Más del 50% del saldo migratorio neto entre Comunidades Autónomas por parte de las rentas más elevadas tienen como destino Madrid. Es la conclusión a la que han llegado dos profesores de la Universidad de Zaragoza basándose en una muestra de declarantes de la Agencia Tributaria.
Las principales donantes durante el período analizado (2006-2012) han sido Andalucía y Cataluña. Casi un 40% de las salidas se han producido desde estas Comunidades, y su destino principalmente es Madrid. Llama la atención por ser Comunidades que no son ni tan siquiera limítrofes. Para explicar esta realidad, los propios autores han tratado de trocear las posibles explicaciones (condiciones de vida, condiciones socio-demográficas, etc.) y han llegado a una conclusión clara: la fiscalidad es la principal responsable de los movimientos migratorios de las clases sociales altas.
Actualmente la principal fuente de financiación de las Comunidades Autónomas son las transferencias provenientes del Gobierno Central. Sin embargo, sí que existen figuras impositivas cuya gestión y recaudación ha sido cedida por completo a las Comunidades Autónomas: el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, el Impuesto sobre Patrimonio y un tramo autonómico del IRPF. Y es éste último la principal herramienta que ha permitido a Madrid ser una Comunidad receptora de rentas altas.
Madrid es la Comunidad Autónoma con el menor tipo de IRPF marginal de España. 4,5 puntos porcentuales menos que (oh, sorpresa!) regiones como Andalucía y Cataluña. Además, en 2011 Andalucía era una de las siete Comunidades que mantenían el Impuesto de Sucesiones, y que ambas se mueven en la horquilla alta del impuesto de Patrimonio en el período analizado, no es difícil concluir que las rentas que han salido de estas regiones han huido del expolio fiscal al que estaban sometidos.
Madrid, sin embargo, ha sido capaz de contener relativamente su fiscalidad desde 2006 (crisis incluida) y, además de atraer a las rentas altas, o quizás debido a ello, en los últimos once años ha conseguido:
• Incremento de medio millón de habitantes. Esto supone un 8% con respecto a la cifra de población de 2006, representando la mayor tasa de crecimiento del país, lejos de la media nacional (4,2%), Andalucía (5,1%) o Cataluña (5,9%).
• Mayor tasa de crecimiento del número de empresas de España, triplicando la media nacional y duplicando el crecimiento catalán. Especialmente relevante es el crecimiento de las grandes empresas (más de 200 empleados) hasta el 4,6% frente al decrecimiento de la media española (-0,2%) y de las grandes empresas andaluzas (-11%)
• Este crecimiento del tejido empresarial, como no podría ser de otra manera, deriva en empleo. Mientras en el conjunto del país y en la mayoría de las regiones se ha destruido empleo, en Madrid la cifra de ocupados se ha mantenido constante, en torno a los 2,9 millones.
• Madrid es la región donde más ha crecido el PIB per cápita, tras Extremadura y Galicia.
Teniendo en cuenta que estas dos regiones han perdido población en los últimos años, podemos afirmar con rotundidad que la Comunidad de Madrid ha sido la región que más ha prosperado de toda España. ¿Cómo? Bajando impuestos, limitando la acción del Estado en la vida económica, y apostando por un modelo económico liberal.
Mientras, los amantes de lo ajeno siguen acudiendo al argumento de que una bajada de impuestos incrementa la competencia fiscal hasta llegar a una supuesta situación de recaudación cero y, por lo tanto, incapacidad para ofrecer servicios públicos. Y, como con tantas otras falacias, mienten al ciudadano. Los tipos impositivos marginales del IRPF en la mayoría de Comunidades Autónomas no han descendido, a pesar de la reducción de Madrid.
La mejor forma de atraer capitales privados es a través de un sistema impositivo equitativo, que permita la paz y el desarrollo social sin crear un sistema confiscatorio y desincentivador. Está ocurriendo con Trump y su rebaja fiscal en Estados Unidos, y lo estamos viendo también en España, con los distintos modelos recaudatorios de las Comunidades Autónomas. Madrid ha incrementado su base imponible de IRPF un 7% de 2010 a 2015 con un modelo de reducción de impuestos y aperturismo económico. Lejos de ser copiados por el resto de Comunidades, nuestros gestores públicos acuden a la economía del miedo para crear más dependencia de la población. Afortunadamante, los datos no engañan. No hay duda: Bajar impuestos crea posperidad para la población.
Nacido en Valladolid, en 1988 Licenciado en Economía por la Universidad de Valladolid y Máster en Mercados Financieros Internacionales por la UNED. Actualmente consultor estratégico. Autor del blog www.economistadecabecera.es. Colaborador del Club de los Viernes
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