En la campaña de las recientes elecciones generales muchos partidos se presentaron con propuestas alejadas de la realidad. Pero claro, es necesario el ganar votos, y el votante se olvida muy pronto de las promesas electorales, y más, si solo es uno de los partidos políticos el que alcanza la victoria y puede poner en práctica lo que (no) ha prometido.
Unidad Popular (en la que está integrada Izquierda Unida, cuyo cabeza de lista es Alberto Garzón), alcanzó casi el 4% de votos. Aunque su papel no será determinante, a priori, en la nueva legislatura, me pareció interesante analizar sus propuestas.
El objetivo económico de Unidad Popular (UP)
En la web de UP se puede observar que el objetivo principal en materia económica de esta confluencia de partidos de izquierdas es el pasar de un «modelo rehén de los mercados», a un modelo económico «sostenible y para las personas, en que prime la cooperación sobre la competitividad, concebida para dar las mismas oportunidades para que todas y todos puedan desarrollar sus capacidades en beneficio del bien común”. También se comenta que la desigualdad y la desregulación provocan la crisis, y que las guerras son «económicas», y que lucharán contra ellas.
Es interesante como para UP, nuestro modelo económico está desregulado y que el mercado es una dictadura que impone sus condiciones a toda la población. Llama la atención que se hable de desregulación, cuando cada año se aprueban miles de páginas de nuevas leyes, decretos, leyes autonómicas…
Pero, lo más sorprendente no es esto, si no que se hable de que se pueda ser rehén de un mercado. Si de verdad existiera tal desregulación, ser rehén de algo significaría no tener libertad, pero el mercado si ofrece libertad. ¿Acaso Bill Gates nos obliga a comprar ordenadores con su sistema operativo instalado? El mercado nos ofrece múltiples oportunidades para escoger aquellos productos que más nos benefician.
En cambio, se podría considerar que somos rehenes del Estado. ¿Por qué somos rehenes del Estado? Porque este no nos permite escoger, estamos obligados a pagar impuestos, y no tenemos la libertad de poder decir que no, ya que si nos negamos a pagar, por ejemplo, el IRPF, estaríamos cometiendo un fraude fiscal, y puede que hasta nos priven de nuestra libertad, condenándonos a prisión.
También se intuye, como más adelante se confirma, que no quieren anteponer el pago de la deuda al pago de los servicios sociales. Esto quiere decir que se debe suprimir el famoso artículo 135 de la Constitución. Un Estado que gasta de forma estructural más delo que ingresa año a año, si no garantiza el pago de la deuda, ¿cómo obtendrá los ingresos necesarios para corregir el déficit? Me imagino que UP no lo quisiera hacer bajando el propio gasto que ellos pretenden incrementar y garantizar; por tanto solo quedarían las subidas impositivas. Dichas subidas impositivas, que pagamos todos, no solo esos ricos que suelen querer tanto para pagar impuestos, pero que después odian tanto que pretenden limitarles los salarios.
En cuanto a la cuestión de caminar a una economía de cooperación y no de competitividad, ¿a caso el sistema de libre mercado ya no es de por si el sistema más cooperativo que existe? Un sistema económico donde impere la libertad, permite que cualquier persona se beneficie gracias a que sirve bien a otras personas. Amancio Ortega ha creado un imperio textil, no porque no coopere bien en sociedad, si no todo lo contrario, nos ha premiado a todo el mundo con ropa que valoramos más que el precio que cobra por ella. En un intercambio, en el libre comercio, las partes intervinientes salen mutuamente beneficiosas. Con el capitalismo, solo triunfan aquellos que aporten algo a la sociedad. El término capitalismo se pervierte por ciertos sectores de la población, que lo suelen asociar con aquellas sociedades que hacen negocios con el Estado y controlan ciertos mercados, pero precisamente, a Inditex no la vemos contratando a políticos para su Junta Directiva. Solo aquellas empresas que debido a que sus sectores están regulados, tratan de hacer negocio con el propio Estado, y ahí es donde surge la corrupción, por el control estatal sobre los mercados.
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