Las intenciones de la sra. Dolores Carcedo
En un bar hay dos mesas.
En una, tres borrachos dando voces y discutiendo entre sí en un diálogo por completo incoherente.
En la otra, un padre de familia, con su mujer e hijos.
El padre de familia bebió más de lo que debería y se da cuenta del mal ejemplo que está dando a sus hijos.
Entonces, para parecer sobrio, decide sentarse en la mesa de los borrachos.
Es evidente que el cambio de mesa no hará que el padre recupere la sobriedad, aunque los borrachos estén en un estado mucho peor que el suyo.
Sin embargo, algo así es lo que intenta hacer la Sra. Dolores Carcedo cuando analiza la situación de la deuda pública asturiana.
La deuda asturiana
Según los datos del Banco de España a septiembre último, la deuda asturiana equivale al 18,6% del PIB de la región, la quinta proporción más baja.
La media de las autonomías es 24,6%.
Estos son los datos en los que se ampara la Sra. Carcedo para pensar que la deuda asturiana está bajo control.
El problema es que esa media incluye a los “borrachos” de la deuda autonómica.
Si excluimos del cálculo a Cataluña, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana (las tres autonomías más endeudadas) veremos que la media autonómica se reduce a 18,6%.
Comparada con las autonomías más “sobrias”, Asturias no puede sacar pecho: está en el mismo nivel que la media.
El crecimiento de la deuda asturiana
Hay un dato que muestra que Asturias está “bebiendo” más de lo aconsejable.
Desde diciembre de 2012 hasta septiembre último (prácticamente el período en que la Sra. Carcedo lleva como máxima responsable de las finanzas públicas del Principado), la deuda pública asturiana creció un 54%.
Es el cuarto mayor incremento entre todas las autonomías.
La deuda crece porque el gobierno del Principado se empeña en seguir gastando más de lo que ingresa.
A lo largo de toda la gestión de la Sra. Carcedo el Principado se ha endeudado no solo para pagar parte de sus gastos habituales, sino también para pagar los intereses de la deuda.
Una conducta temeraria que ninguna familia o empresa responsable seguiría.
La gestión pública de los socialistas
Pero ya sabemos cómo encaran los socialistas de todos los partidos la gestión de la deuda pública: cuando es baja, la aumentan “porque hay margen”; cuando es alta, no la bajan “porque hay cosas más importantes que pagarles a los bancos”.
Tarde o temprano, las finanzas públicas asturianas deberán volver a la realidad.
Es una de las condiciones necesarias para que esta región abandone el camino de retroceso por la que la llevan malos gestores.
Gestores que aún no se dan cuenta de que las lecciones provechosas no están en la mesa de los borrachos sino en la de cualquier familia asturiana.
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