Ronald Reagan, una de las personalidades más prominentes de la historia del movimiento conservador, dijo una vez que el gran corazón y alma del conservadurismo es el liberalismo.
Gracias a esta importantísima cita, podemos tener una profunda comprensión sobre el pensamiento conservador. A diferencia de otras civilizaciones, los valores de Occidente están basados en la libertad del individuo, que goza de los llamados derechos naturales -concedidos por Dios-. Entonces, si lo conservadores defendemos esa civilización, por ello hay una base liberal.
Los conservadores tampoco somos seguidores del nacionalismo. Somos patriotas, debido a la creencia del amor a tu país y la defensa de sus tradiciones como algo importante para la libertad. Mientras tanto, el nacionalismo es, como el socialismo, otro tipo de socialismo, como el economista austriaco Hayek señaló en Camino de Servidumbre.
Cuando comparamos entre la Revolución Americana y la Francesa, tanto libertarios como conservadores apoyamos la primera, debido a su causa y propósito patriota y liberal. La segunda está basada en principios contrarios a nuestro pensamiento: nacionalismo y socialismo.
Lo dicho antes se alinea al punto de vista de Edmund Burke, el padre del liberalismo conservador. Esto es por lo que debemos de ser cautelosos ante las deformaciones del pensamiento conservador en la dirección equivocada: “big government” y paternalismo. Actualmente, este es el caso de Polonia.
La patria natal de Juan Pablo II y Witold Pilecki está gobernada por el partido Ley y Justicia (PiS, según su acrónimo en polaco), que se considera a sí mismo “conservador”. Sin embargo, experimenta una distorsión del conservadurismo: paternalismo en asuntos sociales y económicamente más intervencionista que algunos partidos socialdemócratas. El presidente de PiS, Jaroslaw Kaczynski, recomienda al economista socialista francés Thomas Piketty.
El programa económico de PiS para Polonia se basa en mayor gobierno, impuestos más altos (especialmente para los ricos) y un Estado de Bienestar mayor. Nada de esto se basa en el principio de subsidiariedad (Doctrina Social de la Iglesia) y el respeto de los conservadores hacia el orden espontáneo.
Las nacionalizaciones son una de las partes más peligrosas del plan económico de PiS. Implica una mayor intervención del Estado en la economía. Tendríamos más sectores o empresas administradas por el gobierno. Es más, no pocas posiciones se asignarían a acólitos del partido o familiares y amigos de los miembros del gobierno de turno.
En relación a temas sociales, la última idea de PiS ha sido prohibir la apertura de comercios en domingos, ya que considera que sería mejor para los comerciantes no trabajar el último día de la semana. Ni estos ni sus simpatizantes del sindicato Solidaridad (otrora capitalista, ahora socialista) son conscientes de la posible pérdida de trabajo. En cualquier caso, luchar contra el “consumismo” no debe ser un rol del gobierno.
A pesar de sus ideas socialistas, no pocos en Europa Occidental consideran el gobierno polaco como un ejemplo a seguir. Partidos europeos de centro-derecha como el PP o la alemana Unión Cristiano-Demócrata han virado al centro-izquierda mientras que el gobierno polaco apuesta por una política migratoria más estricta, es pro-vida y pro-familia, y critica al establishment progresista y socialdemócrata europeo.
Sin embargo, no ven la imagen amplia. A pesar de que nacionalistas y conservadores pueden estar de acuerdo en algunos aspectos, la realidad es que se trata de un gobierno nacionalista y estatista que no entiende correctamente principios católicos como la subsidiariedad y la libertad moral (una de las clasificaciones de la libertad, según Santo Tomás de Aquino).
En conclusión, Polonia está bajo un gobierno es cuya ideología es otro tipo de socialdemocracia. Podemos describirla como una “socialdemocracia conservadora”, similar a la del Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán.
Nacido en 1995, en Gdańsk (Pomerania, Polonia). Actualmente, residente de Pruszcz Gdański. Graduado en Matemáticas y estudiante del Master en Matemáticas (Especialidad en Finanzas) en la Universidad Politécnica de Gdansk. Miembro de la asociación KoLiber. Defensor del capitalismo de libre mercado, la libertad individual y la civilización occidental. Patriota y euroescéptico. Mis campos de interés son la economía, la historia, el ajedrez y el pensamiento político liberal-conservador.
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