EDITORIAL PUBLICADO EN NUEVA EXTREMADURA (28/5/16)
(…) Somos, en definitiva, liberales en el más amplio sentido de la palabra, y estamos convencidos de que Extremadura necesita este tipo de políticas para aspirar a mucho más que a ser, de manera perenne, los últimos en cualquiera de los apartados comparativos con respecto al resto de comunidades… o al menos siempre en el furgón de cola sin que haya habido solución en estos más de 30 años de democracia. Las políticas intervecionistas por autonomasia que se han aplicado durante más de tres décadas han sido un absoluto fracaso, por mucha voluntad que algunos dirigentes hayan puesto en ello. Otros, no tanto…
Si a estos ideales se le tacha de ‘centro-derecha’, pues seremos de ‘centro-derecha’ sin ningún problema. Si nos ponen esa etiqueta, no nos esconderemos ni renegaremos de ella, porque creemos que un amplio espectro de la sociedad extremeña comparte este tipo de valores y que, además, en estos momentos, se encuentra sin un sólo referente mediático al que poder agarrarse.
Precisamente, este periódico nace (con toda su modestia en cuanto a medios humanos pero con un gran corazón que impulsa de ilusión a todos los que en el mismo colaboran) semanas después de que aterrice en nuestra comunidad autónoma ‘El Club de los Viernes’, una iniciativa que se está expandiendo por todo el país con el objetivo de que la sociedad civil (no sólo en Extremadura tenemos el problema) recupere el pulso y acabe con el ideario paternalista que nos han impregnado desde siempre, atiborrándonos de instituciones y organismos por todas partes que han llevado a nuestra economía a la bancarrota.
Nos congratulamos que este tipo de iniciativas, la del Club de los Viernes -que tendrá su plataforma en este periódico- luche también en nuestra tierra por cambiar esa mentalidad impregnada en generaciones de extremeños, sobre todo en la gente joven (ahora más comprensible por la crisis), cuya ilusión era y es únicamente la de convertirse en funcionarios. Hasta ahí los han empujado nuestros políticos, apartando – cuando no arrinconando si no se era dócil con el gobierno regional- a la iniciativa privada. Ese no es el camino y a las pruebas de las altas cifras del paro (teniendo paradójicamente el mayor número de empleados públicos en porcentaje de toda España -uno de cada tres empleados-) nos remitimos. (…)