[PUBLICADO EN ESDIARIO EL 8 DE JULIO DE 2018]
«»» Cuando un político te pide que deposites su confianza en él, y tú a cambio le das tu voto para que gestione asuntos de calado que atañen a tu propia vida y a la de tu familia, lo mínimo que le debes exigir son principios, valores, no sé… que al menos no se ría de ti en la cara.
Quizá no pueda cumplir todo lo que te prometió, es posible que lo haya intentado con ahínco pero sin éxito. No le podrás reprochar nada en ese caso. Mas en aquellas cosas que sí están a su alcance, como predicar de obra y no de palabra, el votante debería ser implacable juzgador de hechos.
Es evidente que si el PP y el PSOE siguen estando donde están después de lo que han hecho en las últimas décadas es porque aún no hemos conseguido que la gente deje de acercarse a la política como al fútbol, a jurarle amor eterno a una ideología o partido pase lo que pase, hagan lo que hagan, sin ningún espíritu crítico; como soldados de uniformidad intelectual, cual rebaño guiado por un desmesurado poder mediático en el que ambas formaciones se han gastado millones de euros.
Quizá cuando la gente empiece a juzgar hechos y no intenciones, España cambiará de rumbo y con ello su destino. La izquierda, que en esto de la propaganda de masas está en este momento de la historia un paso por delante de la derecha, podría tener su tumba en Madrid, en concreto, Pozuelo de Alarcónpodría ser la tumba del Socialismo. «»»
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