Violencia en Jerusalén
El pasado 24/7/2017, como todos los días, leí el diario El Comercio, para comprobar que el editorial titulado “Violencia en Jerusalén”, me pareció tan alejado a la realidad, que no pude resistirme a tatar de reflejar objetivamente el origen de la tensión que se vive estos días en el acceso a la explanada de las mezquitas y que el editorialista ha obviado para reflejar una realidad inexistente.
El Noble Santuario
Tuve la suerte de visitar, lo que los palestinos denomina Haram esh-Shariff, El Noble Santuario, hace varios años, cuando recorrí Israel y Jordania de mochilero con un amigo.
Para acceder al sagrado lugar tuve que vestir una falda de cintura a tobillos y una camisola de manga larga, ambas prendas de color negro, pues mis pantalones cortos y camiseta, no eran lo suficientemente pudorosos a los ojos de los guardianes de la mezquita Al-Aqsa y el Domo de la Roca.
¿No alcanzo a imaginar la reacción de la progresía nacional si en cualquier catedral española se planteara tal exigencia?.
Cierto es que sólo estábamos a más 40 grados de un fresquito mes de agosto en Jerusalén.
Una ciudad maravillosa, como lo es todo Israel y que animo a visitar a todo el mundo.
El mundo de las lamentaciones
En cambio, los Judíos sólo me plantearon que reposara sobre mi cabeza la discreta Kipá, sin necesidad de esconder mis blanquecinas carnes, para acceder al muro de las lamentaciones.
Un muro que contribuye al soporte de las explanada de las mezquitas que se sitúa justamente encima suyo y desde la que se lanzan con cierta asiduidad piedras y cócteles molotov.
Los hechos que se obvian
El hecho es que en el editorial de El Comercio, se obvian todos los hechos que han dado lugar a que las autoridades israelíes instalaran nuevamente los detectores de metales para acceder a la explanada de las mezquitas.
Apuntan el editorial tal decisión como unilateralmente adoptada por Israel en pos de una supuesta intención Israelí de humillar a la población árabe y alertando sobre el peligro que dicha acción del gobierno israelí puede tener sobre la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico.
Tal parece que usa su posicionamiento al lado de occidente y del mismo Donald Trump, contra EI, para justificar su injustificable ataque a las autoridades israelíes.
El editorial refiere otras circunstancias históricas subjetivamente interpretadas por el editorialista y que darían para varios artículos.
La población palestina
Simplemente me gustaría recordar que los árabes-israelíes y entre ellos muchos palestinos, entre otros los tres terroristas que originaron la vuelta de los detectores de metales, son los que gozan de mayores derechos, en comparación con cualquiera de los países árabes en los que resida población palestina.
El editorialista, obvia, entiendo premeditadamente, pues son de público conocimiento, los hechos objetivos que dieron lugar a que se instalaran los detectores.
Asesinatos el pasado 14 de julio
El pasado 14 de julio dos oficiales israelíes fueron asesinados por tres terroristas (árabes-israelíes, no palestinos), usando cuchillos y un subfusil.
Estas armas habrían sido introducidas al Monte del Templo al no existir control de acceso alguno al mismo.
No he leído la condena de este ataque terrorista al editorialista, fomentando así una posverdad que sólo agrava el conflicto, pues justifica las acciones terroristas.
Como siempre, la condena es hacia la reacción de Israel y no a los hechos previos que la desencadenan.
Es el mayor éxito de los enemigos de Israel, la condena de occidente, bastante sistemático y que los dirigentes palestinos saben bien como utilizar, incluso a costa de su propia población.
El único éxito que hasta la fecha se han podido apuntar los enemigos del estado hebreo.
De hecho, los tres terroristas, abatidos por policías israelíes en el curso del ataque, son ahora jaleados como héroes y víctimas de la opresión, u obviado su ataque por editorialistas europeos.
Los detectores de metales
Como refiere Basam Tawil en “Detectores de Metal y mentiras Palestinas” (http://elmed.io/detectores-de-metal-y-mentiras-palestinas/), los detectores de metales tienen como objetivo impedir que los terroristas introduzcan clandestinamente armas en el Monte del Templo.
Esto es lo que debería ser visto como una profanación de un lugar sagrado.
Pero, en vez de respaldar los esfuerzos israelíes por impedir matanzas en ese lugar sagrado, los palestinos, otros árabes y algún editorialista, están culpando a Israel por tratar de proteger a todo el mundo que accede a este lugar sagrado con una serie de medidas básicas de seguridad.
El plan jordano de instalar cámaras de seguridad
Refiere Tawil como el año pasado los palestinos abortaron un plan jordano para instalar docenas de cámaras de seguridad en el Monte del Templo.
Se supone que las cámaras iban a refutar o confirmar las acusaciones palestinas de que Israel está planeando destruir la mezquita de Al Aqsa.
Los jordanos se echaron para atrás por la intimidación palestina, que incluía la amenaza de destruir las cámaras.
¿Por qué se comportaron así? Los palestinos temían que sus actos de acoso y violencia, su acaparamiento de armas para atacar a visitantes judíos y policías, quedaran registrados.
Israel estaría encantado con la instalación de esas cámaras, pero no escuchamos que se propongan esas medidas por parte de los “rigurosos” comentaristas europeos.
Atendamos a los hechos objetivos
Seamos rigurosos y atendamos a los hechos objetivos, los detectores de metal se instalaron a raíz de un ataque terrorista con la consecuencia de dos víctimas mortales, no porque Israel quiera humillar y tensionar la relación con los palestinos.
Licenciado en Ciencias Económicas, Licenciado en Derecho, Postgrado en Finanzas por la Universidad de Wisconsin. Trabajó en Morgan Stanley, como director de empresas participadas de importante family office. Autor de publicaciones relacionadas con el mundo financiero. Actualmente es socio fundador y mayoritario de despacho de abogados con sedes en Asturias y Valladolid cuya especialidad son las reestructuraciones empresariales.
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