La política visceral
Vivimos días agitados en la política española.
Tenemos mucha información, pasa algo de importancia cada pocos días, y los ciudadanos dividimos nuestra atención entre estos sucesos y el runrún habitual de los personajes y partidos que conforman la escena política.
Además, ahora que los “grandes” son cuatro y el poder está más repartido, los límites ideológicos se han hecho más difusos y es complicado distinguir bien la orientación política, y los principios de cada uno (aunque no tengan demasiados).
Estos dos hechos hacen que valorar la actuación de los partidos, y por consiguiente apostar por unos u otros, sea difícil y muchas veces se base en creencias, emociones y prejuicios en vez de en juicio racional.
La política se ha hecho todavía más visceral.
El marketing de los políticos
Nuestros sagaces políticos saben de esto y lo aprovechan en su eterna cruzada por el poder, los votos y el dinero de sus conciudadanos.
Así, buscan imponerse con marketing: Grandes gestos mediáticos, medias verdades y eslóganes vacíos son sus métodos de convicción.
Estamos en tiempos de ir a Venezuela a abrazar niños, de las brigadas moradas, y de jugar al futbolín con Bertín Osborne.
El político español hoy, en general, se desenvuelve mejor en Twitter y en El Hormiguero que en un debate o en cualquier otra situación donde se entable una conversación de cierta trascendencia.
Por supuesto, esto ocurría antes también, pero hoy la mercadotecnia es, debido al poder de las comunicaciones y la variedad política que he comentado, extremadamente efectiva para ganarse las mentes y los (nunca tan preciados) votos.
Las noticias sobre la situación en Venezuela
He estado reflexionando sobre esto a raíz de la situación que se está desatando precisamente en Venezuela durante estos días.
El Tribunal Supremo, máximo órgano judicial, ha asumido el poder legislativo.
Poco después de que surgiera la noticia, interesado como estaba en la situación, busqué a ver qué decían los medios y los partidos.
Tenía gran curiosidad en ver qué decía Unidos Podemos.
Porque recordemos que Unidos Podemos es con diferencia el partido español que más se preocupa por el bienestar de Venezuela y sus habitantes.
El que celebra las victorias y milagros económicos de su pueblo, el que valora como nadie todos los derechos civiles y libertades que ha traído allí el socialismo, y el que lloró más amargamente la muerte de Chávez, que trajo paz, prosperidad y progreso como nunca antes se conoció.
El que denuncia las injusticias, y las viles mentiras de Occidente que los venezolanos tienen que soportar.
Unidos Podemos no dice nada de Venezuela
Después de buscar me quedé estupefacto: Unidos Podemos no había dicho absolutamente nada sobre el tema.
¡Nada!
¿Cómo no podían decir nada?
¿Acaso el suceso no supone un gran transformación del status quo político de Venezuela?
¿Acaso no afecta a los venezolanos?
Yo no sé muy bien lo que está ocurriendo, ni mucho menos lo que ocurrirá en los siguientes días, y me gustaría que Unidos Podemos me ayudara a entender la situación.
O como mínimo, que me informara sobre las condiciones del pueblo venezolano, de si su libertad y sus derechos podrían verse amenazados por este suceso, repito, de tanta trascendencia.
Las teorías de Juan Carlos Monedero
En su lugar, solamente encontré teorías conspiranoicas de Juan Carlos Monedero.
¿Realmente entonces le importa a Unidos Podemos el pueblo venezolano? Parece claro que no.
Y si no, ¿A qué viene su constante exaltación de la supuesta prosperidad de Venezuela?
La única respuesta lógica posible es que no se trata más que de propaganda; publicidad falsa de el régimen chavista.
Engañados por el marketing
El que mucha gente no haya llegado a esta conclusión tan sencilla es porque no piensan, sino que creen.
Juzgan y ven la realidad de forma irracional, basándose en creencias y emociones.
Se engañan a sí mismos.
Se preguntan, ¿Pero cómo va Podemos a servir los intereses de un Estado como Venezuela, y no a su gente, si es el Partido de la Gente?
Han sido engañados, y atrapados por medias verdades, por gestos y eslóganes vacíos.
Por marketing.
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