Cada vez que Amancio Ortega hace alguna donación millonaria de equipos médicos en favor del servicio público de salud saltan los de siempre para criticar la labor caritativa de nuestros grandes acaudalados. Esas desinteresadas donaciones son ejemplares y dignas de agradecimiento. Sabemos que desde 2011 Ortega ha donado, a través de su fundación, más de 560 millones de euros. La encomiable labor de mecenazgo del empresario gallego se dirige principalmente a los sectores de la educación, dependencia, drogadicción y sanidad; todos ellos ámbitos muy necesitados de la solidaridad. Sin embargo, no hay constancia de que done cantidad alguna a proyectos de calado ideológico que ayuden a asentar en la sociedad las virtudes que le permitieron llegar hasta donde hoy está.
Hace unos meses el multimillonario George Soros donó la mayor parte de su patrimonio a su fundación para la difusión de las ideas progres: 18.000 millones de dólares, convirtiéndola en la segunda entidad sin ánimo de lucro de Estados Unidos, tras la de Bill y Melinda Gates, matrimonio también comprometido con la agenda progre. Son sólo un par de casos de los muchos multimillonarios de izquierdas que donan su dinero a causas ideológicas. Los ricachones “zurdos” apuestan decididamente por invertir su dinero en activismo social y político. Sin embargo, en el lado opuesto, es poco frecuente encontrar fortunas comprometidas con la defensa del capitalismo, la vida, la libertad religiosa, etc.
En el caso de España, la izquierda no necesita los donativos de los millonarios patrios (pese a tener muchos entre sus filas), ya que cuenta con el apoyo del más acaudalado de todos: el Estado, de él extrae millones en forma de subvenciones y de empleos públicos. La derecha, sin embargo, carece del apoyo de los millonarios españoles y tiene difícil el acceso a las subvenciones o directamente renuncia a ellas por coherencia intelectual.
Las grandes fortunas españolas, temerosas de las consecuencias negativas que para sus negocios o sus inversiones pudiera tener el compromiso con las causas en las que creen, prefieren donar sus dineros a fines, asociaciones y colectivos sin implicaciones políticas, ideológicas o religiosas, es más, en muchas ocasiones tratan de acallar las críticas de la izquierda apoyando proyectos de clara orientación progre, haciendo el juego a quienes precisamente buscan acabar con ellos y su manera de entender la vida.
Todo ello ha llevado a un dominio hegemónico del postmarxismo que ha alterado los valores de la sociedad española.
La situación empieza a ser alarmante y es imperioso que esos millonarios se comprometan con la causa de la libertad, apoyando a la desarticulada y económicamente débil sociedad civil española, financien a colectivos, medios de comunicación, intelectuales y artistas comprometidos con la defensa de las ideas de libre mercado, el capitalismo, la responsabilidad individual, la libertad educativa o la unidad nacional.
Es imprescindible contar con recursos económicos que solo los millonarios pueden aportar, apoyando el activismo liberal y conservador que intente revertir la mentalidad estatista y anticapitalista, la ideología de género y demás pseudoideologías posmodernas que están destrozando a la sociedad española y que amenazan con acabar con las libertades individuales y la prosperidad material.
JAVIER JOVÉ SANDOVAL (Valladolid, 1971) Licenciado en Derecho, Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por el Instituto de Empresa y PDG por la Universidad Oberta de Cataluña, desde el año 2.000 desarrolla su carrera profesional en el sector socio sanitario. Es Socio Fundador del Club de los Viernes y miembro de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios, Directivos y Profesionales de Asturias. Actualmente escribe en El Comercio y colabora habitualmente en Onda Cero Asturias y Gestiona Radio Asturias.
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