Con motivo de la Liberty International World Conference que ha tenido lugar a mediados de agosto en la ciudad polaca de Cracovia y ha contado con la colaboración del Club de los Viernes (CdV), hemos querido publicar una entrevista que no solo aborda cuestiones de la convención, sino de expectativas de futuro y cuestiones políticas tanto nacionales como continentales.
Jacek Spendel es presidente y fundador de la Fundación para la Libertad y el Emprendimiento, un think-tank polaco de inspiración libertaria de derechas. También está graduado en Sociología por la Universidad de Silesia (aparte de haber estudiado en Washington D.C.) y es doctorando en filosofía política por la Universidad Jaguelónica de Cracovia.
A continuación expondremos el contenido de la entrevista.
Debido a la Liberty International World Conference, una conferencia coorganizada junto a la red Liberty Internation que tuvo lugar, del 12 al 15 de agosto, en Cracovia, nos gustaría saber cuál es tu pronóstico para los próximos 5 años en relación a la expansión de los principios pro libertatem por Polonia, al menos en lo relacionado con el activismo y la opinión pública. Por otro lado, ¿qué relevancia tiene actualmente el libertarismo de derecha, promovido por intelectuales con Hans-Hermann Hoppe, Lew Rockwell and Tom Woods?
En relación a las expectativas de cara a los próximos años, no es fácil responder ya que no soy un experto en previsiones. Pero, lo que puedo decirte, desde mi perspectiva, es que hay un auge en el movimiento pro-libertad de Polonia. Especialmente, en el tercer sector, en organizaciones no-gubernamentales. Según Lawrence Reed, Polonia es el tercer país tras los Estados Unidos y Brasil donde más potencia hay a estos respectos. Algunos movimientos están dedicados a la educación, otros a las políticas públicas y entre estos hay movimientos estudiantiles. Hay varias entidades, tales como KoLiber, el Instituto Mises, la Fundación para la Libertad y el Emprendimiento, y PAFERE. Luego, estoy satisfecho de que los ingresos de estas organizaciones resulten de donaciones voluntarias (no me consta ninguna que reciba subvenciones). En general, es muy saludable el movimiento.
No obstante, en relación a la política, no soy tan optimista. Los políticos pro-libertad no están haciendo un buen trabajo, aunque haya brillantes diputados libertarios como Jakub Kulesza (la cosa cambia en relación al partido de Korwin-Mikke, donde no predomina tanto la cuestión ‘pro libertatem’). Los partidos fallan en general y, por desgracia, la derecha alternativa está creciendo, aunque esto es una discusión diferente. Eso sí, es difícil desgranar cuántos liberales clásicos y libertarios hay en Polonia. También sé que la cosa está mucho mejor que en otros países europeos, la rama política no está tan fortalecida.
Por otro lado, como sabéis, Polonia es el país más conservador de Europa, y el libertarismo estará más escorado a la derecha que en otros países. Esto encaja muy bien con los intelectuales citados. Pero bueno, en realidad, el movimiento polaco no está tan inspirado en estos. Nosotros intentamos evitar divisiones serias tanto en cuestiones de izquierdas como de derechas. Somos conscientes de la importancia de la familia y la tradición, aunque la cosa es diferente en la “gran batalla” contra la hipertrofia estatal. En mi opinión, no es conveniente la división entre los libertarios de izquierdas -que predominan- y de derechas -que son minoría- (en los Estados Unidos, por ejemplo).
El pasado 12 de agosto, el vicepresidente de su think-tank, Marcin Chmielowski, impartió una ponencia sobre la historia de la Escuela de Económicas de Cracovia. ¿Podrías dar una breve explicación sobre esta institución? ¿Estaba de alguna manera conectada con la Escuela Austriaca? ¿En qué medida es influyente a día de hoy en Polonia?
La Escuela de Economía de Cracovia fue un grupo de preguerra de la la Universidad Jaguelónica que abogaba estrictamente por el Estado de Derecho, impuestos bajos, una economía menos regulada y comercio abierto. El mentor de ese grupo se llamaba Adam Krzyzanowski, que junto a Adam Heydel y Ferdynand Zweig, dos alumnos suyos clave, compusieron el núcleo de la institución.
El grupo estaba enfocado en el campo que hoy podemos describir como economía política, aunque los tres eran abogados formalmente (por entonces, era algo normal, ya que la economía, como disciplina, no estaba completamente separada; por ejemplo, el economista Ludwig Von Mises era un doctor en Derecho). Estaban activos en dos instituciones: la Universidad Jagelónica y la Asociación Económica de Cracovia, fundada en 1921 (fue el primer think-tank ‘pro libertatem’ polaco). En la universidad, ellos estaban haciendo tareas habituales, como conferencias, seminarios, etc. La asociación económica previamente mencionada fue un lugar para debates públicos, conferencias abiertas, publicaciones de libros (más de un centenar entre 1921 y 1939) y conferenciantes visitantes, de otras universidades.
La Escuela de Económicas de Cracovia estaba, de alguna manera, conectada con la Escuela Austriaca. Adam Heydel fue un seminarista de Mises y, en Polonia, le defendía públicamente. Podemos decir pues que Heydel fue un “Austriaco Polaco”. Krzyzanowski y Zweig no estaban tan alineados a los logros de la Escuela Austriaca (ambos estaban más en sintonía con la post-clásica tradición de Adam Smith), aunque algunas de sus visiones resultaron de la inspiración austriaca. Además, antes de la Primera Guerra Mundial, el noble polaco, profesor de la Universidad Jagelónica y hombre de Estado austro-húngaro (fue ministro de Hacienda) Julian Dunajewski hizo multitud de esfuerzo para establecer una tradición liberal clásica en esa universidad. Es más, investigó sobre Carl Menger, quien era un doctor de la Universidad Jaguelónica. Esto, casi nadie lo sabe.
