Gente de derecha conservadora
Últimamente debato con mucha gente de derecha conservadora. Tiene la inconmensurable ventaja de que, a diferencia de la gente de izquierdas, al menos dejan acabar las argumentaciones, y si bien no les convences, al menos te queda la esperanza de que rumien tus palabras, y la tranquilidad de no ser insultado.
El caso es que, como la mayoría de la gente con la que debato desconoce el espectro ideológico que ofrece, por ejemplo, el gráfico de Nolan, es difícil hacerles ver que un único eje izquierda – derecha es tan preciso para describir la realidad política como un metro para medir cuántos litros tiene un charco.
Es entonces cuando, recurriendo tanto a la razón como a la emoción, no es difícil hacerles ver que, incluso según sus propios parámetros ideológicos, monocolores, un liberal está más a la derecha que su visión conservadora de la realidad.
Empiezo por ejemplo con el tema del derecho a la vida. En principio liberales y conservadores van a defender la vida sin condiciones. En principio, ambos van a estar de acuerdo en que la vida empieza en la concepción, y en principio ambos van a estar de acuerdo en que no caben criterios utilitaristas en la ecuación. Un niño con síndrome de Down va a tener el mismo derecho a nacer que cualquier otro niño. El problema surge cuando el conservador, además, te va a defender que HAY que promover la natalidad. Con políticas de incentivación, por supuesto. Y lo va a hacer aunque haya un paro galopante o cuando la guerra moderna hace estúpida una estrategia de grandes ejércitos. Y hasta es posible que lo intente argumentar desde el punto de vista religioso, aun cuando, salvo que sea musulmán, sus textos de referencia no digan absolutamente nada de ser prolíficos como conejos. Ustedes pensarán que el punto liberal es más de derechas porque argumentará que se hace necesario un sistema socialista que recaude los impuestos y dicte las directrices que promuevan esa natalidad, o que la base del socialismo es la proletarización de la sociedad, política en la que están siendo convergentes con la izquierda, pero la razón definitiva es más filosófica. Promover la natalidad implica considerar al ser humano como un deficiente que necesita ayuda para copular y reproducirse, como un agente inválido incapaz de decidir qué población es la óptima para su país, qué cantidad de riqueza otorgar a sus herederos. Y lo siento, pero si en algo se puede definir a la derecha, es en la soberanía adulta de la nación, o sea, que su grandeza no depende de la cantidad de individuos sino en lo grandes que éstos sean.
En el tema de la macroeconomía ni me voy a meter, de puro evidente. Aunque sólo sea porque un liberal conoce los mecanismos de la moneda y las guerras comerciales y bancarias internacionales. El conservador apenas llegará a reivindicar una independencia monetaria que en la práctica supone la sumisión a élites supranacionales que pueden someter a las naciones por generaciones. La visión del liberal estará muy por encima de la cortedad de miras del que como mucho puede proponer aranceles para proteger sectores, porque ve el largo plazo, verdadero interés de una nación. En términos de defensa, conocer la faceta bélica de la moneda es como disponer o no de bomba atómica.
En servicios sociales, la cosa es igual de evidente. Si pregunta a alguien de izquierdas quién es más de derechas, si alguien que quiere privatizar la educación y/o la sanidad, aunque el estado la siga garantizando, o alguien que quiere que siga siendo pública y además controle férreamente los contenidos y el currículo, pues dudo que tenga que pensar más allá de un par de segundos para dar su respuesta.
Otra cosa parecida pasa con el derecho, por lo menos el penal. Un liberal va a defender la forensifización del mismo, de forma que se pueda llegar a plantear la cadena perpetua para alguien acusado de un simple intento de violación. Sacar eficazmente y el tiempo necesario de la sociedad a los individuos que inician violencia contra sus semejantes siempre va a ser más severo que un derecho que cree en la culpa y su expiación, la redención y el perdón. Un derecho tendrá una base filosófica liberal, y el otro, otra religiosa. Uno basará su evaluación en los criterios técnicos y científicos de la psiquiatría, el otro, intentará una aproximación basada en cuantificar el dolo y sus agravantes y eximentes, para aplicar una pena en equivalencia. El liberal no castiga, simplemente excluye.
El derecho de familia es otro ejemplo, pero como estoy llegando a las 800 palabras, lo voy a tener que dejar para el siguiente artículo. Me falta el ámbito impositivo, las fuerzas armadas o la inmigración, por si el lector quiere ir aventurando argumentos.
Ya estoy esperando el próximo artículo, muy bueno.