmo, tienen la indecencia de colocarse medallas, filtrar las preguntas de los medios periodísticos y deshumanizar unas cifras que bien parecen pura estadística, pero nada más lejos de la realidad. Señores, estamos hablando de personas, estamos hablando de víctimas, de vidas humanas arrebatadas por la negligencia de la élite política gubernamental. No es el primer erro cometido inexcusable, y estoy convencido de que tampoco será el último, ni el primero ya que echando la vista atrás podemos atender al escándalo de los ERE, a la reunión de Ábalos con Delcy Rodríguez, a la “supuesta” financiación externa del partido de la coalición…
Dicen que de los errores se aprende, y es algo que debería aplicar el PSOE de manera inmediata. Cada vez más son las familias damnificadas por la tragedia, cada vez más son las personas que no pueden velar por sus familiares caídos en esta guerra silenciosa. El perdón, el arrepentimiento y la responsabilización, son términos que desconoce la izquierda sectaria actual. Y a esta fórmula hay que sumar la aparición de la izquierda posmoderna. Una izquierda que ha creado problemas donde no los había y ha confrontado a padres con hijos en su imaginario discursivo. E insisto en que en esta labor de “memoria histórica” debemos recordar que justo antes de esto, nuestro equipo de gobierno estaba ocupado en penalizar el piropo.
Sin lugar a duda, esta crisis le ha venido grande a un gobierno que ha repartido carteras ministeriales en base a género y años de militancia. España merece un gobierno de personas cualificadas, España no merece un gobierno que se ríe de sus propios muertos.
Pero claro, si lo niegas, opinas o eres libre, para ellos solo serás “un facha más”.
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