La educación pública es claramente innecesaria. Al contrario de lo que muchos dicen, sí que hay una amplia variedad de colegios privados con modelos notablemente diferentes, a aparte de ello, hay que entender que apartando la oferta estatal del mercado educativo aparecen, inevitablemente, nuevos colegios privados con un modelo similar al que el sistema público tuviere (pero más eficiente), dado que este último está ejerciendo un monopolio sobre las rentas bajas debido, en muchos casos, a impuestos derivados del sistema educativo. La solución para este problema pasaría por una medida de cheque escolar para rentas bajas, haciendo que estas personas participen de la demanda privada de servicios educativos y no se vean avocados, obligatoriamente, a un sistema público, rígido, y extremadamente caro para el contribuyente.
Si hablamos de coste para el contribuyente es evidente que una medida de estas características, a largo plazo, lo reduciría notablemente (al corto plazo no porque cerrar cualquier “empresa” sea pública o privada conlleva costes asociados). La media de coste de un colegio público estaba aproximadamente en 7000 euros en 2012 (el 29% del PIB per capita)i (En el año 2010 rondaba los 7800ii). Mientras que, el precio medio de un colegio privado era, en 2013, de 3500iii (menos de la mitad que el coste medio del sistema público).
Ilustración 1. Gato educativo en 2012. MECD.
Sin embargo deberíamos hablar también de la calidad educativa, y si nos fijamos en un estudio de la UNIR basado en el informe PISA, observamos que la media de la puntuación de los colegios privados esta notablemente por encima de la de los colegios públicosiv.
De todo lo expuesto anteriormente, lo más importante a considerar es el fin de un monopolio educativo para ciertas rentas, debido a que este, además de ser un monopolio, está organizado por el poder político, y aunque confiásemos en la bondad del todo poderoso estado, nadie lucha contra sí mismo, es más, todos luchan por perpetuarse, de esta forma, el estado utilizará sus medios para conseguir no ser reducido, y si la educación está controlada por el poder que dirige al estado (el poder político), esta, tendrá un adoctrinamiento claro hacia el intervencionismo. No se trata de intentar que sean más honestos los que lo dirijan (que también hay que hacerlo) sino de retirarle al estado los medios de adoctrinamiento (a esto habría que añadirle las TV públicas que no vienen al caso), concretamente, el control de la educación, concretamente, el control de las mentes inocentes.
Ahora bien, ganando en calidad educativa, aumentando la oferta educativa para las rentas bajas y reduciendo los costes asociados a este sector, y todo gracias al “malvado” capitalismo (y a la “nefasta” libertad), entiendo perfectamente que no le guste este modelo a la izquierda. Comprobar que lo que defiendes es lo menos bueno nunca es agradable.
La solución para la educación es la libertad. La libertad de elección de modelo educativo (independientemente de la renta), la libertad económica asociada a la reducción del gasto público y su consiguiente reducción de la presión fiscal, y por último y más importante, la libertad de pensamiento asociada al fin del adoctrinamiento estatal orquestado por el poder político.
Estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones
Vallisoletano.