Meses llevamos oyendo las palabras Brexit, sí (British exit, «salida británica»); Brexit, no (Brestay, mantenimiento del Reino Unido dentro de la UE). Esta duda se resolverá en los próximos días (23 de junio), cuando se plantee el referéndum sobre la salida del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (UE). Esto no hace más que continuar el que ya se celebró en 1975 y en el que se votó afirmativamente su permanencia en la Comunidad Europea.
Este acontecimiento, que inunda tanto los medios de comunicación tradicionales, como los más modernos, va a traer consigo grandes repercusiones para la UE en su conjunto, para el RU, en particular, y para todos los Estados Miembros que conforman este organismo supranacional.
Existe un sector de población conocido como «Leave EU» que no cree en las ventajas económicas y políticas de la UE y que desea que llegue la fecha de salida de este marco comunitario. En tal caso, el Reino Unido vería cómo sus empresas y sus ciudadanos pierden peso, capacidad para atraer recursos y se enfrentarían a serios problemas económicos, de los que salir, les supondría graves dificultades. Este hecho, es una manifestación puesta de relieve por un gran número de organizaciones empresariales, instituciones y organismos económicos británicos e internacionales.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha previsto un “gap” de minoración en el PIB del Reino Unido (2017) entre el 1% y el 3,7%; así como un incremento de la inflación que oscilaría entre el 2,6% y el 4% en el mismo ejercicio.
De hecho, The Times se hacía eco, estos días, de unas palabras del fundador de Microsoft, Bill Gates, con las que se replanteabala inversión de más de 1.000 millones de euros que había realizado en este país “…si eligen salir de Europa, el Reino Unido será un lugar significativamente menos atractivo para hacer negocios e invertir”. Pero éste no es el único testimonio reciente, la multinacional japonesa Hitachi pone “en tela juicio” más de 700 puestos de trabajo o JP Morgan 4.000.
Algunos de los principales efectos, sobre la economía española,que ponemos analizar son:
- La brecha política existente se abrirá aún más en el marco comunitario y la pérdida de confianza será una realidad. El efecto inminente se observará en las primas de riesgo, repercutiendo negativamente en la recuperación económica de España.
- El mercado de divisas, dada su liquidez, verá fluctuaciones en la cotización de la libra y del euro.
- El mercado de bienes y servicios y la libre circulación de los mismos se verá deteriorado. La caída de la libra esterlina por encima de la del euro, reducirá el precio de las importaciones españolas procedentes del RU, mientras que las exportaciones se encarecerán. Destaca el sector del automóvil en las exportaciones, seguido del de bienes de equipo y del de alimentos, como se desprende de la siguiente información Datos ICEX.
- El mercado de capitales experimentaría unos efectos análogos y podría «atentarse» contra otro de los pilares fundamentales de la Unión: la librecirculación de capitales; lo que repercutiría negativamente en el importante número de pensionistas británicos que residen en nuestro territorio peninsular e insular, con elevado poder adquisitivo (menores consumos, pago de impuestos, no adquisición de viviendas…) y cuyas pensiones se verían afectadas. La libre circulación de personas sería un “hándicap” importante, limitando la capacidad de residencia en nuestro país.
El hecho de que la economía española comienza a atravesar una etapa de recuperación económica y de creación de empleo, con equilibrio de sus cuentas exteriores, permitirá afrontar con mayor solidez las fluctuaciones financieras que pudieran producirse.
¿Cuándo se producirán los efectos reales de un posible Brexit? El Reino Unido debe lograr un acuerdo con los 27 Estados Miembros de la Unión, que debe ser aprobado por unanimidad. Dos años después (salvo prórroga) de la notificación oficial de su deseo de dejar la UE, los británicos –personas físicas- y las empresas perderán todas las ventajas derivadas de la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales.
Por tanto, al día siguiente del referéndum la situación legal y económica no variaría en absoluto; en tanto en cuanto, los Tratados y la legislación comunitaria seguirán en vigor mientras se negocian los términos de la salida.
Salga lo que salga de las urnas, nos afectará, en la medida que debemos de ser conscientes de la existencia de acontecimientos que en los últimos tiempos están poniendo «en jaque» a la UE. El pulso de Grecia a la UE con el nuevo gobierno; la fuerte entrada de emigrantes y las dificultades de actuación; la posible salida de RU…Todo ello, no hace más que tambalear los cimientos de una UE que ha de fortalecerse, como una unidad. En la que se avance de forma efectiva hacia la aplicación de políticas monetarias y fiscales comunes.
Soy Licenciada en CC. Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo (1994-1998), en la rama de Economía y funcionaria del Cuerpo Superior de Administradores del Principado de Asturias.
Hitos fundamentales en mi vida laboral: Auditora en la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias y, con posterioridad, Interventora General del Principado de Asturias.
Curso “ADVANCED MICROECONOMICS”, en The LONDON SCHOOL OF ECONOMICS AND POLITICAL SCIENCE (LSE) y estudios avanzados en el Programa de Economía y Sociología de la Globalización en el Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, obteniendo la Suficiencia Investigadora en “LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO INTERREGIONAL PARA EUROPA”.
Publicaciones en revistas y docencia en el Instituto de Administración Pública “Adolfo Posada”.
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