A una semana del inicio de la campaña electoral, los medios comienzan a bombardearnos con las primeras encuestas de relevancia que revelan las primeras sorpresas, el famoso Sorpasso puede ser una realidad, y la alianza Podemos-IU puede arrebatarle el segundo puesto en votantes y escaños al PSOE, posicionándose como el partido referente de la izquierda.
A priori, todo parecía indicar que los resultados serían similares a los del 20-D, únicamente se esperaría una leve variación que favorecería a los partidos que polarizan los espectros ideológicos más marcados, es decir, el PP y Podemos, debido a que los votantes se han cansado del circo mediático de los últimos seis meses, y presumiblemente se espera que voten en clave de voto útil castigando la ambición desmedida de un Pedro Sanchez que ha demostrado que sus supervivencia política se encuentra por encima de los intereses de los españoles, y castigando el afán de protagonismo de un Albert Rivera que ha pactado con quien negó que pactaría y se ha sentado en una mesa de negociación con aquellos que enarbolan la destrucción de España.
Si la alianza Podemos-IU quedara en segunda posición, el resultado acarrearía consecuencias dramáticas tanto para el Partido Socialista de un Pedro Sanchez que quedaría noqueado y deslegitimado para dirigirles, como para España y los españoles, porque auparía a Podemos como una alternativa de gobierno real al PP fruto del sumatorio de toda la izquierda. Resulta alarmante que un partido populista financiado por la dictadura venezolana del Chavismo llegue a tener serias posibilidades de alcanzar el Gobierno de una Nación del prestigio y peso como España. Se puede entender el hartazgo ciudadano hacia los políticos fruto de los sonoros casos de corrupción de los últimos años, pero lo que no se entiende es que ese hartazgo sea capaz de poner en riesgo la estabilidad y el futuro de una economía que a duras penas se recupera de una de las mayores crisis de nuestra historia reciente.
Nos encontramos a tres semanas de las elecciones, y el número de indecisos se estima en el 30%. Ellos pueden inclinar la balanza definitiva hace un Gobierno estable que continúe con la senda de crecimiento actual, o hacia un gobierno populista que ralentice la economía y debilite seriamente los avances democráticos.
No es momento de experimentos, sino de seguridades.
MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ LOZANO
Creador y CM de @Porlavida2014. Analista Internacional en @RevistaLaNacion de @AccionNacional.
Deja una respuesta