En El Club de los Viernes nos preocupan nuestros dirigentes políticos, y sobre todo aquéllos que lejos de buscar la libertad y el bien común, lo que persiguen es su bienestar personal.
Un perfil muy preocupante es el de político funcionario, que llevan casi toda una vida de sumisión a su partido, cobrando un sueldo o varios. Pero más preocupante, si cabe, es el perfil de algunos recién llegados que, autoinvestidos como adalides contra la corrupción, lejos de serlo, apuntan maneras de verdaderos cazarrentas, a costa de los impuestos que todos pagamos.
El último de estos ejemplos es Daniel Ripa, Secretario General de Podemos Asturias, en relación a la subvención recibida para una tesis doctoral, que llegaría, si el doctorando se aplicara más, con más de dos años de retraso, después de haber recibido 60.000 y numerosas prevendas, pagados con los impuestos que este Sr. debe desconocer que existen pues no se explica tanta irresponsabilidad.
Es este Ripa el mismo Daniel que repite sin descanso su famoso mantra de que la sociedad española me precariza, cuando el que realmente contribuye a la precarización social es él mismo, convertido en mascarón de proa de la nueva élite política extractiva, que sin haber llegado a responsabilidad política alguna, ya es un auténtico profesional de la extracción de rentas públicas. Un Daniel Ripa que ha recibido del estado mucho más de lo que ha aportado él para contribuir al desarrollo de esa sociedad que no ha recibido de Daniel más que críticas infundadas. ¿Qué sería de este estado de bienestar Sr. Ripa si todos consumiéramos recursos públicos como usted en lugar de aportarlos?
Ripa es un miembro del amplio club de cazarrentas nada distinto a los políticos experimentados, los sindicalistas o a los empresarios de salón, que, entre todos empobrecen a los ciudadanos. Un nuevo dirigente al que tanto le gusta lo público, porque nunca se ha ganado la vida en la empresa privada, en la calle, que es tan dura, un dirigente político que no ha contribuido con sus impuestos, para que otros tengas sus mismas oportunidades, un cazarrentas que se ha dado cuenta que es más fácil vivir de la subvención y lo público que ganarse la vida de verdad y pagar impuestos cuando le has cogido el truquillo a la fácil subvención española.
Daniel disfruta con la crítica destructiva y ahora muchos comprendemos como puede dedicarle tanto tiempo a la política. Es un político que vive de la prestación por desempleo y de subvenciones, en un claro fraude moral con la sociedad que lo sustenta, no para que se dedique a su promoción personal, sino para que busque empleo, que ya ha conseguido, en lo público, por su puesto y para que acabe sus ya larguísimos estudios universitarios.
Hace 10 meses apareció en un medio digital de ámbito provincial un artículo titulado La Casta asturiana, trabajo que aparece a nombre de Soraya Calvo, Rubén Rosón y Daniel Ripa (aunque según parece, la autoría corresponde en solitario al último) en el que su principal crítica a los políticos asturianos es que lleven más de 20 años en el mundo de la cosa pública, cuando a sus 32 primaveras, él mismo lleva mucho tiempo, incluso más que algún político profesional, disponiendo de recursos públicos, aun sin ser político ni funcionario.
El señor Ripa, dice ser psicólogo social, investigador predoctoral, entendemos ahora su significado, activista en movimientos sociales y políticos y finalmente periodista, eso sí, sin licenciatura en periodismo, sólo porque se le publica algún artículo ocasional, como nos han publicado a casi todos. En youtube nos precisa que además está en el paro, si bien ha estado más dedicado a la política que a su tesis y a buscar trabajo, a costa de la sociedad que tanto lo precariza.
Daniel Ripa dice tener 32 años y por lo que hemos podido saber, salvo mejor información, parece que en 2008 aún no había acabado la carrera, así que, como pronto, acabó la misma a los 26 años o sea, con al menos 4 años de retraso. Teniendo en cuenta que el coste para las arcas públicas de cada año de universidad ronda los 9.000 , su falta de dedicación al estudio, nos costó a los contribuyentes al menos 36.000 extras, un total aproximado de 72.000 en la licenciatura de este señor, que contra toda lógica recibe además una subvención para estudios doctorales de 60.000, a lo que habría que añadir que los candidatos a doctores nos cuestas anualmente unos 3.0000 anuales, o sea que, nuestro precarizado dirigente político, habría fagocitado el menos unos 144.000 sólo para sus estudios ¿Qué otro país del mundo dedica tantos fondos para la preparación de una sola persona Sr. Ripa? ¿Es este el país que tanto precariza a su sociedad? ¿Sólo los ricos pueden estudiar en España? ¿Cuántas familias podrían haber sido ayudadas si usted se hubiera aplicado más?
Con un olfato especial para la caza de subvenciones y ayudas, característico de todo aquél que no sabe lo que cuesta pagar impuestos, se dedicó a la búsqueda de dinero fácil subvencionado, si bien es cierto que sus primeros intentos como caza subvenciones no le salieron bien, y la Dirección General de Vivienda le denegó, por resolución de 22 de febrero de 2006, la solicitud de ayuda para el alquiler de vivienda que había solicitado.
Son múltiples las referencias a subvenciones del Sr. Ripa en la web, aunque nunca sabremos la ingente cantidad de recursos públicos que ha consumido, de esta sociedad, es decir, los contribuyentes, que tanto han precarizado a nuestro nuevo diputado asturiano.
Así que aquí está ahora, el parado cazador de subvenciones viene para acabar con La Casta. El que lleva viviendo del contribuyente rapiñando ayudas y parasitando la universidad pública ha venido para librarnos de La Casta o más bien para reemplazarla, porque lo que realmente él pedía en su artículo no es acabar con La Casta desmontándola y liberando al ciudadano de la opresión de los políticos, sino que lo que él pide es la alternancia, que la Vieja Casta deje paso a la Nueva Casta, La Casta que viene.
Y nos preguntados, si siendo un aficionado a la política nos ha constado un montón de dinero a los que somos contribuyentes netos y pagamos impuestos ¿Cuándo nos costará ahora que ya tiene su tan ansiado sillón?

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