“ Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Nehemias”.
En mi opinión cada uno de nosotros tiene la obligación de educar e informar; para mí es un postulado utilitarista, en tanto en cuanto la mejor acción produce la mayor utilidad para el mayor número de involucrados; acción que nos acerca a la cultura y al conocimiento; el conocimiento actúa como un nuevo despertar en un bello lugar desconocido.
Se hace evidente que nos falta dirección, un motor que nos permita emprender un cambio y nos saque de este intervencionismo del Estado, que planifica ya por completo nuestras vidas:
1) Cómo debemos llevar nuestras empresas.
2) Cuánto pagar a nuestros trabajadores, amparando este control en la idea Zefirelica de la protección del Estado hacia los más desprotegidos (postulados desgastados de un Marx, Teista y equivocado).
3) Cuántas horas deben trabajar y un largo etc., que ya se hace insoportable e insostenible. El nuevo RD – ley 8/19 del control horario, es más control a la libertad, a la propiedad, al individuo; según el gobierno un ¿“CONTROL objetivo, fiable, accesible? El control es control, impuesto por el poder coercitivo, ¿ acaso hay alternativa, ante la amenaza de inspecciones, y multas graves? No, no la hay, solo obedecer. ¿Qué diría Kant de este principio que rige la voluntad del gobierno? ¿Es Ley? No, el Real Decreto son órdenes, debemos obedecerlas , no tenemos que discutirlas, examinarlas, ni comentarlas. Es imperativo categórico.
Al mismo tiempo, me pregunto como lo hace Ayn Rand en su libro “ La Rebelión de Atlas” : ¿Qué ocurriría si nosotros, el sector productivo, si los que generan riqueza se retiraran del mercado?¿Qué haría la población que vive de esos sectores productivos? ¿Qué pasaría si todos los autónomos de este país hicieran huelga por un día? La fuerza del Estado impone de forma violenta lo que los empresarios deben de hacer, no hay espacio para la libre negociación y contratación, sino para la intimidación, el imperativo legal, que se impone al imperativo moral.
La posición del Estado es intolerable, incompatible con la libertad del mercado. En un Estado Liberal cuando un trabajador y un empresario llegan a un acuerdo libre y voluntario en cuanto a tiempos de trabajo y salarios, es porque lo que se entregan a cambio tiene un valor que es más apreciado por cada uno de ellos, cerrando así la puerta al control de los precios que el Estado quiere imponer. El control de precios es una violación a la libertad individual por parte del Estado, una medida recaudatoria más, una creación artificiosa para el mantenimiento férreo del control del poder del Gobierno en su solapamiento con el poder político.
Por demás, este expolio del Gobierno es un desincentivo a la inversión, al desarrollo, a la invención, al trabajo. El control a las empresas, agrega nuevos problemas a la sociedad a saber: el empobrecimiento de todos, porque cuando la mano interventora del gobierno decreta el control de los precios del trabajo, las rentas se estresan y los costos aumentan debido a la necesidad de contratar más personal. Si esta es la forma en la que el gobierno piensa combatir el paro, hemos llegado a las Termópilas.
Cada vez menos empresas podrán sobrevivir, aumentará el paro y seremos más pobres. Debería Atlas rebelarse?..
ABOGADO-LAWYER-RECHTSANWALT-ADVOCAT-AVOCATO- ЮРИСТ- 律师
Alicante bar association member 5.416
PhDE in Interntional & E.U. Law and Politics Science
Law lecturer of UNED-University
Honor Lecturer of Politology university of alicante
Ex-Trial JUDGE
CADE & MBA
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