Uno de los principios sagrados para el socialismo inglés, según G. Orwell establece en su novela 1984, es la neolengua. “La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios… sino también imposibilitar otras formas de pensamiento…”. El socialismo como ideología intervencionista y carente de libertad, aunque esta sea irónicamente su bandera en muchas ocasiones, necesita siempre moldear las mentes para construir un individuo afín a su objetivo supremo, sea la comuna (comunismo), la revolución (cuba o Venezuela), la nación-estado (nacionalismo-fascismo) o la raza (nazismo). Y para ello utilizan todos los medios posibles aprovechando el propio dinero del contribuyente. Intentan, cada día más, controlar todas las facetas “educativas y culturales”, desde medios de comunicación, actos culturales y la educación siguiendo las directrices de uno de sus líderes marxistas, Antonio Gramsci, que señalaba “tomen la educación y la cultura y el resto vendrá por añadidura”.
Dado que sus intelectuales “infiltrados”, según el propio Gramsci, dominan prácticamente todas esas parcelas debido a que en sus genes está ese intervencionismo sin escrúpulos enmascarado por el bien social, necesitan dar un paso más, implantar su neolengua. Hacer que el propio lenguaje sea una herramienta más para su ingeniería social. Y para conseguirlo no solo utilizan toda esa maquinaria mediática e “infiltrados”, sino que recurren a su imposición en los centros educativos. Nótese que incluso “centro educativo” es incluso ya un concepto propio de esa neolengua, antes denominados centros de enseñanza, dado que su objetivo desde la implantación de la LOGSE no es enseñar, sino educar. Por supuesto, educar en sus valores.
En esa vuelta de tuerca continua, el II Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación 2016-2021 de la Junta de Andalucía promulga una serie de medidas, actuaciones e indicadores de evaluación para “Impulsar y favorecer la práctica escolar inclusiva y equitativa, mediante la utilización de un lenguaje no sexista en sus expresiones visuales, orales, escritas y en entornos digitales.” y establece que “la Consejería competente en materia de educación facilitará y difundirá a través de su web la normativa, materiales y guías específicas sobre el uso de un lenguaje oral, escrito y visual, no sexista”. Se tratan de guías en las que, por ejemplo, se menciona que “el uso innecesario del masculino genérico es un obstáculo a la igualdad real entre hombres y mujeres porque oculta a las mujeres y produce ambigüedad.”; “Corregir el enfoque androcéntrico de las expresiones,… Un lenguaje no excluyente permite crear referentes femeninos porque visibiliza a las mujeres,…, rompe estereotipos y neutraliza los prejuicios sexistas que afectan a unos y a otras.”
A pesar que la RAE, una y otra vez, menciona que el desdoblamiento del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje, el empeño en la neolengua es superior. Puede haber personas que deseen hablar de esa forma, pero lo que nunca se puede hacer en un país que se dice es democrático y uno de cuyos principios es la libertad, es imponer, incluso amenazando y coaccionando a los profesores e instaurando la Policía del Pensamiento para controlar quien se desvía del discurso oficial e intentando anular al profesor discordante. En el citado Plan también se fija que en los centros docentes deberá nombrarse una “persona coordinadora del Plan de Igualdad”, que deberá “integrarse la perspectiva de género en la elaboración de las programaciones…”, “la Inspección Educativa tiene que velar por el uso de un lenguaje inclusivo y no sexista en los centros docentes”.
El Crear, como se ve, un pensamiento único y hacer sentir al que difiere que la no utilización de la neolengua es una forma de discriminación. Y si con esto no basta, sancionarlo. Aunque, como Orwell sabiamente redacta, el fin último no es sancionar sino que una vez la neolengua sea adoptada cualquier pensamiento divergente será impensable.
Por la una educación libre, ¡derogación del citado Plan ya!
José Almagro Bocanegra
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Profesor de FP y liberal.
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