Si Cataluña se independiza alcanzará un déficit de 31.000 millones de euros al año, el 16% del PIB, el mayor del mundo
Liberal convencido, Álvaro Lodares, madrileño, economista de profesión y autor de seis libros que tratan la economía desde un punto de vista liberal, contesta a las preguntas formuladas por El Club de los Viernes para diseccionar la actualidad económica y política.
Cómo definiría usted la política fiscal del gobierno, ¿socialdemócrata o liberal?
Yo creo que el actual ministro de Hacienda, el señor Montoro, no aplica medidas realmente liberales, sino socialdemócratas. Es cierto que el actual gobierno se encontró con un problema serio de déficit público en las cuentas, bastante mayor del presuntamente esperado. Y para reducir el déficit sólo hay dos vías: reducir el gasto público de la administración o incrementar los ingresos, es decir, subir los impuestos. La receta por la que optó Montoro fue la segunda. A mi juicio creo que se podría haber hecho lo contrario.
Por tanto, la receta liberal que plantea para reducir el déficit público se basa en la optimización del gasto en la administración ¿cierto?
Yo creo que una de las primeras cosas que el Gobierno debería hacer es sentarse seriamente a estudiar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para señalar con lápiz rojo todas aquellas partidas que resultan superfluas. Seguro que cualquier ciudadano se asombraría si conociese cada una de ellas. Pero claro, yo entiendo que ningún partido político quiera llevarla a cabo por dos cuestiones. La primera que es impopular. Y la segunda, que supone enviar a muchos amiguetes a su casa.
¿Qué le parece la medida anunciada por Montoro de reducir el IVA del cine del 21% al 10% en 2018?
La reducción del llamado IVA cultural es interesante porque el 85% de la actividad cultural española que cotiza a Hacienda es editorial, y tiene el 4% de IVA, es decir, lo que toca a los actores españoles representa concretamente un 15% de la actividad cultural española que paga a Hacienda. Estos señores han alzado su voz y parece que representan a toda la cultura y no es así. Además, yo les diría a los actores españoles “bienvenidos al club”. Parece que se han enterado tarde de que subir los impuestos es malo. Además, sólo han sido conscientes cuando les han subido los impuestos a ellos. Yo no he visto a ningún actor salir a la calle a protestar cuando se han subido los impuestos a los demás. Y esto creo que es una actitud muy española, que suban los impuestos, pero siempre al vecino, que es un hombre horrendo porque es rico y tiene una empresa, pero a mí no. Y esa es la actitud que yo creo han tenido los actores.
¿Cómo valora la previsión anunciada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, de una mejora en el PIB y el paro de cara al próximo ejercicio 2018?
Yo creo que el Gobierno está haciendo unas previsiones bastante conservadoras y, a mi juicio, posiblemente crezcamos más de lo que las cifras oficiales nos dicen.
Y respecto a la cuestión del mercado de trabajo, también considero que vamos a mejorar, entre otras cosas porque el actual Gobierno ha puesto en marcha la reforma laboral, que ha permitido romper con cierto intervencionismo pasado y sanear el mercado laboral. Sin embargo, a pesar de ir en la buena dirección, creo que aún es incompleta y se deben dar más pasos para mejorar el mercado de trabajo.
Desde el año 2014 España ha conseguido, con mucho esfuerzo, dejar atrás la recesión pero, ¿se ha acabado ya la crisis?
Es una situación que está sujeta a muchas interpretaciones. Es verdad que el ciclo ha cambiado. Y lo hace en el punto en el cuál el PIB per cápita alcanza su nivel más bajo. A partir de ese momento, se empieza a recuperar y se entra en una nueva etapa de crecimiento que no tiene que ser necesariamente igual a la anterior en todos los aspectos de la economía. Los economistas decimos que cuando se producen tres meses consecutivos de crecimiento del PIB se puede hablar de fin del ciclo de recesión. Ahora bien, ¿ha acabado la crisis? Eso me parece ya bastante más dudoso, porque hay que estudiar qué es lo que tiene la crisis española de anómala con respecto a las demás europeas. Podemos decir que existe un ciclo económico internacional y una situación particular de cada país. En nuestro caso, lo que más llama la atención es la profundidad de la caída de la economía y la expansión del gasto público precedente a la caída. Por decirlo de otra manera, el destrozo que hizo en la economía española el gobierno de Zapatero, de cuyas consecuencias aún no nos hemos librado. Por ejemplo, el volumen de gasto y de deuda, el mercado de trabajo, que a pesar de haber hecho reformas en la buena dirección aún faltan muchos deberes por hacer, entre otros, para salir definitivamente de la crisis.
Recientemente la Junta de Andalucía ha anunciado una importante rebaja en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones que entrará en vigor el próximo 2018 ¿qué le parece?
