El concepto de libertad
Según la potencialmente infinita división del trabajo, “hay gente pa´tó”, como dijo el torero, y Ortega era filósofo, un gran filósofo, el mejor filósofo español por delante de Vives, Suárez, Feijoo y Balmes.
Un pensador radical.
Por razones de trabajo, estos días he estado releyendo sus “Lecciones de Metafísica” y me gustaría hablar del concepto de libertad en Ortega.
Liberal a la europea
¿Era liberal a la europea Ortega? No es el objeto de este artículo, si bien es remarcable que uno de los primeros libros de su discípula María Zambrano se titulase “Horizonte del liberalismo” (no lo he leido).
En mi opinión, no hay mucho que aprender de las distintas intervenciones de Ortega en política: su reformismo apoyó la dictadura de Primo de Rivera y después se desmarcó e hizo lo mismo con la República.
En la guerra civil se exilió, aunque apoyando al bando franquista.
Volvió a España en 1945 y no se le dejó abrir un Instituto de Humanidades.
Liberalismo elitista
La fama, inmerecida a mi modo de ver, es que su liberalismo es elitista y aristocrático.
No he leído “La rebelión de las masas”.
Pero para empezar rechazo los conceptos de fuerza y masa tal y como hace Antonio Escohotado en “Caos y orden”.
En cualquier caso, su teoría del perspectivismo explica bastante bien el sentido de la democracia misma.
No escribió, como su discípula María Zambrano un libro sobre la democracia (“Persona y democracia”, que sí he leido), pero a cambio fundamentó el significado filosófico real de la democracia en el mencionado perspectivismo.
Sin embargo, su gran teoría es la del raciovitalismo.
¿Y cómo se concibe la libertad humana según la razón vital? Pues a mi modo de ver, se trata de una libertad radical, esto es, arraigada en la realidad radical que es para mí el concepto mayor de Ortega.
Modo de entender la libertad
La realidad radical para Ortega es el yo y su circunstancia.
Hay cierto modo ingenuo de entender la libertad, y me parece que no es el caso de Ortega: no somos libres de decidir nuestro nacimiento, nuestros padres, nuestra familia, nuestro lenguaje habitual.
Todo esto es “circunstancia”.
Pero es que “circunstancia” también son nuestro cuerpo, nuestra psique (y hasta Dios mismo).
El yo no es el ego, sino el sí mismo, y la circunstancia es histórica.
“El hombre no tiene naturaleza sino historia”, dice Ortega.
No quiere decir esto que la Naturaleza no existe, sino que también es circunstancia.
La libertad de Ortega parte de lo que hay, y lo que hay siempre es yo y circunstancia.
Esto es lo que Ortega llama “vida” o, mejor dicho, “vivir”.
¿Y qué es vivir? Vivir para Ortega es quehacer.
La vida nos es dada, pero no hecha.
La vida nos da mucho quehacer.
Tenemos que hacernos la vida. Una libertad que pretenda soslayar este `tener que hacerse´ es una seudolibertad.
Condenados a la libertad
Como diría un escritor con el que tiene poco que ver, Sartre, estamos “condenados a la libertad”.
Solo que releyendo a Ortega no percibo este tener que hacer como una condena.
La razón vital es una razón histórica en el sentido primigenio: no que la conoce o se agota en la historia conocida, sino que la hace.
Esta acción es la libertad, del sí mismo y en su circunstancia.
Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales
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