Hoy, día 5 de diciembre, hacemos públicos los resultados de la primera semifinal del I Torneo de Contrastes Liberales, una estrategia que pretende fomentar nuevos conceptos y modelos de debate, especialmente entre el sector juvenil de la población. En esta fase, han participado nuestros compañeros Eduardo González Vaquero (estudiante de Bachillerato en el IES Candavera, de la localidad abulense de Candeleda) y David Muñoz Lagarejos (articulista y estudiante de Ciencias Políticas y Gestión Pública en la Universidad Rey Juan Carlos), cuyas respuestas se exponen a lo largo del artículo.
En primer lugar, se les comentó la escasa frecuencia con la que alguna universidad española aparezca en los ranking internacionales. Hace unas semanas, el ministro de Educación criticaba el exceso de universitarios en nuestro sistema. Una considerable proporción de estudiantes de las universidades públicas logran sacar sus cursos gracias a las academias privadas, mientras que en la universidad privada, suspender asignaturas es cuasi improbable si desarrollas la debida actitud basada en la responsabilidad. Asimismo, cabe destacar que hay tesis que recomiendan que la universidad española estreche más lazos con la empresa privada. ¿Piensan que no tiene una calidad aceptable el sistema? ¿Apostarían por la privatización total o por un sistema mixto con incentivos que, basados en los principios de la competitividad, la eficiencia y la libertad de elección, lograren brindar prestigio a estas instituciones educativas?
- Eduardo: En primer lugar España tiene una especie de tendencia a que para ser exitoso hay que pasar por la Universidad. Estamos muy centrados en eso y debemos cambiarlo, la educación (y dentro de ella, la Universidad) puede ser un camino, pero no es el único. No podemos quejarnos por una parte de que tener un título no da trabajo y a la vez querer desligar la Universidad del mercado laboral. Una institución educativa debe acercarse al mundo del trabajo porque al fin y al cabo queremos que después obtengamos un empleo en la especialidad que queremos. Y el que desee estudiar algo que no exista en la Universidad o no pueda acceder a ella, y que además sepa que no le va a dar ningún empleo al salir, tiene bibliotecas y una amplia gama de opciones para aprenderlo. Y esto tampoco tiene por qué hacerlo solo. Dejar en manos del mercado, en manos de la gente, siempre es un paso en positivo porque siempre se va a adaptar mejor a las necesidades de todos. Por otra parte, va a haber una gran variedad de formas y proyectos, y serán los buenos los que seguirán adelante. En manos del Estado el proyecto es único, eso hay que cambiarlo. Se suele decir que con la privatización la Universidad sería solo para los ricos. Falso. En algunos países las Universidades privadas se matan por becar a los mejores alumnos. ¿Por qué? Por prestigio y porque además estarán aportando investigaciones a la Universidad. Todos ganan.
- David: El Ministro de Educación puede criticar el exceso de estudiantes, pero otra cuestión es si tiene razón o no. Según el informe Education at a Glance 2013, España contaba con un 39% de la población entre 24 y 35 años que había superado sus estudios superiores, esto es, habían conseguido terminar al menos una carrera universitaria (en la media de la OCDE). La responsabilidad debe ser siempre una característica de cualquier estudiante, estudie en una universidad pública o privada. Por otro lado, yo apostaría por un cheque universitario, al estilo del cheque escolar, para facilitar la libertad de elección y la competencia entre los centros. El gasto público/alumno en la Educación Terciaria de España ronda los 11.500/año. Además, este cheque universitario debería ir acompañado de la libre elección curricular de los centros y los grados universitarios que quisieran ofrecer.
En segundo lugar, se optó por tratar el caso de los problemas de liquidez de las farmacias catalanas. Estos podrían dar lugar a tesis que pusieren en evidencia el copago farmaceutico -que algunos consideran como una fórmula que contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario público-. ¿Piensan que el copago se ha aplicado erroneamente? ¿Qué solución aportarían a este problema (también debería servir como modelo para evitar nuevos casos, no solo en esta región del noreste español)?
