[PUBLICADO EN LIBREMERCADO EL DÍA 1 DE MAYO DE 2018]
«»»Uno de los mantras que más repiten en los últimos tiempos los socialistas de todos los partidos es que “hay que aumentar los salarios para distribuir el crecimiento”. Los sindicatos van más allá y amenazan con un “conflicto” si no se “reparte la riqueza”. Esta consigna no tiene sentido desde un punto de vista económico: el mismo crecimiento del PIB implica que hay más salarios que se pagan.
Las cuentas económicas nos dicen que la oferta de la economía (el PIB y las importaciones) es igual a la demanda (consumo público, consumo privado, inversión y exportaciones). Pero también nos dicen algo a lo que se presta poca atención: que el PIB tiene una contrapartida en rentas. Esas rentas son la suma de la remuneración a los asalariados, el excedente bruto de explotación de las empresas y los impuestos netos sobre la producción y las importaciones.
En otras palabras, las cuentas económicas nos informan del origen de los bienes disponibles en el mercado (producidos localmente o importados), del destino que se da a esos bienes (consumo, inversión, etc.) y cómo se reparte la renta generada entre los participantes en la producción (empresas y asalariados, más el “pellizco” que se lleva el gobierno).
Tomando los datos del cuarto trimestre de 2017, puede verse que, del incremento del PIB de los últimos tres años, los asalariados recibieron el 47%, las empresas el 41% y el gobierno el 12%. Aunque los socialistas de todos los partidos no quieran admitirlo, los asalariados y las familias ya se están beneficiando del crecimiento económico. Muestra evidente es que ahora hay 1,4 millones de personas más trabajando que al final de 2014. ¿Cómo hubieran encontrado un empleo esas personas si la economía no crecía? El reparto de la nueva riqueza generada es tan amplio que ahora reciben una parte de la misma 1,4 millones de personas que hace tres años no recibían nada….»»»
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