“One thing was leading to the next
I bit off more than I could chew
I had the power to sign the checks
It wasn’t difficult to do
I couldn’t stay and face the music
So many reasons why
I won’t be sending postcards From Paraguay”
Postcards from Paraguay – Mark Knopfler
Seguramente el maestro Knopfler estaba pensando en delincuentes tipo Madoff y sus estafas piramidales cuando escribía esta canción cargada de ironía. Y, por una vez, su análisis fue conveniente y certero.
No obstante, cuando el otro día vi en Twitter (gracias, Nathalie F. Danelishen) el gráfico que les pego debajo, este tema del otrora líder de Dire Straits vino inmediatamente a mi memoria.
Como pueden observar, la inflación en los Estados Unidos se mantuvo estable durante los siglos XVIII y XIX. No obstante, a comienzos del siglo XX, más concretamente en 1913, se produjo el primer hecho relevante: la creación de la Reserva Federal americana, que comenzó a intervenir en la política monetaria americana. Por cierto, sus injerencias en el mercado monetario fueron el principal desencadenante de la crisis del 29 y no el malvado neoliberalismo que nos invade. Pero eso lo dejamos para otro artículo.
Hasta entonces en el mundo regía el patrón oro, es decir, las autoridades monetarias fijaban el precio de la moneda en términos de una cantidad fija de oro. Este sistema llevaba a una política monetaria sostenible, evitando la manipulación y discrecionalidad de políticos y banqueros centrales.
Así se evitaba que la expansión crediticia y la deuda pública restaran poder al ciudadano. Cabe aquí recordar al influyente autor estadounidense Albert J. Nock quien, en su obra cumbre “Nuestro enemigo, el Estado”, publicada en 1936, definía al Estado como una institución antisocial, que cuanto más crece más pequeña hace a la sociedad.
Esta es pues la historia de un latrocinio, ya que como bien día Nock: “Existen dos medios, y sólo dos, por los que las necesidades y deseos del ser humano pueden ser satisfechos. Uno es la producción y el intercambio de riqueza; éstos son los medios económicos. El otro es la apropiación forzosa de la riqueza producida por otros; éstos son los medios políticos”.
La aventura comienza en 1933 cuando Roosevelt devalúa el dólar. Sigue en 1944, en Bretton Woods, donde se fija un sistema mixto, donde el dólar estaba fijado en términos de oro y el resto de las monedas tenían una paridad semiflexible frente al dólar, con la posibilidad de alterar el tipo de cambio en una banda prefijada (información tomada del blog “Nada es gratis” del Prof. Dr. Tano Santos de la Universidad de Chicago).
Y se desencadena definitivamente en 1971 cuando el presidente Nixon decide romper definitivamente con el patrón oro para financiar la guerra de Vietnam y el déficit comercial de su país. Puede verse como la curva se pone casi vertical aproximadamente en esa fecha y así ha seguido hasta nuestros días.
¿Por qué es importante? Porque la emisión indiscriminada de moneda por parte de los gobiernos no es otra cosa que un impuesto encubierto. El aumento de la masa monetaria provoca una pérdida de poder adquisitivo en los ciudadanos. A más billetes en circulación, menos valen los que lleva usted en su bolsillo. Y de este modo “los socialistas de todos los partidos” (Hayek dixit) financian sus despilfarros. Es un hurto descarado e impune.
Muchos expertos en política monetaria son detractores del patrón oro, llegando a tildar de ignorantes a sus defensores. Sin duda este sistema tiene pros y contras que requieren de un debate a fondo entre expertos. Y está claro que su adopción de forma unilateral por parte de algún país sería un sinsentido.
Pero ya estamos acostumbrados hoy en día, por desgracia, a que se descalifique a todo aquel que se cuestiona lo políticamente correcto. Toca recordar la famosa frase de Evelyn Beatrice Hall, atribuida erróneamente a Voltaire: «Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo».
FERNANDO SICILIA FELECHOSA
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo en 1995. Diploma in Business Studies por la University of Bradford (Reino Unido) en 1994. Máster en Análisis Financiero por la Universidad Carlos III de Madrid en 1998. Diploma in Options, Futures & Other Financial Derivatives por la London School of Economics & Political Science en 1998. Senior Auditor Credit & Operational Risk en Banco Santander, División de Auditoría Interna (1999-2005). Desde abril 2005, Director Gerente de Clínica Sicilia. Máster en Dirección Económico – Financiera por CEF – UDIMA.
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