Liberalismo ya
Vivimos tiempos inciertos en los que hasta los principios más elementales del liberalismo se cuestionan sin ningún pudor.
Resulta que hoy en día se habla del liberalismo como si fuese el mal a combatir por toda la socialdemocracia en pleno.
Y ciertamente es comprensible que esto sea así, pues el liberalismo y el socialismo son polos opuestos.
Los primeros buscan el derecho y la libertad del individuo; los segundos tratan de subvertir, por medio de ingeniería social, la Ley y coartar la libertad de decisión de las personas. Unos tratan de que la gente encuentre su felicidad y decida, por el libre albedrío, como hallarla; los otros, pretenden decidir por los demás cómo ha de ser esa felicidad.
En cierto modo, la socialdemocracia no difiere mucho de los conservadores de derechas. Se trata de extremos que sí se tocan, pertenecientes a una etapa de la humanidad en la que el hombre aún era un niño social y políticamente. Ambos pensamientos pertenecen a un pasado no muy beneficioso para la raza humana. Pero realmente ¿qué es el liberalismo o neoliberalismo?
Libertad individual
El liberalismo es una corriente ideológica que se refiere fundamentalmente a dos aspectos: el económico y el político.
Se plantea ante los privilegios históricos cedidos tradicionalmente a las clases gobernantes.
La idea es que, frente a la jerarquía y a la autoridad, el liberalismo se presenta como un concepto de libertad y de igualdad.
Este concepto político fue construido a partir de los pensamientos de hombres como Condorcet, Rousseau, Voltaire, Montesquieu …, estos prohombres, proponían la limitación del poder, a través de la conocida separación de los tres poderes.
Así, una Asamblea sería elegida por sufragio.
La primera constitución liberal
Fue precisamente en nuestro país, donde apareció la tercera manifestación más temprana de este pensamiento, recordemos que la primera constitución liberal fue la de EE. UU, la segunda la francesa y la tercera la de las Cortes de Cádiz, con la elaboración de la Pepa o Constitución de 1812.
Es de reseñar, que esta se convirtió en un símbolo para los liberales europeos.
El término liberal es un invento de los Diputados españoles de aquellas Cortes.
Intelectuales de la talla de Quintana, Argüelles, Jovellanos… excepcionales personas que con su pensamiento liberal dieron los primeros pasos para que hoy día alcanzásemos la democracia de la que disfrutamos.
No es, por más que insistan, la socialdemocracia ni, mucho menos, los conservadores, los adalides de la libertad actual, sino que somos los neoliberales los verdaderos herederos de esta situación política que todos alabamos.
Argüelles y la constitución de 1812
Permítaseme, ya que estamos puestos, un pequeño homenaje al gran Argüelles que fue el artífice del discurso preliminar de la Constitución de 1812, del que ya hablé profusamente en otro artículo publicado en otro medio:
(…) no ha podido menos de adoptar el método que le pareció más análogo al estado presente de la nación, en que el adelantamiento de la ciencia del Gobierno ha introducido en Europa un sistema desconocido en los tiempos en que se publicaron los diferentes cuerpos de nuestra legislación, sistema del que ya no es posible prescindir absolutamente, así como no lo hicieron nuestros antiguos legisladores, que aplicaron a sus reinos de otras partes lo que juzgaron útil y provechoso. (…)
Del liberalismo, destaca en aquellos primigenios momentos, la imperiosa necesidad de que la educación fuese un bien universal del que todo el mundo pudiese beneficiarse.
Para ello, se hacía necesario el intervencionismo del Estado, pues de otro modo resultaba complicado alcanzar aquel objetivo. Así mismo, sucede algo similar con aquellas cuestiones irrenunciables por la Administración, tales como la seguridad interna y externa o la justicia.
El pensamiento económico
Pero si hay algo que realmente destaca en el liberalismo, es el pensamiento económico, donde la iniciativa privada a de liderar las casuísticas económicas.
Es el mercado el que establece los precios y los salarios, así como el resto de las variables microeconómicas y macroeconómicas, y no la administración, como mantiene la socialdemocracia.
Pues “Papá Estado”, ha de intervenir lo mínimo posible, ya que su actuación genera desajustes difíciles de corregir, mientras que el mercado, tiende al equilibrio.
Adam Smith y el pensamiento liberal
El padre de este pensamiento es Adam Smith, que estudió la naturaleza y nacimiento de la riqueza de los diferentes Estados con una visión netamente liberal.
Adam Smith, nos habla de la importancia que tiene la especialización en el trabajo.
Desde luego, resultaría arduo hablar del trabajo de Adam Smith en este breve artículo.
Concretando, es el pensamiento de Adam Smith el que triunfa, hasta el advenimiento del Crack del 29 del siglo pasado, donde las ideas intervencionistas keynesianas ganan terreno.
Fue Hayek quien muy sabiamente replicó a Keynes, exponiendo cómo el capital influye menos en la vida de las personas que el Estado, pues, afirma, que un millonario tiene muchísimo menos poder sobre él que un simple empleado público que porta el poder de coerción sobre su persona.
Luis Molina nació en Madrid en el mes de junio de 1974. Cursó estudios de delineación, posteriormente de informática y Derecho. Fue militar profesional, escolta privado y desempeñó distintas funciones en el terreno de la seguridad que lo llevó a viajar por toda España.
En la actualidad compatibiliza su labor de escritor con la de consultor/analista informático, además de colaborar en el diario masbrunete.es.
Sus obras más destacadas son:
– Antología poética, «Vivir soñando».
– Antologías de relatos, «Réquiem por un misterio» y «Cuarenta y un relatos de terror y misterio».
– Novelas: «El asesino del pentagrama», «El tesoro visigodo», «Juego de dioses y peones», «La capital del crimen».
Twitter: @AMusageta
Facebook: https://www.facebook.com/infoLuisMolina
Web: http://www.webluismolina.com
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