Privilegio, esa palabra tan manoseada por la izquierda para justificar todo su resentimiento, es algo que hoy más que nunca se evidencia, pero para quienes no comulgamos con absolutamente nada del progresismo.
Y es que a propósito del día de la mujer que está a la vuelta de la esquina, estuve reflexionando sobre la rapidez, agresividad y maneras en que la mujer está siendo borrada de la historia por un grupo que dice defender nuestros derechos, pero en cuanto les cuestionas o simplemente te apartas y disientes, te replican con un “tu no me representas” o “no soy embajadora para representarte”. Curioso ¿no creen?
Un alto por ciento de las plataformas de derechos de la mujer, empoderamiento de la mujer y otras afines, en el mundo anglo, al menos hace 5 años si bien comenzaron dando herramientas y agrupando mujeres afines a distintas visiones u objetivos, jamás fueron esta intempestiva, atropelladora y agresiva maquinaria de brainwash que podemos apreciar ahora. Cuando se trata de plataformas de habla hispana, inician directamente en estrecha relación con el feminismo.
Hace 4 años atrás por ejemplo, una plataforma de periodistas muy mediática de los Estados Unidos proponía reunirnos como directorio a otras periodistas para ser ubicadas de forma fácil a la hora de entrevistas. Hoy, año 2021, el actual objetivo, reforzado a diario de este pedazo del ciberespacio es promover consumo de marihuana, el aborto y las mil teorías sobre como “el patriarcado opresor” es el responsable de todos los problemas del mundo, así como si promoviera yo consumir tortilla de patatas en las tardes con un cortado. Desenfada, tranquila y feliz. Así, poco a poco y mucho a mucho fue que se cambió la narrativa y la conversación a este absoluto desastre que tenemos ahora y no nos dimos cuenta.
A principios de febrero de este año la maternidad Brighton and Sussex, de las más renombradas e importantes del Reino Unido implementó el uso del lenguaje inclusivo y el uso obligatorio de términos comunes entre la comunidad LGBT para hacerlos sentir incluidos, como “seres gestantes” en lugar de madres, en otros hospitales del país, han implementado el uso de “leche de pecho” en lugar de leche materna para que nadie se sienta ofendido y excluido. Ya al menos en redes sociales, importantes marcas de productos de higiene femenina hablan de “seres menstruantes” y así mismo políticos de peso como el actual presidente de Argentina Alberto Fernández. Perdón, pero tengo entendido en mi supina ignorancia que solo las mujeres nacidas biológicamente como tales podemos gestar, menstruar y amamantar. Entonces no veo la ofensa. Es absurdo y va mucho más allá de correcciones políticas. Ese vidente, claro y notorio para quienes aún duermen en nubes de caramelo, que hay un claro propósito de adaptar al mundo a determinadas visiones que no son las naturales precisamente.
¿Y por qué no hablar de la House Bill 112? Legislación propuesta por la administración Biden, que plantea que hombres transexuales (convertidos a mujeres) compitan como una fémina más, quitándonos lugares, espacios y borrándonos de la historia paulatina, constante y agresivamente, sin hablar de los grandes daños físicos ocasionados a sus contrapartes debido a la desigualdad física, registrados ampliamente por la prensa independiente.
Se está aboliendo la verdadera esencia de la mujer y ya estamos en el absurdo punto de no poder decir absolutamente nada a riesgo de ser vapuleados en el mundo 2.0 con las respectivas cancelaciones y etiquetas de “terf” “transfóbico” etc.
Meses atrás causó un gran revuelo la Concejala Sonia Vivas de Podemos cuando expuso en redes a Pilar Rubio como una “víctima del patriarcado” por haber querido salir bonita en sus fotos del parto para una conocida revista. La constante necesidad de satanizar y victimizar todo cansa, aburre.
La obstinada imposición del feminismo en todo, de querer cambiar las historias, de ver monstruos donde no los hay, el doble discurso y declarar la guerra entre hombres y mujeres, sepan disculpar queridos lectores, pero no, no es jamás defensa de derechos de nadie.
En el día de la mujer, en medio de estos tiempos tan controvertidos donde nos quieren hacer ver la película al revés, es imperativo como mujeres que defendamos lo que somos y quienes somos. Somos dadoras de vida, somos formadoras de hogar, somos compañeras y tantísimo más. Mucho ha costado ganarnos respeto y espacios para ser borradas de esta forma tan bajuna de nuestra propia historia. No somos odiadoras, no somos enemigas de los hombres, ellos son nuestros compañeros naturales. Y si bien es cierto que hay estructuras y tópicos que deben discutirse y mejorar, es absolutamente intolerable e irresponsable ese constante discurso de odio con el que buscan satanizarles.
Hoy como nunca, estoy orgullosa de ser mujer, y este ahora mal llamado privilegio, que es simplemente lo natural y mi derecho por nacimiento lo seguiré defendiendo con respeto pero con aguda firmeza desde mis espacios.
Que ninguna ideología absurda, nefasta y destructora nos lleve al deseado ocaso de la pretendida deconstrucción del ser y la familia en nombre de una libertad que no es tal.
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