Finalmente aunque no menos, Adam Heydel no fue el “primer austriaco polaco”. El nombre sería más propio para el profesor Wlodzimierz Czerkawski (1866-1913). Hay que tener en cuenta que Dunajewski y Czerkawski no formaron parte de la Escuela de Económicas de Cracovia. Ellos crearon un clima para las ideas liberal-austriacas y gracias a ellos, esos tres economistas pudieron establecer su propia escuela tras la I Guerra Mundial.
Hoy, dicha escuela no existe. Se trata de una entidad histórica, aunque espero que gracias a nuestros esfuerzos, la gente pueda recordar a Heydel, Zweig and Krzyzanowski. Tenemos varios austriacos en Polonia (dos profesores, dos docentes asistentes y varios doctorandos), y algunos de ellos saben la historia de la misma.
El 15 de agosto, el fundador y director del Centro de Investigación de Turismo Médico, David Vequist, dio varios apuntes sobre el auge del turismo sanitario en Europa Oriental. En cualquier caso, ¿por qué considera el libre mercado como factor de éxito cuando no hay un sistema sanitario similar al de Singapur y los europeos orientales tienen menor poder adquisitivo que los orientales?
Nosotros hacemos todavía labores médicas a un coste menor con respecto a países de Europa Occidental (por ejemplo, en relación a la odontología), a pesar de tener un sistema público pagado por todos los contribuyentes. Eso sí, este sistema (reconocido por nuestra constitución, que es “muy progresista”) está quebrado, por lo que muchos tienen que recurrir a la sanidad privada. Hay derechos garantizados pero hay una saturación en cuanto a las listas de espera (de tres a cinco años en muchos casos). Muchos médicos trabajan tanto en el sector privado como en el público, de modo que, pasadas las 2 de la tarde, apenas hay facultativos en los hospitales. Por cierto, nos gustaría revertir esto ya que en materia sanitaria, hay una mentalidad socialista. Pero sí, los servicios privados están creciendo en Europa Oriental.
El gobierno polaco está librando una importane lucha contra la Comisión Europea y varias entidades financiadas por Soros debido a su reforma judicial. Sin embargo, ninguna de esas entidades protesta cuando el caso se da en países como España, donde la justicia depende considerablemente de los políticos (por ejemplo, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Constitucional). ¿Crees que es una reacción contra la política migratoria y el marco conservador polaco?
Desde mi punto de vista, esto podría ser cierto. El tratamiento es diferente con respecto a donde gobierna la izquierda. Ahora bien, esto es más bien de cambiar caras en base a quienes favorezcan o no a los gobiernos de turno (no hablaría de “reforma”). Nuestro sistema no era maravilloso; la justicia era lenta y no se respetaba el Estado de Derecho. Eso sí, PiS piensa que si no cambia las cuestiones judiciales, el gobierno peligrará cuando controlan el poder ejecutivo y tienen mayoría absoluta. Por eso quieren acelerar los tiempos de renovación. Así pues, enfrentaremos una batalla con las instituciones europeas. Pero no sé cómo acabará la cosa. Eso sí, no comparto muchas políticas de la Unión Europea, aunque entiendo que para seguir en el club, hay que mantener unas normas para poder recibir subvenciones. Empero, coincido en que hay una doble vara de medir.
En relación a la inmigración, creo que algo podría darse al respecto, y estoy parcialmente de acuerdo con el gobierno polaco: no se debe reubicar a los inmigrantes en países donde no quieren. Quienes se oponen suelen ser mayoritariamente nacionalistas, y hay peligro tanto en estos como en los socialdemócratas, partidarios de las reubicaciones, las puertas abiertas y las concesiones de beneficios asistencialistas. Eso sí, yo acepto que vengan inmigrantes que quieran trabajar.
Como sabemos, la actual Unión Europea (UE) está tratando de convertirse en un Estado Único. Paulatinamente buscan nuevas vías de centralización, tales como el presupuesto común y el Ejército Europeo. Además, un alto porcentaje de regulaciones proviene de bruselas mientras que muchas medidas adoptadas han tenido fines de prohibiciones de productos o regulaciones absurdas en materia de privacidad.
En vistas de ello, ¿crees que sería mejor una reforma de la UE, tal y como ha propuesto el Primer Ministro neerlandés Mark Rutte, que abandonar la unión para sumarse, por ejemplo, a la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés)?
En primer lugar, pienso que la Unión Europea no puede convertirse en un Estado Único Centralizado. Creo que es una utopía. La historia demuestra que no es viable crear nuevos Estados y naciones basadas en varias existentes. Yugoslavia es un buen ejemplo de ello. De hecho, no habría legitimidad y, si bien es cierto que los Estados-nación tienen sus fallos, la gente debe tener libertad para asociarse.
En relación a la segunda cuestión, creo que el asunto es complejo. Debemos ser realistas: abandonar la Unión Europea (UE) podría causar mucha confusión. Así pues, mejor sería reivindicar la reforma. La Comunidad Económica Europea era mejor que la UE. Estoy a favor de la libertad de circulación y de comercio, aunque me preocupa el elevado nivel de burocracia y los intereses en crear un superEstado. Abandonar la UE no sería tan conveniente como trabajar por la reforma de la misma, para defender esas libertades que componen el tronco de la misma. Es más, me gustaría que la UE se convirtiera en la EFTA, que es un modelo muy interesante.
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