«»»Los avances tecnológicos, igual que los científicos, tienen dos tipos de finalidades cuya dicotomía, en función de distintas perspectivas (moralidad generalmente), es positiva o negativa.Dentro de esos avances está todo aquello que brinda y caracteriza como marco diverso a Internet. Podríamos hablar sobre el trato medioambiental o la productividad, pero en este caso, discutiremos sobre sus aplicaciones a la hora de desafiar el intervencionismo al que no pocos de los Estados actuales han ido tendiendo.
Para comenzar, recordemos que Internet pone a disposición de los 7’4 millardos de personas que habitamos la Tierra una ingente cantidad de oportunidades, recursos y servicios, habiendo eliminado completamente barreras geográficas cualesquiera.
Pero al mismo tiempo, sabemos que se entiende por descentralización la delegación de competencias de un ente central sobre unidades de orden inferior (en política, de hecho, nos consta que su correcta adecuación debe responder al principio de subsidiariedad).
Dicho esto, habiendo entendido que tanto Internet como una descentralización bien entendida causan el acercamiento a algo, positivo por cierto, podemos desarrollar una serie de “utilidades” que den lugar a un “desempoderamiento” de la clase política, cosa que pensamos en Navarra Confidencial.»»»
ÁNGEL MANUEL GARCÍA CARMONA (Retamal de Llerena, Badajoz, 1996)
Estudiante del Grado en Ingeniería Informática en la UDIMA. Anglo, franco y estonioparlante. Liberal-conservador. Aficionado a la fotografía y a la programación.
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