Publicado en Actualidad Económica en febrero 2019
La última ocurrencia del Gobierno en retirada de Pedro Sánchez es la de subvencionar con 5.000 euros la compra de coches eléctricos, con 700 si son motos y 15.000 si se trata de camiones y autobuses con propulsión alternativa. El total de la broma ascenderá a 45 millones de euros. Llamar subvención a este tipo de dádivas lleva a blanquearlas, porque en realidad, no es que el gobierno dé su dinero, no es que el gobierno subvencione la adquisición de vehículos eléctricos, no, somos todos nosotros -ustedes y yo- quienes vamos a pagar parte del coche que otros se compren y que nosotros no podemos permitirnos.
Gracias a esta medida, los currantes, la gente que no puede permitirse coches de más de diez mil o veinte mil euros, tendrán que costear 5.000 de los 40.000 euros que cuesta un coche eléctrico. Es una medida que beneficia a los esnobs ecologistas de salón y sueldos elevados a costa de quienes no pueden permitirse un coche de gama alta. No parece muy sensato que quienes no tienen dinero para cambiar de coche o solo alcancen para comprarse un utilitario tengan que cargar con parte del coste de quienes pueden darse el capricho de adquirir un coche eléctrico. Esta subvención es, en definitiva, una medida que redistribuye la riqueza pero en la dirección opuesta a la que siempre nos venden: de los que menos a los que más tienen.
Tener un coche eléctrico se convierte así en un signo externo de “piji-guay-progre” que te diferencia de la chusma que va por ahí contaminando y emitiendo CO2 a la atmósfera. Tú si que eres guay, que circulas sin contaminar, sin emisiones, sin ruido y sin restricciones. Tú puedes circular por donde te dé la gana, que para eso Carmena ha creado y cerrado el Madrid Central para ti, para que pasees a tu aire, sin aglomeraciones ni atascos. Que los atascos son para los pobres, para esos que no tienen coche eléctrico. Da igual que cerrar el centro de las ciudades al resto de vehículos incremente la contaminación y el tráfico en las áreas adyacentes a las de tráfico restringido ¡Que les den! El centro de Madrid sólo es para ti, porque tú te lo mereces, que para eso tienes un coche eléctrico subvencionado y pagas 280 euros al mes por una plaza de alquiler.
Da igual que despilfarrar 45 millones de euros no tenga ningún impacto en las emisiones de CO2 o que los 8.000 vehículos eléctricos subvencionados que se puedan llegar a vender no supongan ni el 0,02 por ciento de los 31 millones de vehículos que circulan por las carreteras españolas, porque aquí lo de menos es eso, lo importante es que –bajo el engaño buenista de salvar el planeta- unos cuantos afortunados ecolojetas se paseen sin restricciones y la conciencia tranquila mientras tratan de convencernos a los demás de que pagándoles una parte del coche molón que ellos disfrutan, estamos haciendo una buena acción para con la madre naturaleza, cuando en realidad, lo que estamos haciendo es el canelo.
JAVIER JOVÉ SANDOVAL (Valladolid, 1971) Licenciado en Derecho, Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por el Instituto de Empresa y PDG por la Universidad Oberta de Cataluña, desde el año 2.000 desarrolla su carrera profesional en el sector socio sanitario. Es Socio Fundador del Club de los Viernes y miembro de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios, Directivos y Profesionales de Asturias. Actualmente escribe en El Comercio y colabora habitualmente en Onda Cero Asturias y Gestiona Radio Asturias.
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