Fracaso absoluto de la educación pública asturiana
Tras conocer los resultados de la primera EBAU (la prueba que se estrenaba este año y que viene a remplazar a la tradicional selectividad) sólo hay un titular posible: la educación pública asturiana es un absoluto fracaso, un terrible despilfarro y una condena para nuestros jóvenes.
Sólo así puede catalogarse el decepcionante resultado obtenido por los alumnos que cursaron sus estudios en institutos gubernamentales: de los 10 alumnos con mejores notas, sólo 3 estudiaban en centros estatales mientras que los 7 restantes lo hacían en colegios privados (Asturias es de las pocas regiones en las que no existe la modalidad del bachillerato concertado y sólo las familias que pueden permitírselo mandan a sus hijos al bachillerato de pago, o mejor dicho, de repago).
Los datos son escandalosos
Pero si ahondamos más en las cifras, verán que los datos son aún más dramáticos y escandalosos para la educación gubernamental.
De los 9.108 estudiantes matriculados para los dos cursos de bachillerato durante el año académico 2016-2017, 8.931 (el 97%) acuden a centros estatales y sólo 277 a colegios privados (el 3%).
Como estamos hablando de dos cursos (1º y 2º de bachillerato), podemos estimar que aproximadamente la mitad de todos los alumnos matriculados en esa etapa educativa no obligatoria (unos 4.500) cursaron (o deberían haber cursado) 2º de bachillerato y por lo tanto, deberían haberse presentado a la EBAU.
Pero lo cierto es que no es así, tan solo 907 alumnos -de un total aproximado de 4.500- hicieron la prueba de acceso universitaria, es decir, solamente el 20%.
Un despilfarro de dinero público
Pero si profundizamos aun más, vemos que los colegios privados presentaron a la citada prueba a alrededor del 90% de sus 138 alumnos matriculados en 2º de bachillerato (unos 124) y los institutos públicos sólo presentaron a unos 783 alumnos (un 18%) de los 4.223 que les corresponderían.
Es decir, la educación gubernamental abandona al 82% de su alumnado y es incapaz de que ingentes cantidades de chavales finalicen correctamente el ciclo educativo del bachillerato, en lo que es un despilfarro mayúsculo de dinero público, de capital humano y de ilusiones frustradas.
Los números
Los números son complejos y nos vemos en la necesidad de trabajar con estimaciones racionales ante la ausencia de datos oficiales, por lo que sería conveniente que –para poder manejar cifras exactas- la Consejería de Educación del Principado de Asturias hiciese públicos los resultados desglosando los números entre los alumnos que acuden a centros públicos y los que estudian en colegios privados.
Pero lo que sí que podemos aseverar, sin ningún género de dudas, es que el 3% de los alumnos (los que acuden a centros privados) sacan el 70% de las mejoras notas en la EBAU, mientras que el 97% de los alumnos (los que asisten a institutos públicos) sólo consiguen el 30% de las mejores calificaciones.
Esta petición de transparencia es esencial para que las familias puedan valorar si merece la pena el esfuerzo económico de mandar a sus hijos a un colegio privado en vez de dejarles vegetando en un instituto público; es más, esta información es fundamental para que la sociedad asturiana pueda decidir si tiene algún sentido despilfarrar 6.000 euros al año en una educación pública que es incapaz de sacar adelante al 82% de sus alumnos y si no sería mejor concertar el bachillerato para que, por la mitad del dinero de lo que nos cuesta una plaza en un instituto, nuestros hijos puedan recibir una educación de calidad que no lastre su futuro.
El lobby de la educación pública
Lamentablemente el lobby de la educación pública se negará en rotundo a que se aporten los datos oficiales sobre el desempeño de los distintos colegios e institutos, pues sólo mediante la falta de transparencia y la opacidad, mediante la ocultación maliciosa de la realidad, podrán seguir manteniendo su cortijo, aunque sea a costa de la educación y del futuro de nuestros hijos.
Negar la realidad y secuestrar a nuestros jóvenes en un sistema educativo deficiente sólo acrecentará las desigualdades sociales y económicas en favor de ese 3% de estudiantes que pueden permitirse escapar de los institutos públicos y en contra de ese 97% de alumnos que, atrapados en la educación estatal, verán limitadas sus posibilidades educativas y su futuro laboral.
Oportunidades para nuestra juventud
Si queremos equilibrar las oportunidades de nuestra juventud hemos permitirles que todos puedan acceder a esa educación de calidad –y a mitad de precio- que a día de hoy sólo reciben el 3% de los estudiantes, hemos de concertar el bachillerato.
Nuestros hijos se lo merecen.
JAVIER JOVÉ SANDOVAL (Valladolid, 1971) Licenciado en Derecho, Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por el Instituto de Empresa y PDG por la Universidad Oberta de Cataluña, desde el año 2.000 desarrolla su carrera profesional en el sector socio sanitario. Es Socio Fundador del Club de los Viernes y miembro de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios, Directivos y Profesionales de Asturias. Actualmente escribe en El Comercio y colabora habitualmente en Onda Cero Asturias y Gestiona Radio Asturias.
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