Las detenciones practicadas en los últimos días en relación con el Caso Villa y la desviación de fondos y fraude vinculados con el geriátrico del Montepío de la Minería en Felechosa, sumadas a los registros efectuados en la sede del sindicato socialista y la petición de ampliación de las investigaciones sobre el presunto fraude en los fondos de formación gestionados por UGT, han acabado por desmitificar a los sindicatos asturianos y apearlos del pedestal que vienen disfrutando desde hace más de 40 años.
En este sentido desde El Club de los Viernes queremos recordar, a parte de los casos investigados de corrupción, lo siguiente:
Ø Los sindicatos asturianos son uno de los mayores responsables de la situación de postración económica y estancamiento demográfico y social de Asturias, habiendo logrado -con su intransigencia, cuando no violencia- el cierre de multitud de empresas y la deslocalización de muchas otras, a lo que ha de sumarse su empeño en frustrar planes de inversión e instalación de nuevos proyectos empresariales, con la consiguiente pérdida de empleo.
Ø Los sindicatos asturianos también son responsables del despilfarro en proyectos inútiles de la lluvia de millones que las comarcas mineras han recibido en las últimas décadas de fondos europeos, en lo que ha sido una clara pérdida de oportunidad para afrontar con éxtito la reconversión de las zonas afectadas, condenándolas al subdesarrollo económico en el que actualmente se encuentran.
Ø Los sindicatos asturianos han creado una cultura social y económica dependiente de la subvención y la empresa pública y hostil a la actividad empresarial, el trabajo duro y la responsabilidad sobre los propios actos, creando una mentalidad parasitaria y de la reivindicación en la juventud.
Desde El Club de los Viernes animamos para que los sindicatos asturianos afronten una moderninación integral de sus fienes y estructuras, abandonen los privilegios de los que vienen disfrutando, renuncien a financiarse con fondos públicos y a las horas y liberados sindicales para dedicarse a la labor de defensa de su causa sacrificando su tiempo libre, como lo hacemos en El Club de los Viernes o lo hacen los voluntarios de Cáritas, el Banco de Alimentos, los presidentes de las comunidades de vecinos, los monitores de los Boys Scouts o los entrenadores de los equipos de fútbol infantil. Colectivos todos ellos que desempeñan una gran labor social sin necesidad de parasitar al resto de la sociedad.
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