- Eduardo: El copago es un inicio de un sistema para que paguen la sanidad los que utilizan la sanidad. Pero nos encontramos con un problema: las farmacias dependen de la Generalitat y de las administraciones públicos. Y además, se sigue pagando con impuestos. El copago más que generar un problema de financiación hace lo contrario, conseguir dinero. Si luego la aplicación de este sistema en la sanidad pública requiere de recortes en el presupuesto es que no se ha aplicado bien y que sigue dependiendo de fondos públicos. Por lo tanto, la culpa no es del copago sino de que la planificación de los políticos en materia sanitaria fracasa. A esto le podemos añadir las disputas políticas entre Estado Central y Cataluña. Como siempre, las batallitas políticas perjudican. Lo que hay que hacer es liberalizar completamente las farmacias.
- David: Por una parte, el Ejecutivo de Artur Mas ha tenido también alguna culpa en la falta de liquidez de las farmacias catalanas, con sus continuos impagos y deudas hacia aquellas. Por otro lado, el copago se ha aplicado erróneamente, no solo en este caso, sino en el conjunto de la sanidad pública. El camino a seguir es la liberalización de las farmacias, y de la sanidad en su totalidad, para que no dependan del poder político. El copago sin impuestos sería razonable. El copago además de impuestos financiando un sistema público es lo que trae esta serie de problemas.
Tras abordar lo relacionado con el Estado del Bienestar, se les preguntó si aprobarían la tributación no coercitiva, es decir, el pago voluntario de impuestos. En dicho caso, la presión fiscal sobre cada miembro de la población activa sería directamente proporcional al uso de prestaciones de servicios estatales. Si no les convenciere esta medida, ¿piensan que se debería proceder a una fusión reduccionista de los tipos impositivos en lo que se conoce como flat tax? El flat tax se aplica en algunos países como Estonia.
- Eduardo: Es algo con lo que estoy enormemente de acuerdo. En primer lugar, aplicar un flat tax ya nos da una mayor justicia impositiva. Los impuestos que llaman progresivos, como el IRPF, son discriminación por razones económicas. No hay una verdadera igualdad ante la ley, además de que un impuesto siempre desincentiva, y por ejemplo esto se utiliza en temas como en el alcohol y el tabaco. El caso es conseguir pasta como sea, y para ello usarán los argumentos que les vengan en gana. Ir progresando hacia la posibilidad de que contratar un plan de pensiones privados, un seguro médico o ir a la educación privada desgrave por el hecho de que no estás usando un servicio público lo veo muy positivo. Cualquiera entiende que no tiene por qué pagarle el café a la persona del bar de al lado.
- David: Como primer paso abordar una reforma fiscal, no para que paguen más los que más tienen y demás soflamas de la izquierda envidiosa, sino para que se pague lo menos posible y se devuelvan los servicios públicos a la sociedad civil. El Flat Tax, que proponen por ejemplo desde el Partido Libertario, es una buena medida, como paso intermedio hasta llegar a unos impuestos voluntarios. La voluntariedad es básica para el progreso de una sociedad. Cuanto más rico sea un país, más solidario será y la gente podrá pagar voluntariamente más de lo que puede pagar con unos impuestos que no dejan de crecer (y de reproducirse y crear nuevos impuestos). Más sociedad (voluntariedad) y menos Estado (coacción).
Posteriormente, se les preguntó si considerarían como un acierto, en España, una reforma del actual sistema militar, tomando como referencia el modelo helvético, que tiene reservas voluntarias -y un porcentaje mínimo de militares profesionales-. Sus respuestas fueron las siguientes:
- Eduardo: En temas militares, económicos y políticos tenemos mucho que copiar de Suiza. La libertad económica, el respeto a la propiedad privada, los derechos individuales, las descentralización territorial y política y por supuesto, el sistema militar. Pese a ello, e hilando con el tema de la seguridad, deberían plantearse unas leyes más permisivas en cuanto a poseer armas.
- David: Podría ser un gran acierto. No hace falta dedicarse a tiempo completo a las Fuerzas Armadas, puedes ir ganando experiencia y cualidades perteneciendo a las Reservas Voluntarias y participando cuando quieras de dichas Fuerzas. Partiendo de la base de que un Ejército debe estar compuestos por soldados que entren voluntariamente al servicio militar, después entra la voluntariedad de querer participar como reservista o como profesional, según los objetivos que cada uno tenga.
