El distinguido catedrático y académico Dalmacio Negro es autor de La tradición de la libertad, en la Colección Cristianismo y Economía de Mercado, publicada por Unión Editorial y el Centro Diego de Covarrubias. El libro ganó el II Premio a la Libertad que otorga este Centro.
No es un volumen tranquilizador, porque el profesor Negro denuncia que la tradición liberal prácticamente ha desaparecido en Europa.
Despeja de entrada el equívoco del llamado “neoliberalismo”, que en realidad propicia más intrusiones políticas y legislativas, más impuestos, más gasto y más deuda, y a veces todo esto a la vez, en una plena antítesis del liberalismo.
En efecto, en el intervencionismo hegemónico, a menudo llamado neoliberalismo, la libertad resulta socavada: “En el estatismo no son contradictorios el individualismo y el colectivismo. Al estatismo le conviene aislar lo más posible a los individuos”. Llegamos a un neoliberalismo donde aparentemente no hay límites a la conducta individual, pero la servidumbre de las personas es lo que se impone al no haber instituciones, familias, mercados, propiedad privada, moral…incluso la nación está cuestionada.
No vivimos en infiernos comunistas o nazis, porque el poder ya no asesina en masa, pero usurpa derechos y libertades poco a poco, mediante controles, multas, regulaciones e impuestos; mediante políticas redistributivas supuestamente abnegadas, acometidas en nombre de la libertad. El neoliberalismo es un falso liberalismo, porque respalda y promueve el recorte de las libertades. Así, los estados neoliberales en realidad son socialdemócratas.
Este desenlace proviene de un proceso antiguo, de la mal llamada Ilustración, que convierte a la ley legislada en la fuente del Derecho: “El Derecho que se estudia en las Facultades de este nombre, es prácticamente Legislación, de forma que los legisladores actuales son en realidad burócratas legalistas”. Dalmacio Negro observa con acierto que esto equivale a una genuina perversión antiliberal. Digamos, es fundamento del Derecho que la ignorancia de la ley no excusa su cumplimiento, pero la legislación moderna tiene miles de normas que son “instrumentos de la voluntad de poder y de intereses más o menos ocultos”, lo que desemboca en la inseguridad jurídica. Lo previó Tácito: “la abundancia de leyes es propia de una república muy corrupta”.
El poder tiene cada vez más tareas y cada vez menos límites. La libertad ha de ser constreñida porque, como dijo Gunnar Myrdal, es necesario “proteger a las personas de sí mismas”, y al final terminamos creyendo que la libertad política equivale a que el poder generosamente permita, y hasta instigue, cualquier actividad, pero siempre que sea sexual.
Este proceso diviniza al Estado y ataca sin cesar a la fe: “La crisis de la religión conlleva la de la moral, la política y el Derecho. …a consecuencia de la crisis religiosa y la pasividad de las iglesias, no resulta ya fácil distinguir en la Europa decadente entre lo legítimo y lo ilegítimo, lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo recto y lo incorrecto, en definitiva, los límites que debe tener el poder”. El ser humano ve recortada su libertad, y no percibe que en parte se debe a que la Iglesia ha sido derrotada por el Estado.
Concluye el profesor Dalmacio Negro: “el problema es que la Iglesia no comprende, se niega a reconocer o teme reconocerlo, que su gran enemigo en este mundo es el Estado. Ahora bien, cuando no se reconoce o no se sabe reconocer al enemigo, la batalla está perdida de antemano. Y la Iglesia ha perdido muchas batallas desde que se asentó el Estado… Seducida por el Estado con el mito de la justicia social y otros mitos, temerosa de ser acusada de retrógrada y reaccionaria en nombre del Zeitgeist, la Iglesia ha renunciado a utilizar su auctoritas contra el secuestro de las libertades. Con todo, Religio est libertas”.
Carlos Rodríguez Braun es un experto en pensamiento y liberalismo económico con reconocimiento internacional por sus publicaciones y conferencias. Este doctor en Economía hispano-argentino se caracteriza por aunar el rigor académico con el afán divulgativo. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Argentina y catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid, y combina la publicación de libros y artículos académicos con la colaboración con medios de comunicación escritos y audiovisuales.
Excelente exposición, válida para todo el mundo. En Argentina estamos sufriendo desde hace 70 años la intromisión del Dios Padre Estado en los asuntos de las personas con regulaciones, leyes parásitas, sindicatos mafiosos. jueces y partidos políticos llenos de terroristas subversivos y criminales corruptos implicados en la mafia, la prostitución y el narcotráfico.
El neosocialismo y el neoliberalismo son la misma cosa, no votás por un presidente sino por un monarca absolutista y una corte de ministros y nobles parásitos del estado que mantienen como fuerza de choque a sus propios asalariados que pagamos todos con los subsidios, como en las películas sobre Las Guerras del Hambre.
Me causa cierta prevención que en este proyecto puedan infiltrarse falsos liberales, con el objeto de torpedear sutilmente, desde dentro, esta iniciativa.
Voy a esperar un poco para constatar -si se me permite- el sesgo de su desarrollo, aunque la idea motriz está dentro de mi ideología de un neorenacentismo cultural, sin imposiciones doctrinarias.
Gracias!
Magistral y valiente artículo, y supongo que la obra lo será en mayor extensión. Hay que apoyar a estos autores, ya raros, contra el pensamiento único.
Excelente y apropiado