Durante la reciente temporada de exámenes de nuestros universitarios, decidimos entrevistar a nuestro compañero Javier de la Ballina, Doctor en Investigación de Mercados y Profesor en la Universidad de Oviedo, para que nos diese su perspectiva sobre la calidad del sistema universitario y algunos aspectos situacionales.
A continuación exponemos sus respuestas:
- Aprovechando que el sector universitario español está en época de exámenes, ¿por qué es tan frecuente que haya un elevado número de suspensos en ciertas carreras (por ejemplo, las ingenierías)? Hay alumnos que se quejan de que tienen que costearse academias privadas para lograr una mayor probabilidad de obtener el aprobado mientras que, no rara vez, se incorporan ejercicios enrevesados en los exámenes.
La cuestión es tan clara como compleja. Existe una notable disfunción entre la ESO y el Bachillerato y los estudios Universitarios, tanto en calidad (metodología docente, tutoría y apoyo al alumno) como en cantidad (intensidad del estudio y de las materias). Los profesores universitarios deben trabajar rápido y sin control para cubrir sus materias, dejando caer estudiantes por el camino, que solo encuentran como salvavidas a las academias externas. Un elemento externo peligroso pues no deja de ser un corrector extraño de las carencias en la docencia universitaria.
Mención aparte merece el caso de los exámenes enrevesados. Muchas veces utilizados como instrumentos para filtrar lo que el sistema no consigue: la selección de alumnos. Resulta evidente que ese no es el camino, y que la selección de universitarios debe realizarse con procedimientos de entrada y de permanencia más serios y rigurosos.
- ¿Cuál cree que es la razón principal por la que ninguna universidad española suele aparecer en la mayoria de ranking internacionales? ¿Qué propuestas aportaría para corregir ese déficit de calidad?
Hay dos razones,. Una es histórica y otra es estructural. La universidad española ha seguido, incluso guiado, el modelo latino de la universidad humanista, del conocimiento abstracto. Lo que ha alejado a lo largo del tiempo del modelo sajón basado en rankings utilitaristas. La cuestión coyuntural es también importante y si cabe más grave: apenas carecemos de universidades privadas que fundamentan la competencia, las universidades públicas acaparan todo el mercado que. además, es cautivo (cada uno estudia en la que le toca por proximidad); la carrera funcionarial de los profesores no ayuda sino todo lo contrario, pues no genera competencia efectiva ni la movilidad investigadora necesaria; y finalmente el propio sistema de gobernanza democrática de la universidad española, basado en una caja aislada que se dedica a satisfacer demandas internas y no externas.
- ¿No cree que hay cierta pasividad en cuanto a renovar los métodos didácticos? En muchas asignaturas, los contenidos impartidos en la clase aparecen no solo en recursos encontrados en Internet, sino en las aulas virtuales.
Es cierto. En primer lugar por el carácter establishment del profesorado, que hace lo que quiere sin exigencias, y para quien es infinitamente más cómodo repetir y repetir material en fondo y forma curso a curso. Pero también, en segundo lugar, porque no hay mecanismos de exigencia de aprendizaje continuo, especialmente en las metodologías docentes basadas en las nuevas tecnologías. Los cursos al respecto son voluntarios y concentran su escasa participación en profesores ayudantes que se limitan a buscar puntos para su futuro concurso oposición.
Una pena, porque quizás, de nuevo, la universidad española pierda el camino al futuro.
- ¿Considera como un topicazo la tesis según la cual, las universidades públicas destinatarias de estudiantes ERASMUS y las privadas españolas regalan el aprobado?
No es un tópico, es una realidad. El interés en los programas de intercambio lo es más por carácter propagandístico que de contenido y calidad en el intercambio. Las diferencias en control del idioma y en base de las materias son muy distintas y el profesor se encuentra ante un auténtico guetto, que o bien libra regalando el aprobado, o al que tendrá que dedicar un esfuerza extra que no le es compensado. Además, y es muy importante, los mandos de las facultades y de la propia universidad no ven bien que se suspenda a los alumnos de intercambio. Total, el profesor va a lo fácil y menos problemático.
