En los primeros días de junio un grupo de españoles en Polonia nos revolvimos contra la emisión de un documental en la televisión pública polaca (TVP1) dentro del programa “Świat bez fikcji” (El mundo sin ficción) titulado “Kataloński sen” (El sueño catalán).
Muchos recordábamos la cobertura que la mayoría de los medios de comunicación polacos dieron a los aciagos acontecimientos que culminaron con el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. La denominada Asamblea Nacional Catalana colocó su propaganda en una televisión privada polaca (TVN) durante los días precedentes y posteriores, apenas contrarrestada por la opinión del periodista Maciej Stasiński. Mientras tanto, para nuestra desolación, la embajada española se abstenía de participar en ningún debate público.
Los más veteranos rememoramos, asimismo, el uso de las escuelas de fútbol infantiles del FC Barcelona en Polonia como centros de propaganda independentista catalana. La infiltración en asociaciones deportivas ya se había anunciado en el programa 2000 elaborado en los tiempos de Jordi Pujol Soley.
Sin embargo, el documental de marras nos sorprendió por estar coproducido por la televisión pública polaca. Conociendo el férreo control al que está sometida por el gobierno, resultaba difícil de creer que la directora Weronika Mliczewska no contara con la anuencia de la dirección de la cadena.
Fue por esto por lo que redactamos una carta dirigida a los responsables de la cadena denunciando los groseros errores vertidos (1), la falta de contrastación histórica y el hilo conductor sesgado a favor de las tergiversaciones y las tesis separatistas. Posteriormente, remitimos una copia a la embajada española (la cual acusó recibo y manifestó que había formulado una queja) y al candidato a presidente del partido Koalicja Obywatelska (KO) Rafał Trzaskowski, cuyo equipo electoral acusó, asimismo, recibo.
En resumen, la narración audiovisual replica los mensajes transmitidos por los grandes medios internacionales durante el otoño de 2017, cuyo origen está en la asunción como verdades intangibles de las falsedades históricas y jurídicas difundidas por el nacionalismo catalán(2): La presentación de la situación como un conflicto atávico; considerar como opinable la validez de la Constitución española en Cataluña (ratificada en referéndum por todos los españoles, incluidos los catalanes, el 6 de diciembre de 1978) o que un gobierno regional se encuentra al mismo nivel que un gobierno nacional, llevan a esos comentaristas intoxicados a dar por supuestas muchas de las cuestiones que tratan.
“El sueño catalán” combina bellas imágenes de paisajes con impactantes cargas policiales durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. ¿Por qué la reacción del gobierno (español) fue tan determinada? se pregunta antes de entrevistar en tres ocasiones a Roger Español Tor, el activista que perdió un ojo por una carga policial. Se presta a la captación sentimental de los polacos cuando en una escena preparada, el alcalde de San Pere de Torelló, a la pregunta de la reportera de por qué Cataluña quiere separarse de España, responde trazando un paralelismo delirante. “Cuando perdisteis vuestra independencia teníais una conciencia nacional, igual que una parte enorme parte de la sociedad catalana. Cuando (el sindicato) Solidaridad luchaba por los derechos de los trabajadores, tomó la melodía de un cantautor catalán (3) para reivindicar sus derechos, lo cual mustra que compartimos voces (sic).
No importa que Cataluña nunca haya existido como estado independiente ni que los catalanes hayan participado en la formación de lo que acabó siendo España. La equiparación con Polonia – repartida entre los imperios austriaco, alemán y ruso a finales del siglo XVIII hasta la recuperación de la independencia en 1918 – aturde por ser un completo disparate, pero Jordi Fabrega solo quiere despertar adhesiones románticas en un público cuyos sentimientos alguien le ha contado.
El nudo del reportaje salta de Cataluña a Madrid, con excelentes imágenes aéreas, y una curiosa excursión al valle de Arán. Se entrevista a diputados de Ciudadanos y En Comú Podem en el parlamento catalán. Ángel Puertas ofrece una visión alternativa a la nacionalista catalana que la redactora escucha con una incredulidad ostensible. Por momentos el guión gira hacia el costumbrismo de las fiestas locales, la sardana y la pirotecnia. En otra ocasión, la periodista se dirige a una casa rural, donde el propietario Jordi Mullor, a quién se presenta falsamente como historiador, y su mujer agasajan a la huésped y profieren los dicterios más disparatados del reportaje.
