El lobby público educativo
Lo caída de alumnos ha desatado el terror entre el lobby público educativo, de los profesores de la escuela pública.
Alegan que el menor número de alumnos en la escuela pública debe arreglarse reduciendo el número de alumnos por clase y acabando con los conciertos.
El ratio de alumnos por clase
La reducción paulatina que se ha seguido en el ratio de alumnos por clase ha permitido mantener razonablemente el número de profesores en el sistema público.
Yo, que no me considero un anciano estudié en un colegio privado con 45 compañeros en la misma clase y hoy mis hijos estudian en clases de 25, sin que aprecie una gran diferencia en los resultados con respecto al sistema que vivimos los de la generación del 71, salvo por el inglés que si se ha mejorado bastante.
Las medidas propuestas por el lobby público educativo
Las medidas que propone el lobby público educativo para compensar su pérdida de estudiantes, instrumentalizan a los alumnos en beneficio del colectivo de educadores públicos, pues eliminando conciertos y reduciendo aun más el ratio de alumnos por clase, el único colectivo que mejora su posición con toda seguridad es el de los propios profesores.
Así, los puestos que se quedarían vacantes por la inexistencia de alumnos, pueden mantenerse, tratando a los alumnos como mercancía para evitar la pérdida de empleo público en el sector educativo.
Pretensiones vs modelo educativo liberal
Lo que pretende el lobby no es que usted elija la escuela pública voluntariamente, lo que pretende es que se vea obligado a ello, limitando su posibilidad de elegir lo que cree mejor para usted y su familia.
No oirá nunca a este colectivo defender la libertad de elección de los padres, explicar porque los centros concertados tienen más demanda que los públicos, tampoco les explicarán como puede ser que la plaza pública sea hasta dos veces más cara por alumno que la concertada, ni si quiera hablarán de los peores resultados PISA de la escuela pública frente a la concertada.
Lo único que escuchará es el manido Eslogan de Escuela Pública de Calidad, cuando la despoblación de las aulas de la escuela pública demuestra el desafecto de los usuarios con el sistema público educativo.
Los conciertos educativos o el cheque escolar, esto es, la posibilidad de elección de centro público y privado de forma gratuita, son sistemas extendidos en los países del norte de Europa que presumen de tener los mejores estándares educativos de la UE, pero para el lobby educativo, dejar elegir a los padres y que estos finalmente eligieran la educación privada sería el mayor de sus fracasos.
La verdad sobre los centros concertados y los centros públicos
Faltan a la verdad cuando declaran que los centros concertados fueron pensados para complementar la escuela pública, cuando la realidad es que fue el partido socialista quien incluyó los conciertos, en concreto con la Ley Orgánica 8/1985, más conocida como LODE, para evitar la acusada segregación de entonces entre centros privados y públicos, habilitando de esta forma una vía para influir en mayor medida en la gestión y los programas educativos de centros ajenos a la red pública.
Faltan a la verdad cuando dicen que estando los recursos en la pública no se pueden despilfarrar recursos en la escuela concertada, cuando el coste de la plaza pública es hasta dos veces superior a la concertada, demostrándose año a año que los resultados educativos son superiores en esta última.
Si de lo que se trata es de evitar despilfarros habría que habilitar más plazas concertadas y no rellenar a la fuerza las públicas, más caras e ineficientes, como pretende el lobby.
Faltan a la verdad cuando dicen que las reválidas, para determinar el nivel educativo de los centros, no son adecuadas para los alumnos, cuando lo que se pretende es precisamente que los padres no puedan constatar que centro es mejor que otro para poder enviar a él a sus hijos.
En fin, que como todo lobby, los representantes de los docentes de la escuela pública buscan la defensa de sus propios intereses que no tienen porque ser los de sus hijos querido lector.
Licenciado en Ciencias Económicas, Licenciado en Derecho, Postgrado en Finanzas por la Universidad de Wisconsin. Trabajó en Morgan Stanley, como director de empresas participadas de importante family office. Autor de publicaciones relacionadas con el mundo financiero. Actualmente es socio fundador y mayoritario de despacho de abogados con sedes en Asturias y Valladolid cuya especialidad son las reestructuraciones empresariales.
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