Voy a tratar un tema espinoso. Hay mucha controversia sobre si lo que escribieron nuestros escolásticos de la Escuela de Salamanca referido a temas de economía influyó en el pensamiento de los austriaco liberales. Me voy a ceñir a los conocimientos elementales que tengo sobre esto, por lo que estoy abierto al debate, que ojalá se produzca.
Primero, decir que los escolásticos (S. XVI y XVII) no formaron un todo compacto, no todos pensaban lo mismo sobre estos temas. Los más representativos son Juan de Mariana, Covarrubias, Luís de Molina, Luís Saravia de la Calle…
El que más incide por parte de los liberales austriacos sobre la relación entre estas dos escuelas es Jesús Huerta de Soto, pues en Hayek solo hay dos menciones y Rothbard solo desarrolló cuatro simplificados puntos. O sea, que no hay un estudio sistemático de aquellas ideas. Además de que eran hijos de su tiempo, algunos fueron padres fundadores del Concilio de Trento y censores y consultores del Santo oficio.
Por eso no es de extrañar que choquen en la idea de Derecho Natural. Para los escolásticos son las leyes que dejó el Creador en la Naturaleza, son inmutables.
Para Hayek es el producto de la evolución, de una selección natural, claro, ya había conocido otras ideas.
En cuanto al precio justo, los escolásticos, sobre todo a través de Luís de Molina, consideraban que “el precio de los bienes debe tasarse en base a la estimación común en el lugar que se venda, consideradas todas las circunstancias concurrentes”. Molina y Saravia de la Calle consideran que estas circunstancias son los peligros del transporte, cantidad de vendedores y compradores, la urgencia y necesidades.
Para Hayek,”es lo que una persona puede obtener en un mercado libre a cambio de sus bienes y si le convendría venderlo o no”.
En otros escritos los tomistas, como es normal en la doctrina de la Iglesia, dicen que deben ser fijados por una conducta justa, cara a conseguir el bien común y la justicia, sin fraude, monopolio y violencia.
Hay que tener en cuenta que el “subjetivismo” es una de las banderas de la Escuela Austriaca. Para ellos, los fenómenos empíricos son constantemente variables, en los acontecimientos sociales no existen parámetros constantes, sino que son todos variables, lo que dificulta la econometría. Para ellos la economía es dinamismo, no para, por eso, al contrario de lo que dicen los neoclásicos, es imposible saber el punto de equilibrio.
El que más critica la postura austriaca es el divulgador y experto Daniel Marín Arribas, que la ataca porque es el poder del más fuerte, que es una estimación individual de hombres avaros, que priman los monopolios.
Creo que a Arribas lo pierde su pensamiento tradicional católico al decir que lo justo sería “lo que debería obtener”, mientras que Hayek dice “puede obtener en un mercado LIBRE”. Eso es lo que defienden los austriacos, el que haya competencia, muchos vendedores, que en definitiva es lo que dice Molina: “En base a la estimación común”. Yo estoy de acuerdo con la teoría subjetiva. A todos nos gustaría que funcionase perfectamente el mercado, pero hay que reconocer que “fundamentalmente” es el mejor sistema, no hay nada perfecto, hay unas cosas mejores y otras peores.
Para mí que esto lo resolvió el teólogo Juan de Lugo ( 1583-1660) al escribir que “Solo Dios puede conocer el precio justo matemático”, o sea, que lo más normal es “el precio que se pueda obtener”.
Otra cosa es el “precio legal”, del que también hablaron los de Salamanca, a raíz del problema del precio del trigo en época de escasez. No quiero extenderme en esto porque es meterse en más líos, ya sabemos lo que ocurre ahora en el campo español.
Otro tema de discusión es la teoría de valor. Hayek y los suyos, defienden la teoría subjetiva del valor, es decir la que estiman los hombres, el valor que consideran en cada caso según las circunstancias, que son los precios los que determinan los costes y no al revés. La teoría contraria es la que establece el valor según los costes, es decir el valor trabajo (teoría marxista) y otros costes.
En mi opinión la teoría de los escolásticos la resume bien el teólogo navarro jesuita Marcelino Zalba (1.908-2009): “El valor de las cosas y el que defendieron los escolásticos se halla en la acoplación armónica y proporcionada de muchos elementos objetivos y subjetivos. Y de ahí, que a la vez se afirmaba que el valor de una cosa no depende de su naturaleza intrínseca sino de la estimación de los hombres, indicaban que esta estimación subjetiva tiene y debe tener elementos objetivos”.
Esto valió para que Rorhbard vea solo la parte subjetiva y algunos socialistas la parte objetiva (la teoría del valor trabajo), o sea que preconizaron el marxismo.
Este tema es el más confuso. Lo que sí está claro es el empaque intelectual de estos magnos eruditos, que formularon la teoría cuantitativa del dinero (Azpilicueta), se dieron cuenta de la paridad del valor en los tipos de cambio (Tomás de Mercado), o que los títulos de deuda pueden formar parte de la oferta monetaria y servir como dinero (Luís de Molina), siglos antes de que lo hiciesen reputadas personalidades modernas.
Por todo esto, yo creo que sí fueron inspiradores del liberalismo en general. Pero que esto no les hace ser liberales, no querían inventar el capitalismo. Que no tenga miedo el señor Marín Arribas, reconozco que eran teólogos y moralistas, fruto de su tiempo.
Tampoco creo que a la Escuela Austriaca haya que llamarla Escuela Española, como pretende Huerta de Soto, eso es una exageración. Ni tanto ni tampoco.
JOSÉ CLEMENTE FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Economista. Experto en Contabilidad e impuestos.
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