Los deberes escolares
Recientemente hemos asistido a la aparición de un debate en la sociedad española sobre los deberes escolares.
Debate que podría resumirse en ¿se debe imponer a los niños la obligación de realizar deberes escolares en su “tiempo libre”?
En relación a dicho debate, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa), que agrupa a asociaciones de padres de la escuela pública, ha llamado a las familias a la insumisión contra las tareas escolares.
Bajo la premisa de que hay que «recuperar el tiempo libre para los niños», dicha asociación inició este mes de noviembre una campaña destinada a presionar a los profesores con el fin de lograr que no se pongan deberes escolares para los fines de semana.
Si los docentes no les hiciesen caso, han instado a las familias a negarse a que sus hijos los hagan.
Los lobbys de presión sobre la enseñanza
Nos encontramos aquí ante un típico ejemplo de lo sería un lobby de presión.
Presionando a los empleados públicos, y de forma indirecta al Estado, dichos lobbys pretenden, parafrasenado al profesor Carlos Rodríguez Braun, no presionar de ricos a pobres sino de grupos organizados a grupos desorganizados.
En este caso un grupo organizado (Ceapa) pretende imponer a la totalidad de la población (resto de padres mayoritariamente no asociados) sus ideas sobre lo que debe de ser, y lo que no debe de ser, la enseñanza.
Es muy lícito pensar que tu hijo soporta una carga de deberes escolares que le impide disfrutar de su tiempo libre.
Lo que ya no lo es tan lícito, es pretender que tu pensamiento sea impuesto a los demás mediante la vieja fórmula de presionar al Estado para lograr instaurar una regulación en materia educativa que satisfaga tus gustos y necesidades particulares.
Como a mí no me gusta que mi hijo venga con deberes los fines de semana, voy a presionar para que se prohíban con carácter general.
La solución
La solución lógica a un asunto de estas características, es que sean los padres de forma individual, los que decidan si sus hijos deben de traer deberes a casa y la cantidad de los mismos.
Dado la elección individualizada de cada pareja de padres podría conllevar la aparición de múltiples problemas de coordinación en el aula, debería ser cada centro educativo el que tomase, de acuerdo con los padres, dicha decisión.
Claro está que esto nos crearía un nuevo problema, ya que ¿Qué opción les quedaría a los padres que no estuviesen de acuerdo con la decisión tomada en su centro?
Aquí la solución lógica sería que dichos padres tuviesen la libertad de escolarizar a sus hijos en aquellos centros que coincidiesen en mayor o menor medida con sus preferencias al respecto, lo que nos llevaría finalmente al asunto central de todo este asunto: la necesaria libertad de la que deberían gozar los padres para elegir centro educativo, cosa que a día de hoy y por desgracia, ni está ni se la espera.
La supresión de los deberes y los centros escolares
Otra vertiente del asunto a mi modo de ver todavía más preocupante que la anterior, y que se manifiesta claramente en la pretensión de suprimir los deberes escolares, es la constatación de cómo se está instaurando en la sociedad una total desidia por la educación de los niños, de tal forma que se pretende delegar la totalidad de la tarea educativa en el centro escolar.
Frases como “los padres no tenemos que ejercer de profesores”, y más si cabe viniendo de padres cuyos hijos están escolarizados en colegios públicos, demuestran bien a las claras hasta que punto esos padres están dispuestos a voluntariamente a no ser participes de la tarea educativa de sus propios vástagos.
Conciben la educación como una ocupación a la que sus hijos deben dedicar 6 horas al día, y donde una serie de personas elegidas por el Estado les inculquen las ideas y conceptos que el mismo Estado determine mediante un contenido pedagógico estatalmente establecido (currículo escolar).
Y toda esta desidia, se justifica siempre como una defensa del “derecho del niño al disfrute del tiempo libre”.
Conclusiones
Yo personalmente prefiero que mis hijos vengan con deberes a casa aunque solo sea porque es la fórmula más sencilla que tengo de verificar qué tipo de contenidos e ideas están inculcando en las mentes de lo más valioso que tengo en la vida: mis hijos.
Y puestos a hablar de los “derechos del niño”, recordemos que su principal “derecho” es el de tener unos padres que se responsabilicen en alto grado de su educación y desarrollo, o expresado en el lenguaje de la Convención sobre los Derechos del Niño: Incumbirá a los padres, la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño (Art. 18.1)
SERGIO JOSÉ MARQUÉS PRENDES (Gijón, 1972)
Licenciado en Veterinaria por la Universidad de León. Desarrollo de productos de producción animal para el sector privado.
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