¿En qué momento nos hemos olvidado del significado de las palabras? ¿Cuándo han cambiado las tornas y el infierno se ha convertido en lo bueno y el paraíso en lo malo? Nunca he sido un devoto religioso, pero siempre me ha apasionado la forma en que la Iglesia nos ha estado haciendo bullying sentimental durante los últimos siglos con la idea de un infierno al que iríamos si no seguíamos sus reglas. Resulta que ahora los predicadores son diferentes, aunque el objetivo es el mismo: sigue las reglas que marco yo.
Sobre esto hablaba el otro día con un amigo, quien me contó lo indignado y enfadado que estaba al ver cómo los ricos y poderosos se llevan sus dineros a ‘paraísos’ fiscales. Y lo cierto es que se indigna con toda la razón del mundo. De hecho, todos deberíamos estar indignados cuando vemos cómo los que tienen dinero o hacen las normas se las arreglan para pagar menos impuestos mientras nosotros tenemos que vivir en un verdadero infierno fiscal en el que de la noche a la mañana nos quitan la mitad de nuestro sueldo.
Amigos, familiares, conocidos, ahorradores o no ahorradores: asumámoslo, nunca tendremos suficiente dinero como para poder usar estas artimañas —legales en la mayoría de los casos— en islas tropicales o montañas nevadas, ya que la cifra que al final del año pasa por la inmensa mayoría de nuestros bolsillos no tiene tantos ceros.
Al igual que mi amigo, yo también estoy indignado. Indignado de ver cómo si tienes dinero puedes pagar menos impuestos que yo; de ver cómo si tienes poder puedes hacer las reglas para favorecerte a ti mismo y a tus amigos, pero nunca a todos los ciudadanos. Y me pregunto por qué esos políticos que se llevan su dinero a otros países con la idea de pagar menos impuestos no reforman el sistema para que, del mismo modo que ellos, todos tengamos las mismas oportunidades y paguemos menos al fisco sin tener que irnos a uno de esos ‘paraísos’.
Sí, estoy en contra de los ‘paraísos’ desde el mismo momento en que entiendo que la existencia de un paraíso implica la existencia de un infierno. Erradiquémoslos, acabemos con los paraísos fiscales, todos sabemos cómo hacerlo. Solo tenemos que acabar con los infiernos fiscales y de ésos sí que somos responsables.
Experto en Relaciones Internacionales. Graduado en Administración y Gestión Publica y Master en estudios árabes e islámicos contemporáneos. Actualmente asesor en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos en el Parlamento Europeo.
Apasionado de Europa, no de la Union Europea.
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