Dilemas éticos
Hace un par de semanas propicié, con varios amigos, un intercambio de ideas, acerca del liberalismo, el cual considero mi más preciada adquisición intelectual, desde que abrí los ojos al pensamiento político, allá por el año 2014.
La primera discusión comenzó cuando uno de mis amigos, colocó el liberalismo al mismo nivel intelectual y moral que el socialismo; como si se tratase de dos caras de una misma moneda, su argumento: el liberalismo es una Ideología más. Mi refutación se basó en que esta doctrina política no reclama para sí lo que Jean François Revel, en su libro El Conocimiento Inútil, llama dispensa intelectual, que lleva a una ideología a tomar en cuenta solo los hechos que son favorables a la tesis que sostiene, omitiendo aquellos que la contradigan; tampoco se atribuye el Liberalismo, la dispensa práctica, con la cual, una ideología como el socialismo, descarta sus fracasos como prueba de refutación de su tesis. Por último, ningún referente liberal se toma para sí, la dispensa moral, que endilga a los promotores de algunas ideologías nefastas, la absolución automática de crímenes y faltas de éticas; con tal y vayan en función de los intereses afines a dichas ideologías.
Los Liberales entienden el liberalismo como una doctrina filosófica – política que propone una sociedad libre y abierta, en la cual no se impone una corriente de pensamiento específica, sino que prevalece la idea de la libertad individual y se promueve al respeto irrestricto a los proyectos de vida de cada individuo; el respeto sagrado a la propiedad privada, la cooperación voluntaria entre los ciudadanos y un gobierno que, dedicado exclusivamente a sus funciones básicas de seguridad, justicia, es incapaz, por diseño, de tiranizar a sus ciudadanos.
Se podría decir que el liberalismo es una compilación de observaciones, ideas y principios pragmáticos pero también éticos y morales, alrededor de determinadas instituciones humanas que han permitido, no solo un éxito evolutivo sin parangón de las sociedades en las que se instauran, sino que además, lo logran con un alto grado de libertad individual. Esto lo hace moral, e intelectualmente superior a las ideologías o doctrinas colectivistas.
El primer dilema ético que se me planteó a manera de desafío, fue el siguiente:
¿Es ético presionar el acelerador del desarrollo cuando hay mucha gente quedándose atrás?
Este dilema, que se plantea bajo la óptica del igualitarismo es falso, porque con el incremento acelerado de la riqueza a través del proceso productivo capitalista, se puede combatir la pobreza de manera efectiva y mucho más eficiente que por la vía distribucionista propuesta por la izquierda. En este sentido, será siempre mayor la cantidad de gente que se queda atrás en una sociedad con crecimiento bajo o nulo debido a las restricciones de libertades económicas; que los rezagados que hacen vida en una sociedad libre (que se beneficia del proceso de acumulación capitalista). Este logro del capitalismo, (la cara económica del liberalismo), es demasiado importante; es inobjetable, incluso si en razón de esto, se notan de manera más marcada las desigualdades de resultados entre ciudadanos o grupos sociales.
En última instancia, los pobres de una sociedad libre tienen mejores niveles de vida que los pobres que hacen vida en sociedades con libertades restringidas. Es obvio que la existencia de estratos rezagados siempre es un problema a resolver, pero la solución no debe ser jamás ralentizar el proceso productivo capitalista, a fin de garantizar la tan esquiva y problemática igualdad de resultados.
El siguiente dilema fue,
¿Pagan más impuestos los que más ganan? O, ¿En esto sí hay igualdad?
Uno de los temas más controversiales en las diatribas entre liberales y estatistas, es acerca del mejor sistema impositivo. Para entender un poco el debate es necesario saber que los 3 sistemas básicos que normalmente aplican los estados para recaudar impuestos son: el sistema de impuestos progresivos, en el cual se aplica una tasa impositiva mayor para gravar las rentas más altas; el sistema de impuestos regresivos, que grava con tasas más bajas en la medida que las rentas aumentan; y el sistema de impuestos proporcional, que implica que cualquier tramo de renta es gravado por la misma tasa.
Basándonos en uno de los más importantes principios de las sociedades libres occidentales como lo es el de Igualdad ante la Ley, los liberales, solo podemos concebir como justo, el sistema de Impuestos Proporcionales, es decir, una sola tasa para todos los niveles de rentas. El ataque socialista a este sistema radica en una concepción errada de la justicia; en virtud de la cual se supedita el principio de Igualdad ante la Ley; al nefasto “Igualdad a través de la Ley”. El resultado es que se le adjudica a la hacienda pública, la función de disminuir la desigualdad (de resultados) a través de la redistribución de la riqueza generada por los agentes económicos; en una forma tal, que el resultado práctico es una discriminación ante la Ley por razones de desempeño, esto es, castigando con tasas impositivas más altas a quienes son más productivos, y premiando con tasas bajas, a los menos exitosos; en perjuicio del sistema de incentivos que además de ser la fuente primaria de la acción humana, es el que promueve la generación y acumulación de riqueza en todo sistema capitalista.
La respuesta al dilema planteado es afirmativa puesto que satisface un objetivo de justicia al permitir que quien más gane contribuya más, en términos absolutos, a los gastos de sostenimiento del estado; pero además se trata por igual todos los ciudadanos.
(continuación el próximo miércoles)
Quito, 07 de marzo de 2019.
Notas 1) Jean-François Revel El conocimiento inútil Editorial Planeta, S.A., 1989
Economista venezolano, activista liberal, miembro fundador de la Coalición Derecha Ciudadana, expatriado en Quito, Ecuador.
Aunque los principios, ideas y argumentos que se manifiestan en este artículo son en mayor o menor medida conocidos por los que abrazamos la causa liberal, lo bueno es que son expuestos con una cierta sistematización y clasificación. Esto da claridad a la exposición y resalta la utilidad de las respuestas ante los diferentes dilemas que se plantean. Muy útil el artículo. Esperamos los siguientes.
Excelente reflexión, sencilla sin ser simple! Muy útil. Gracias! #derechaciudadana
Concuerdo con el autor. Excelente y bien redactado artículo. Muchos sostienen, palabras más, palabras menos, que el liberalismo es el producto tecnológico del método científico aplicado a la política… La doctrina que aplicada ha demostrado que maximiza la libertad y la prosperidad de los individuos.
Me parece excelente el lenguaje llano y sencillo con el que se exponen las ideas, apto para cualquier lego en tenas económicos, políticos o filosóficos !!!