Los partidos totalitarios
Una característica de los partidos totalitarios desde hace más de 100 años es su necesidad de identificar un enemigo sobre el que centrar los esfuerzos, odios e iras de sus militantes y los mensajes populistas contra él.
Por otro lado, tener un enemigo identificado ayuda a reforzar la idea de pertenencia al grupo; la diferenciación de los nuestros contra los otros.
Enemigos internos y enemigos externos
Si tuviera que hacer una taxonomía de los enemigos de los partidos totalitarios esta es mi primera clasificación.
Un enemigo externo (normalmente otra nación) es un gran catalizador para las ideas extremistas.
En el caso de la URSS en la Segunda Guerra Mundial sirvió para reforzar tremendamente el poder del Partido Comunista de Stalin, que dejó de masacrar a su enemigo interno (disidentes) para centrarse en la defensa del país y posteriormente la expansión del comunismo por Europa y Asia.
Ni que decir tiene que el enemigo interno por excelencia fueron los judíos en la Alemania nazi.
Enemigos – Personas Vs Enemigos – Ideas
Esta es la segunda clasificación de los enemigos de los partidos totalitarios.
Se puede odiar por razón de raza, religión, afiliación grupal, etc. en casos que ya conocemos como judíos durante el nazismo, blancos en Rodesia, negros en los estados del Sur de EEUU, u otras consideraciones como ser intelectuales o estudiantes en la Camboya de Pol Pot.
Son personas con nombre y apellidos a los que perseguir.
Uno de los avances importantes desde 1975 en España es que han desaparecido los enemigos-persona.
Los odios raciales y religiosos son minoritarios y puntuales y la socialdemocracia ha suavizado esto vista la experiencia del nazismo y el comunismo estalinista.
Por lo tanto es necesario acudir al otro tipo de enemigo …
El enemigo idea
Ideales en los que volcar la pertenencia al grupo; la Paz mundial, el cuidado de la Tierra, la ecología, etc.
Pero en cuanto esos problemas van desapareciendo (ya no hay guerras entre estados, la contaminación se ha reducido, etc.) hay que buscar nuevos ideales y mensajes en los que centrar la lucha. Si no existen, se inventan.
Tenemos dos ejemplos muy recientes de historias inventadas para golpear en la entraña del votante potencial.
Los desahucios
La lucha de los últimos años se ha volcado en la idea de que miles de personas eran arrojadas de sus casas por la maldad sin límites de los bancos.
La historia era más o menos esta: los bancos obligaron a miles de personas a hipotecarse de forma que cuando estalló la crisis aprovecharon para quedarse con sus casas y hacer un negocio redondo a costa de sus víctimas hipotecadas.
Una historia perfecta donde hay malvados de opereta con chistera y puro a los que odiar y víctimas indefensas a los que ayudar.
Esta historia ha sido defendida por la actual alcaldesa de Barcelona y toda la izquierda hasta que se celebraron las elecciones del 24M momento en el que el problema dejó de existir.
La verdad de los desahucios es que los bancos hace al menos tres años renunciaron a realizar cualquier lanzamiento debido a la mala imagen que daba y a que era una porción completamente marginal de su cartera de impagados.
Vamos, que no era negocio.
Todos los desahucios que han sido sacados en prensa, los impedidos por las asociaciones, etc. siempre tenían a un particular que quería recuperar su casa o una persona que quería ejecutar el aval que suponía esa vivienda.
La justicia sigue su curso y todas las declaraciones de hacer las ciudades libres de desahucios se han mostrado como la patraña inasumible que es (sin saltarse la ley a la torera).
La desnutrición infantil
Casualmente pocos meses antes de que empezara la campaña electoral empezó a correr de forma coordinada por todos los grupos afines a Podemos el lema de hay que denunciar la desnutrición infantil.
En verano miles de niños pobre se quedarán sin comer.
Los gobiernos del PP no quieren remediarlo y no quieren abrir los comedores escolares.
Y con esa cantinela se ha quedado todo el mundo y la ha dado por buena casi sin excepción cuando lo cierto es que tanto Cruz Roja Española como Cáritas han desmentido que esta desnutrición exista en repetidas ocasiones.
Vamos, que todo el mundo sabe que en España no se pasa hambre desde la Guerra Civil.
Pero no importa.
Si el mantra se repite mil veces se convierte en verdad.
La verdad es que hay casos de pobreza para los que se ayuda a las familias, que no hay hambre en España por más anuncios en TV de madres dando pan con pan a niños de diseño y que por más fuerte que se grite no se tiene más razón.
Y ojo a la siguiente batalla ideológica que se empieza a perfilar.
La lucha contra los transgénicos
Los transgénicos es algo sobre lo que nadie tiene ni idea de lo que es ni los beneficios que trae, pero que próximamente será demonizado en todos los canales de comunicación de la izquierda (o sea, todos).
¿ Aún hay más ?
¿Nos quedamos sin enemigos?
No hay problema.
Creamos otros.
EDUARDO MOLINS
Madrid 1968) Economista y Máster en Asesoría Fiscal por la Universidad San Pablo CEU. Trabajando en gestión de Sistemas de Información desde hace más de 20 años.
Creo en el derecho a la búsqueda de la felicidad.
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