[…] El argumento de la robotización es el mismo por el cual, a comienzos del siglo XIX, artesanos ingleses destruían telares y máquinas de hilar. Desde entonces, la población de Inglaterra creció desde 8 hasta 59 millones de personas y, aunque la tecnología avanzó hasta lo inimaginable, la tasa de paro es ahora del 5%. Por la misma idea, Jeremy Rifkin anunció en 1995 “el fin del trabajo”. Desde entonces, solo en EE.UU. se crearon 26 millones de empleos. Es evidente que la tecnología no destruye empleo neto. […]

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