“Oh and while the king was looking down
The jester stole his thorny crown
The courtroom was adjourned
No verdict was returned”. – American Pie, Don McLean
El Tribunal de Justicia de la UE ha fallado recientemente que el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras, gozaba de inmunidad parlamentaria tras la proclamación de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo.
Por lo tanto, el Tribunal Supremo debía haberle excarcelado para que pudiera coger el acta como eurodiputado y, posteriormente, haber pedido el suplicatorio —permiso— a la Eurocámara para devolverlo a prisión a la espera de la sentencia por el juicio del “procés”, que concluyó el 12 de junio.
Se trata sin duda de un varapalo importante para la justicia española que ha acelerado, de momento en las redes sociales, el sentimiento anti-UE de una parte de la población española. El hashtag Spexit fue trending topic en Twitter durante todo el día en que se dio a conocer la sentencia.
Este movimiento tiene su origen en VOX y la parte más conservadora del espectro político español. Básicamente por cuestiones de soberanía. Soberanía que precisamente ponen en peligro con campañas electoralistas como ésta.
Parece claro que España, como país latino que es, en caso de ir por libre tendría una tendencia imparable a desviarse de la ortodoxia económica y transitar por la vía argentina o venezolana. Al final parece que los conservadores y la extrema izquierda nos quieren llevar por el mismo camino…
La UE con todos sus defectos, es nuestra única protección ante medidas populistas e ineficaces de los gobiernos de turno como la devaluación de la moneda o la impresión de dinero a mansalva.
De hecho, el euro puede entenderse como “proxy” del patrón oro como bien defiende el profesor Jesús Huerta de Soto en su informe “En defensa del Euro: un enfoque austriaco”. Siempre es preferible el euro antes que la vuelta al nacionalismo monetario.
Como bien saben, Nixon desligó definitivamente el dólar del patrón oro en 1971, ya que este frenaba y limitaba el uso arbitrario del poder por parte de los políticos.
Como se puede comprobar en un artículo de Daniel Fernández publicado en Libre Mercado el 15 de agosto de 2016 la ausencia del patrón oro provoco un récord inflacionario y de déficit público, demostrando que era un impedimento a los desmanes económicos de los gobernantes de turno.
Así, en el periodo que va desde 1951 hasta 1971, el déficit federal de EEUU sobre PIB fue de 0,6 % de media, mientras que en el periodo 1972 a 2015 fue del 3 %.
De igual forma, las cifras de inflación después de 1971 muestran un incremento importante. La inflación desde 1951 hasta 1971 avanzó a un ritmo medio del 2,2%, pero desde 1971 hasta 2015 la media casi se ha duplicado, subiendo hasta el 4,1%.
Con todos los errores que comete el BCE y que darían para un buen número de artículos, el euro nos protege de la posibilidad de manipular la moneda local por parte de nuestros mandatarios, algo que sin duda habrían hecho en un entorno de moneda nacional y tipos de cambio flexibles.
Por otro lado, abandonar el euro es mucho más complicado que en su día fue dejar atrás el patrón oro. Supondría la creación de una nueva moneda propia, de capacidad adquisitiva menor y desconocida, lo que supondría enormes trastornos a todos los agentes económicos del país.
En términos muy similares a Huerta de Soto se expresaba la investigadora de la Universidad de Barcelona, Alba Roldán, en una entrevista publicada en La Vanguardia el uno de marzo de 2017. El euro, decía Roldan, es una moneda que compartimos con varios países, así que no podemos hacer la política económica que deseemos. Además, tampoco permite políticas monetarias fiscales o de tipo de cambio unilaterales.
Imaginen ahora lo que sería una España dirigida por el PSOE con sus socios de Podemos, si nuestro país estuviera fuera del Euro. A buen seguro, a lomos de la mentira y la demagogia, tomarían todo tipo de medidas económicas erróneas que llevarían a nuestro país a la ruina.
Si la situación nacional ya es preocupante con el gobierno que se avecina, nuestra no pertenencia al euro sería la estocada final, el descabello de la economía nacional.
Así que cuidado que las armas las carga el diablo y jugar con estas cosas no es buena idea. La mecha se enciende con un hashtag lanzado por intereses políticos espurios y después tal vez no se pueda apagar.
Seamos críticos con los burócratas de la UE pero desde dentro porque fuera hace mucho frío… ¿Winter is coming?
FERNANDO SICILIA FELECHOSA
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo en 1995. Diploma in Business Studies por la University of Bradford (Reino Unido) en 1994. Máster en Análisis Financiero por la Universidad Carlos III de Madrid en 1998. Diploma in Options, Futures & Other Financial Derivatives por la London School of Economics & Political Science en 1998. Senior Auditor Credit & Operational Risk en Banco Santander, División de Auditoría Interna (1999-2005). Desde abril 2005, Director Gerente de Clínica Sicilia. Máster en Dirección Económico – Financiera por CEF – UDIMA.
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