Cada cierto tiempo suele reaparecer en Asturias el dichoso asunto del área metropolitana, en unas ocasiones aparecen bajo el nombre de “Ciudad Astur” y ahora vuelve a resucitar con el nombre de “Asturias Central”. Pero en definitiva es el mismo proyecto, un proyecto que consiste en crear una nueva estructura burocrática administrativa por encima de los municipios del Área Central y por debajo del Principado. Una estructura burocrática administrativa que viene introducir un nivel adicional de carácter supra municipal y que supone un incremento en la ya pesada carga de estructuras funcionariales con las que cuenta Asturias. Una Asturias que –no olvidemos- es una comunidad autónoma uniprovincial pero que sin embargo cuenta con un montaje burocrático equivalente al de Comunidades Autónomas integradas por múltiples provincias. Este área metropolitana viene a recargar el ya de por sí pesado sector público de Asturias y a interferir en el normal desenvolvimiento de la actividad económica, creando nuevas barreras y obstáculos para la generación de riqueza y empleo. Es un nuevo chiringuito con el que cobrar dietas y colocar a allegados con la excusa de llamarlos técnicos y expertos.
El área metropolitana no va a aportar nada a los posibles problemas de movilidad de Asturias en el área central. Es un proyecto lleno de palabras tan bonitas y altisonantes como huecas y vacías. A día de hoy ese área central ya existe, es una realidad y funciona razonablemente bien, los problemas que puedan existir han de ser resueltos a través de la liberalización del sector de transporte de viajeros, por el Principado y Adif, que para eso están y para ello cuentan con las competencias para hacerlo. Crear un organismo interpuesto entre los municipios y el Principado en modo alguno mejorará nada, un nuevo organismo que además escapa al control democrático, una entidad con muchísimo poder en la que sus cargos no serán elegidos en elecciones, y donde el reparto de poder y sillones lo harán los alcaldes y el Principado, los sindicatos y la patronal, en uno más de los amagüestos a los que ya nos tienen acostumbrados.
El Principado es la institución que tiene las competencias y quien debe tomar las decisiones en relación con las cuestiones que puedan afectar al área central de Asturias, evadir su responsabilidad y trasladarla a un ente burocrático administrativo no mejorará en modo alguno la situación actual, pero incrementará los costes de la estructura administrativa del Principado, recayendo el sostenimiento del nuevo ente en una región ya asfixiada a impuestos.
Los defensores de este disparatado proyecto arguyen que gracias al mismo se podrá optar a subvenciones de la Unión Europea qué están condicionadas para unidades poblacionales de más de 800.000 habitantes. Pero no tiene ninguna justificación montar un chiringuito con el objetivo de cobrar subvenciones. Es precisamente esa cultura de la subvención la que ha hecho muchísimo daño Asturias. Por otro lado, las proyecciones demográficas de Asturias para los próximos 20 años ya sitúan la población del total de la provincia por debajo de esos 800.000 habitantes, por lo que a la larga -y para poder seguir cobrando subvenciones- habría que ir ampliando la extensión de ese área central de Asturias, incorporando a todos los municipios y concejos de las “Alas”. Al final, el área metropolitana ocupará la totalidad de la provincia, solapándose totalmente con el Principado. Además, pretender crear un área metropolitana que incluiría al 80% de la población asturiana vendrá a vaciar de contenido al Principado, que quedaría exclusivamente para atender a las “Alas” donde solo habita el 20% de los asturianos, quedando aún más incomunicadas y abandonadas.
Lo que resulta cómico es la postura favorable de las Cámaras de Comercio de Oviedo, Gijón y Avilés a este proyecto cuando ellos son incapaces de ponerse de acuerdo para fusionarse en una sola entidad cameral. Imaginamos que es porque tienen asegurados algún sillón remunerado en los órganos de representación con que se dotaría el Área Metropolitana.
Aquí nadie quiere renunciar a su cortijo: ni las Cámaras de Comercio quieren fusionarse, ni los Concejos integrarse. Asturias necesita eliminar estructuras, aligerar la pesada carga que recae sobre los contribuyentes y las empresas, reducir organismos y gasto, no incrementarlo. Reduzcamos el número de concejos, suprimamos organismos innecesarios.
Muchos dicen que el área metropolitana es necesaria porque hay quien vive en Gijón, trabaja en Oviedo y compra en Intu, que está en Siero, pero la creación del nuevo ente en modo alguno cambiará eso. Seguiremos desplazándonos todos por la “Y” y el Área Central no nos teletransportará de una localidad a otra por arte de magia; pero sin embargo sí tendremos que pagar a un montón de nuevos funcionarios, asesores y “expertos” cuya única misión será poner trabas e impedimentos a la actividad económica y a la generación de empleo.
JAVIER JOVÉ SANDOVAL (Valladolid, 1971) Licenciado en Derecho, Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por el Instituto de Empresa y PDG por la Universidad Oberta de Cataluña, desde el año 2.000 desarrolla su carrera profesional en el sector socio sanitario. Es Socio Fundador del Club de los Viernes y miembro de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios, Directivos y Profesionales de Asturias. Actualmente escribe en El Comercio y colabora habitualmente en Onda Cero Asturias y Gestiona Radio Asturias.
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