Antes de finalizar, se abordó el reciente caso de fraude de ayudas del Ministerio de Cultura al sector cinematogrático. ¿Lo consideran como una consecuencia de degradación activa y pasiva del mecenazgo cultural ciudadano?
- Eduardo: No voy a decir nada que nadie no sepa: España vive en una cultura subsidiada por el Estado. Se vive a costa de la pagas del Papá Estado. Si una película va a tener éxito de verdad y le gusta a la gente, pagará por ella en el cine con entradas e incluso mediante crowdfunding. Hasta Podemos ha conseguido buenas cantidades de dinero, en su caso, mediante los microcréditos. Aunque en este último caso todos sabemos que luego ese dinero se devuelve con las subvenciones que recibe el partido. Pero aún así el partido debe tener éxito para que la gente pueda disponer de nuevo de su dinero. Incluso sin tansiquiera recibir más del que dan. Esto, por no hablar de las campañas de micromecenazgo que hay continuamente en el mundo de las aplicaciones para smartphones y para proyectos empresariales. Las subvenciones públicas al cine son además de arcaicas, defíciles de defender. La forma de defenderlas es aceptar que hay que fomentar que se financien malas películas, y no veo que los mismos que estén a favor hagan lo mismo con grandes bancos y grandes empresas.
- David: Este fraude es una sinvergonzonería y una consecuencia pura y dura del sistema de subvenciones en el que algunos viven tan plácidamente y por tanto no quieren salir de él. La cultura no necesita de subvenciones. Si algo es bueno, lo comprará la gente. Si algo es malo, no. Fácil y sencillo. No hace falta que venga el Gobierno a subvencionar lo que él considere. El fraude de inflar el número de personas que han visto una película responde a la actual situación en la que muchos están situados: prefieren recibir una subvención que hacer bien su trabajo y acoplarse a la demanda del público. El cine español está lleno de ejemplos.
Para finalizar, se les invitó a comentar el siguiente texto: «Hemos visto que no es probable que nos atraiga el código moral de una sociedad totalitaria; que incluso el esfuerzo hacia la igualdad a través de una economía dirigida solo puede conducir a la una desigualdad impuesta oficialmente, a una determinación autoritaria de la posición de cada individuo en el nuevo orden jerárquico; que desaparecerían la mayor parte de los elementos humanitarios de nuestra moral social…´´, Friedrich A. Von Hayek (1944). El final de la verdad (cap. 11). Camino de Servidumbre: Alianza Editorial (El título original es The Road to Serfdom, siendo esta traducción al castellano realizada por José Vergara). Sus comentarios se desarrollan a continuación:
- Eduardo: Un acto moral tiene como condición que debe ser un acto voluntario. Aquí surge una contradicción clara cuando hablamos de un Estado solidario y bueno, y es que se está imponiendo una moral a la población. Cuando tú pagas impuestos no estás siendo solidario, y tampoco cuando obligas a los demás que lo paguen. Son impuestos, y la solidaridad no se impone. La solidaridad es voluntaria. A alguno le puede parecer bien, a mucha gente le gusta no ser responsable y que se encarguen otros. Así sucede en otra serie de cuestiones donde en sistemas totalitarios se planifica la moral de la población. Y en España no somos menos, también se nos quiere establecer determinadas imposiciones como el concepto de nación. En base a esto aparecen nuevas formas de coacción estatal como causa de esta primera.
- David: En este texto Hayek nos habla de uno de los principales puntos en los que se basa el pensamiento liberal-libertario: no debe haber igualdad mediante la ley (Bastiat lo explica en La Ley). La igualdad impuesta termina convirtiéndose en más desigualdad. ¿Y por qué no nos atrae el código moral de una sociedad totalitaria? El propio Hayek responde en el mismo libro: porque dicho código moral es la destrucción de uno de los fundamentos de una sociedad: el sentido de la verdad y su respeto hacia ella. Y para intentar destruir la verdad, la sociedad totalitaria y la economía dirigida utilizan la propaganda, característica de todo totalitarismo.
Concluyendo, podemos decir que se ha conseguido un análisis de actualidad politemático, cuya valoración es tarea de los usuarios, que podrán participar en una tuit-encuesta abierta durante 24 horas, hasta las 17:45 del domingo día 6, la cual determinará la victoria de la semifinal.

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