A mi el impuesto de sucesiones me parece un robo, con todas las letras. Creo que unos bienes que la persona ya ha pagado con sus impuestos, a lo largo de su vida, es injusto que se los familiares tengan que continuar pagando por el simple hecho de heredarlo. Pero claro, entiendo que existan gobiernos autonómicos que lo defiendan porque ven en este impuesto una vía de ingresos para mantener su red clientelar. A mi juicio es un impuesto que no debería existir.
Por último, si el próximo 1 de octubre Cataluña se independiza de manera unilateral ¿cuáles serían las consecuencias económicas?
Lo primero creo que Cataluña no se va a independizar. Lo que pasa es que me preocupa no sólo que se hayan saltado la Constitución y la ley, sino que va a ocurrir el día 2 de octubre. Es decir, un nacionalista no va a dejar de serlo. Por ello, considero que habría que presentar una alternativa política atractiva al nacionalismo.
Respecto a las consecuencias económicas, yo he hecho cálculos de esa Cataluña ideal que manejan los nacionalistas y tendría un grave déficit. En concreto, ellos calculan que van a recaudar 42.000 millones de euros en impuestos, que es un poquito más de lo que actualmente se recauda por parte del Estado más la Generalitat. Y luego se quedarían con los aproximadamente 20.000 millones que pagan los trabajadores y empresarios catalanes por cotizaciones sociales, lo que se traduce en una recaudación total de 62.000 millones de euros. Ahora bien, el gasto público actual en Cataluña, es decir, el gasto del Estado más el de la Generalitat, incluyendo el sistema de pensiones asciende a 82.000 millones. Por tanto, les va a quedar un déficit de 20.000 millones, que es poco menos que el 10% del PIB de Cataluña.
Pero claro, esto es la cuenta de la vieja. Si nos atenemos a lo que puede de verdad ocurrir, yo creo que va a haber una caída de la actividad económica que he calculado en un poco más del 16% del PIB. Eso repercutiría sobre todo en la recaudación fiscal y sobre el nivel de empleo, y por tanto también sobre la recaudación de las cotizaciones sociales. Si sumamos esos efectos tendríamos un déficit público de 31.000 millones de euros, que se traduce en aproximadamente un 15% del PIB. Es decir, el mayor déficit del mundo sólo en Cataluña. Por tanto, estos economistas de medio pelo como el señor Junqueras, que será Doctor en Economía pero ya se ve que mucho no entiende, aspiran a tener un Estado completamente insostenible.
Por tanto, entiendo que el déficit que ya arrastra la región se agravaría…
Por supuesto, es algo insostenible y el camino que tendrían que tomar es el que ya han iniciado en algunos aspectos: empeorar los servicios públicos, reducir las pensiones, etc. Además existen estudios sobre la globalización y lo que supone el efecto frontera. En el momento que existe frontera el PIB de ambos lados se reduce, pero con mayor intensidad en el territorio más pequeño. Por supuesto, sin contar los aranceles que supondría para los productos catalanes al independizarse y que pone la Unión Europea. Y respecto a las pensiones, los independentistas dicen que están a favor de mantener la doble nacionalidad, una vez independizados, con la pretensión de que Montoro se haga cargo de esta partida, ya que de lo contrario descenderían más de un 40% si tiene que asumirla por completo la Generalitat. Por lo tanto, lo que plantean los nacionalistas es un desastre económico de primera magnitud.
A su juicio, ¿Cuál sería la solución?
A nivel nacional, el consejo que le daría al Gobierno central es que se preocupe de reducir el gasto público en el medio y largo plazo. De lo contrario podríamos tener un problema gordo. Y que no se fíe que ahora los tipos de interés del BCE estén bajos, porque la política monetaria cambia y ya hemos tenido experiencia.
Respecto a Cataluña lo primero no salirse del cumplimiento de la ley, como es obvio. Y debemos mirar más allá del día 2 de octubre, proponer un proyecto político alternativo y atractivo al nacionalismo. Yo soy partidario de un federalismo competitivo, que se traduce en conceder a las autonomías que lo deseen la capacidad de devolver parte de las competencias al Estado, por ejemplo la sanidad. En este sentido, la lección la extraemos de los regímenes forales de País Vasco y Navarra que han demostrado su capacidad para combinar de manera efectiva y razonable la demanda de gasto público de los ciudadanos con los impuestos necesarios para financiarlo. Esto se ha traducido en unos niveles de déficit y deuda en relación al PIB por debajo de la media del resto de Comunidades Autónomas, lo que configura un entorno fiscal favorable al desarrollo y localización de actividades productivas.
Licenciado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y máster en Protocolo.
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