El documental continúa su desarrollo con unas declaraciones del presidente de la Generalitat Joaquim Torra Pla. Como preámbulo, el documental informa que “el presidente no oculta que es partidario de la independencia, pero que el cambio de gobierno en Madrid puede suponer una solución al conflicto, aunque las posturas estén todavía alejadas”. Una vez recibida en el palacio de la Generalitat, la periodista, dando por sentado que las reuniones con el nuevo presidente del gobierno español son una oportunidad para la apertura y el entendimiento entre los gobiernos de Madrid y Barcelona – de nuevo aparece la falacia de presentar a ambos como del mismo rango – inquiere a Torra sobre cuáles son los puntos fundamentales que no se pueden olvidar en las conversaciones emprendidas. Torra afirma que la cuestión más importante es “el derecho de los catalanes a decidir sobre su futuro”, además de “la amnistía de los presos políticos y la vuelta de los exiliados”. Lejos de repreguntar, todo queda claro. La periodista pasa a formular una pregunta desenfadada: ¿Por qué los catalanes se llaman a sí mismos polacos? A lo cual Torra tiene preparada la respuesta de que compartimos una historia bastante parecida, de represiones y dictaduras y lucha por la libertad (sic). Esa nueva casualidad le permite enviar a la reportera polaca a los estudios de TV3 donde se rueda el programa “Polonia” (¡!).
El desenlace del documental nos lleva a la exaltación del “espíritu de un pueblo”: La cultura y la tradición, al tiempo que un grupo de castellers levanta uno de las famosas torres humanas y se escuchan los compases de L´estaca de Lluís Llach, “permiten a los catalanes crear grandes construcciones y confiar en sí mismos y cooperar. ¿Qué le deparará el futuro a Cataluña ? ¿Cumplirá su sueño de independencia ? “
Inmersos en la campaña electoral para elegir presidente de su República el pasado domingo 12 de julio, los polacos recibieron una pieza más de la propaganda del separatismo catalán en la televisión pública. Conocer las técnicas empleadas se revela como algo imprescindible para los españoles que tienen que suplir la ausencia de su gobierno en la defensa de la unidad de España, la libertad y el estado de derecho.
Notas:
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Uno de los más hilarantes es presentar al eurodiputado del PP Javier Zarzalejos Nieto, que interviene brevemente, como miembro de Podemos.
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A este respecto, nos encontramos como documentalista del reportaje a Diego Sánchez Martínez, un periodista de La Sexta, que se presenta en su perfil de Twitter como autor de un trabajo final de master de análisis político en la Universidad abierta de Cataluña (UOC) titulado “Independentismo catalán y derecho a decidir (2010-2015) Las claves del ascenso del apoyo social”
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Curiosa coincidencia. En 1991 el cantautor Jacek Kaczmarski usó la melodía de L´estaca de Lluís Llach para componer su canción protesta “Mury” (Los muros) que se convirtió en un símbolo de protesta contra el régimen comunista. Obviamente, el documental reproduce algunos compases de la versión original.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y Diplomado por la Escuela de Práctica Jurídica del ICADE de la misma ciudad. Abogado y profesor de español.
Completó los cursos de doctorado en Derecho Privado de la Universidad Autónoma de Madrid y otros cursos monográficos y de especialización en distintos campos del Derecho en la Escuela de práctica jurídica de la Universidad Complutense de Madrid (Derecho inmobiliario) y el Colegio de Abogados de Madrid.
Ejerce libremente la abogacía (procesalista y asesor legal) desde 1992. Ha publicado artículos en revistas jurídicas como la Revista de Derecho Procesal y La Ley. Asimismo, enseña español (general y para negocios) en Varsovia (Polonia) desde 2010. Miembro del Instituto Juan de Mariana desde 2005.
Como ciudadano que vive y trabaja en Varsovia y, por lo tanto, sufraga con sus impuestos la televisión pública polaca, es indignante ver como el gobierno polaco utiliza TVP como mecanismo de propaganda.
Como español y jurista es una VERGÜENZA ver como se miente flagrantemente con un tema tan sensible para nosotros como es la sedición de una parte del territorio del estado.
Personalmente quiero darte las gracias por la carta que mandaste ya que me representanta totalmente.