- ¿Qué valoración le merecen los sistemas públicos de becas universitarias de intercambio como SICUE-SÉNECA y ERASMUS?
En términos de calidad universitaria prefiero claramente los programas SICUE, por la coincidencia en los fundamentos del conocimiento. Erasmus tiene más de intercambio cultural que académico. Sin embargo el sistema de becas es perverso, existen más para el Erasmus y mínimas para el SICUE. La ausencia de becas es otro elemento de endogamia y de cautivismo de las universidades.
Mi ideal sería el modelo de: 1 semestre (ó 1 curso) en otra universidad española y 1 semestre (ó 1 curso) en otra universidad europea, pero ello exige dedicar recursos públicos y privados para facilitar una movilidad real, y de métodos internos de trabajo universitario con tales estudiantes.
- ¿Debería sustituir el cheque escolar el actual sistema de becas, promoviendo las deducciones fiscales para sufragar mejor los gastos de manutención?
Sin lugar a dudas, la igualdad de oportunidades no es sinónimo de igualdad de resultados. Parece que hay más preocupación por quienes deban salir del sistema universitario que por quienes entran. El cheque actuaría como un doble mecanismo de mejora del sistema: fomentando la competencia entre universidades y estimulando el esfuerzo y calidad de los estudiantes cursos a curso. Se están despilfarrando muchos recursos públicos y privados en una universidad de mediocres que, sin duda, el mecanismo del cheque haría más excelente y competitiva (relacionemos este con el tema de los rankings, por ejemplo).
7. ¿Por qué la mayoría de profesores universitarios secundan las mareas verdes? ¿Es esto solo un caso particular en nuestro país? No creemos que, por ejemplo, los polacos secunden el izquierdismo que se instala en nuestro sistema educativo (mejor dicho, el pensamiento de la corrección política según el , también a través de asignaturas como Educación para la Ciudadanía.
Son una clara consecuencia del error de estatus de los docentes en España. El carácter de funcionario, por un lado, y el sindicalismo corporativo por otro, nos lleva a posturas de falso progresismo, según el cual los recursos públicos deben ser infinitos para el sistema público, y cero para el privado. Con un simple ejemplo: se lucha más por conseguir la jornada continua, que facilita la concentración de las horas de trabajo de los profesores, que por entender las necesidades de jornada escolar de los estudiantes y de los padres.
El cheque escolar, y la necesaria desfuncionarización del sistema educativo público, no le quepa duda que nos llevaría en otro sentido de mayor exigencia por competencia.
- ¿Qué opinión tiene sobre el famoso Sindicato de Estudiantes?
Ja ja ja. Lo primero que hay que decir es que un sindicato es una organización que defiende condiciones laborales de un colectivo. Como de momento no se cobra por estudiar en la Universidad no cabe tal figura. Es fácil convocar paros y huelgas sin más coste que perder horas de clase. Pero claro, el término Sindicato suena fuerte, contundente, izquierdista. Es la triste consecuencia de una universidad tomada al asalto por el concepto de la propiedad pública, bien consentida sino promovida por leyes y normas educativas que fomentan una nefasta democracia interna, a la vez que motivada por los propios funcionarios docentes para empujar a los estudiantes ante los gobiernos y defender sus propios intereses corporativos.
La participación del estudiante es importante, desde luego, pero con los mecanismos adecuados a su rol. ¿Qué fue de aquellos delegados de clase tan eficientes? Son preferibles elecciones a nivel universitario con una participación del 3%?, cuál es el nivel de rotación de los cargos en los estudiantes?.
Tras ello, se dio por finalizada la entrevista, agradeciéndole al profesor su colaboración.