Decía Ayn Rand que el consenso es la forma de practicar la dictadura en las democracias. Un ejemplo de este dictadura «democrática» la encontramos en la denominada ideología de género, cada vez más presente en los discursos políticos democráticos y en ciertas prácticas institucionales.
El feminismo de género se dedica a hacer neo-escolástica del poder clitoriano y adoctrinar, desde la universidad, a generaciones enteras de sufridos estudiantes en la «Haeccitas» ( individuación del universal en el individuo particular) feminista. Resulta curioso que no se ponga de manifiesto lo irracional y absurdo del discurso feminista de género, por parte de aquellos que se definen como progresistas. La propia idea de igualdad de género es un oxímoron, tanto como hablar de «cuadrados redondos». Si los géneros son idénticos, entonces no son géneros, son especies.
Otro ejemplo de boutade «progre» como la idea «progresista» del giro de 360 grados. Si algo «gira» 360 grados vuelve a la posición inicial ( movimiento de traslación), algo como puede verse » muy progresista» en la medida en que supone «poco avance» y más bien bastante inmovilismo. Lo que de verdad subyace en la ideología de género no es una ideología emancipatoria, más bien se trata de una antropología bastante reaccionaria, en cuanto supone la consideración de la naturaleza humana como algo «disponible», «amoldable» según parámetros precisos. Es una forma de «poshumanismo», de pura negación de la realidad. Todo, incluido el género es una creación discursiva y como tal se somete a los dictados de lo políticamente conveniente.
Un ejemplo muy gráfico lo encontramos en la lucha por la apropiación del lenguaje. Para la ideología de género el lenguaje no es trasparente, sino que obedece a ocultas manipulaciones “patriarcales” que buscaban disminuir la “visibilidad “ de lo femenino. Según ellas la forma plural en español es patriarcal, en la medida en que no es inclusiva de las mujeres. Esto es un tamaño disparate que demuestra la escasa cultura lingüística de una forma de pensamiento que confunde género gramatical con sexo. El plural en ciertas lenguas no tiene marca de género ( por ejemplo el español ) o en otros tiene más de dos géneros ( neutro ). Por otra parte la mayoría de las diferencias de género de las palabras, que no tienen extra-lingüísticos referentes sexuados, obedecen a patrones puramente arbitrarios. Por ejemplo , una “lengua “ no es más feminista a causa de que en ella el sustantivo flor sea un sustantivo femenino ( español) , ni tampoco es más machista por lo contrario ( italiano, il fiore).
Además aplicar la aberrante ideología de género al ámbito de la lingüística equivaldría a a decir que son menos machistas los pueblos con lenguas que establecen diferencias de género en el mayor número de categorías gramaticales , cuando muchos de estos pueblos indígenas son bastante patriarcales. La “obsesión lingüistica por la “visibilidad” va en contra de la propia lógica de las lenguas que tienden precisamente a la economía del lenguaje. Por ejemplo en el caso del plural no marcado en español ( todos en vez de todos y todas……)
Un aspecto que no se destaca lo suficiente es que, a diferencia del feminismo de la diferencia o de los feminismos liberales y marxistas, el feminismo de género es una afirmación de la propia negatividad de la condición femenina.
Presentar la «feminidad» como un relato de opresión y no como un resultado citogenético es una imbecilidad mayúscula. Una ideología que lleva a parte de la población a considerar su condición un impedimento para su pleno desarrollo vital, no es digna de ser tomada en consideración en pleno siglo XXI. Hay un cierto paralelismo entre la ideología de género y nazismo. Al igual que los nazis, como Rosenberg, consideraban que tu «raza» te hacía apto para ser «esclavo» de otras razas genéticamente superiores, las feministas de género afirman que tu «·feminidad» te hace objeto de un discurso de sumisión.¿ Y eso pasa por progresista?…………El mundo al revés.
El feminismo se está convirtiendo en una ideología reaccionaria hoy en día. Sus preocupaciones no son materiales ( igualdad y derechos), sino puramente formales y discursivas. Busca instaurar una sociedad con menos libertad, más inhibiciones y sobre todo unidimensional. Curiosamente las feministas ven sexismo por todos lados, como los parapsicológos fantasmas o los censores falta de decoro.
En definitiva que el feminismo de género no deja de ser una forma de pensamiento cada vez más totalitaria. Lo lamento por las mujeres que se dejan engañar por este nuevo neo-puritanismo de género que las trata como » coartadas» para imponer sus aberrantes teorías. El feminismo verdadero es el que el pretende la emancipación de la mujer respecto de situaciones sociales, económicas y políticas de dominación, no una ideología que pretende instaurar una especie de dictadura de la irracionalidad y la estúpida corrección política.
Periodista, licenciado en Derecho y crítico de cine.
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