La obesidad y la pobreza
La obesidad se ha convertido en la nueva manifestación de la pobreza, así lo dice un reciente estudio de la Universidad de Oviedo.
Una pobreza que, según estos sesudos informes, se traduce en que en occidente los “pobres” consumen más calorías de las que necesitan.
Un estudio que descubre una nueva dimensión económica internacional, pues serían los países con gordos, como Cánada o Estados Unidos, los más castigados económicamente, frente a esas potencial mundiales de la delgadez como Somalia, Eritrea, Corea del Norte o Cuba.
Hambre
El hambre no está tan lejos, en España hace tan solo cien años, una mala cosecha, una inundación, podría suponer en muchos pueblos una crisis alimentaria con trágicas consecuencias.
Los racionamientos tras la guerra civil, la creación de ese personaje “Carpanta” en los años 50 que pasaba el día obsesionado en comer, la tortilla española surgida en pleno siglo XX, pues sus ingredientes eran los que la gente podía disponer con su cartilla de racionamiento.
La transición nutricional española, por la cual se dejan de consumir tantas legumbres, para dar paso a la carne, leche, los huevos o el pescado se realiza en pleno siglo XX, con retraso con respecto de nuestros vecinos europeos.
Avance económico del capitalismo y del libre mercado
Deben compartir conmigo que es una enorme satisfacción que la pobreza en nuestro país, tras haber padecido tanta hambre hace tan poco tiempo, se mida en términos de obesidad.
Un gran avance económico del capitalismo, libertad económica y del libre mercado, que permite ofrecer estantes repletos de comida y calorías en abundancia a bajo precio, para que los clientes elijan lo que quieran.
Una elección que, gracias a la industrialización del sector agroalimentario, pone a disposición de todos, una gran variedad de productos a precios increíblemente bajos.
Es usted quien elige comprar bebidas azucaradas en lugar de agua, bollería en lugar de tostadas, comida precocinada en lugar de legumbres.
El occidente el pan espera por el cliente, y no el cliente por el pan, como sucede países como Cuba, Venezuela, Corea del Norte y muchos otros, en los que la cartilla de racionamiento, el desabastecimiento, el hambre y la desnutrición, impiden la acumulación de grasa corporal que evidencia la pobreza real.
Decisiones y pobreza
Sólo una sociedad infantilizada, conformada por ciudadanos egoístas, hedonistas, insolidarios e irresponsables de sus actos, buscaría en factores externos lo que en la mayoría de los casos son decisiones personales.
El camino que se inicia, con esta relativización de la pobreza, nos llevará en poco tiempo a excusar nuestra estupidez, nuestra vagancia, nuestros errores, nuestra falta de exigencia personal o lo que queramos en la pobreza.
Puede llevarnos en poco tiempo a concluir que jugar a videojuegos en lugar de ir a la escuela es manifestación de pobreza, que tener un VW en lugar de un Porche determina nuestra exclusión social o que disponer del Iphone 6 en lugar del Iphone 8 nos condena a la miseria.
Puede llevarnos a considerar que la pobreza nos hace feos, bajos, de pelo negro, de ojos castaños, con mal aliento, en fin puede convertirse en la excusa para todo, cuando lo más probable es que en la pobreza relativa de cada uno tengan un peso muy importante las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestras vidas.
Unas decisiones, que a algunos habrán llevado a consumir alcohol o drogas en exceso, otros a salir de fiesta en lugar de estudiar, elegir a la pareja equivocada, abandonar los estudios para empezar a ganar un sueldo cuando los amigos no tenían ni para cervezas, tener hijos demasiado jóvenes, huir de casa por una discusión trivial, no estudiar ni trabajar viviendo de tus padres o de la pensión del abuelo, infringir la ley, o no reconocer nuestras propias limitaciones y esforzarnos cada día para contribuir al sistema que tanto se critica para sólo pedir.
Libertad y capitalismo
La pobreza desaparece del mundo, gracias a la libertad, al capitalismo y a la globalización.
Un capitalismo que ha reducido la pobreza a nivel mundial en un 80% desde 1970, como bien apunta Barak Obama, enmendando al Papa Francisco, cuando dijo que “lo que demuestra la historia y la estadística es que el capitalismo ha reducido el hambre y la pobreza a través del salto tecnológico iniciado en la revolución industrial”.
Conclusiones
Pérdida la batalla por reducir la pobreza en el mundo, el socialismo y el comunismo, los que creen saber mejor que nosotros como garantizar nuestro futuro, han descubierto la inagotable fuente de la desigualdad para mantener su discurso.
Una desigualdad que se establece en términos relativos, demagógicos y engañosos, propiciando algunas conclusiones absurdas propias de sociedades infantilizadas y triviales, que buscan un enemigo exterior para lo que en muchas ocasiones son consecuencias de las decisiones propias.
Licenciado en Ciencias Económicas, Licenciado en Derecho, Postgrado en Finanzas por la Universidad de Wisconsin. Trabajó en Morgan Stanley, como director de empresas participadas de importante family office. Autor de publicaciones relacionadas con el mundo financiero. Actualmente es socio fundador y mayoritario de despacho de abogados con sedes en Asturias y Valladolid cuya especialidad son las reestructuraciones empresariales.
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