Mi pensamiento liberal consiste en pensar, creer y actuar de la forma siguiente:
El individuo ha de tener prioridad sobre el colectivo.
En principio todos los individuos, mujeres y hombres, tienen mi respeto y creo que funcionan honestamente.
Creo en lo de la soberanía popular mediante: voto igual (sin Ley D´Hont y con circunscripciones pequeñas, una por diputado) y democracia representativa
Los poderes fácticos son agrupaciones, colectivos.
No pueden ser individuos, pero dentro de las agrupaciones, debería existir un mayor individualismo permitiendo la diversidad.
Ahora mismo no es igual que cometa una infracción o delito un grupo de personas o una individual.
La infracción de un individuo se castiga: la de un colectivo depende, no se suele castigar.
Las pensiones
Debería ser el segundo aspecto a modificar en nuestro Estado.
Deberíamos de ir ahorrando a lo largo de nuestra vida laboral para nuestro fondo de pensiones y para ello se deberían ir reduciendo paulatinamente los pagos a la Seguridad Social hasta no pagarse por este concepto.
Las personas recibiríamos o dispondríamos de esas cantidades para ser atendidos por el servicio público o por el privado al coste y calidad que resultaran.
De este modo desaparecería el Estado benefactor, pasando a ser las personas los que salimos adelante con nuestros propios medios, como resulta ser en el fondo.
La educación
Es fundamental para la persona y para el Estado.
Debe copiarse un sistema que esté siendo eficaz en alguno de los países de nuestro entorno y con el máximo consenso político, aplicarlo.
Debe huirse del sectarismo: de que cada uno cuente la historia según le convenga políticamente.
El Estado central debe controlar la correcta ejecución de la Ley que se imponga en todo el Estado.
En una democracia todos deben tener acceso al conocimiento porque son actores de los destinos que tome la sociedad y de esa forma entenderán mejor su entorno y serán más libres.
La poca educación lleva a la dependencia y al pesebrismo.
El más capaz ha de dar más a la sociedad que el menos capaz y recibir su compensación.
El imperio de la Ley
Hacer las Leyes en libertad y hacerlas cumplir.
No permitir la derogación, sino hacer una nueva Ley que sustituya a la que está en vigor.
La pobreza, y el reparto de la riqueza
El liberal tiene que ser solidario. La solidaridad es, además, constitucional.
Hace años el liberalismo, no entraba en esas cuestiones.
El mercado lo arreglaría.
Ahora creo que tiene que hacerlo y contemplar, desde su ideología, cómo llevarlo a cabo.
En un Estado desarrollado no pueden existir ciudadanos de pleno derecho, desatendidos.
Han de fijarse niveles y procedimientos de reinserción, con formación y ayuda económica nunca vitalicia, salvo en casos excepcionales.
Empresas, sindicatos, profesionales, oficinas de empleo públicas y privadas tienen que estar comprometidas en ofrecer puestos de trabajo unos y cualificación otros.
La estructura del Estado
No, a la empresa pública salvo coyunturalmente.
Los servicios públicos serían proporcionados por empresas privadas.
El Estado tiene que reducir su peso en el PIB prescindiendo de las empresas públicas y aumentando el control.
Un mayor gasto de una Comunidad Autónoma debe ser financiado con los impuestos Autonómicos, no con los nacionales.
Uniformidad Fiscal vinculada estrechamente a la aconsejada por la Unión Europea que esperemos sea, en breve plazo, obligatoria en toda la Unión.
El Mercado y la Propiedad Privada, son constitucionales y son las herramientas más importantes para fomentar el progreso.
Progreso que lo que hace es tirar de las capas sociales más bajas y crear riqueza para más personas que antes.
La sanidad y los servicios sociales
No me extiendo con la sanidad porque la actual es mejorable, pero está en una buena línea de servicio.
La acción social debería asemejarse a la sanidad y para ello debería disponer de:
- Ley de Acción Social
- Censo de personas necesitadas de esa acción
- Profesionales para realizar la acción ( podrían estar integradas las ONG´s)
- Centros asistenciales para acoger, alimentar y dar formación (siempre ésta formación muy vinculada a la Empresa Privada)
La asistencia tiene que considerarse temporal, salvo casos excepcionales que podría ser considerada crónica.
Es necesario vigilar el exceso de protección porque puede acarrear falta de implicación y esfuerzo en ese tirar, ese crecer y mejorar.
La similitud es clara con la sanidad: al enfermo se le atiende, se le cura y se le devuelve a su casa.
Lo mismo con la acción social.
Los emigrantes, lo mismo.
Sólo los emigrantes legales.
A los ilegales se les identifica, se les atiende y se les devuelve a su lugar de procedencia donde debe existir relación bilateral con España y la UE para reinserción.
MANUEL MARTÍNEZ DE AZCOITIA FERNÁNDEZ
Doctor Ingeniero Naval por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales. Universidad Politécnica de Madrid. Decano Territorial del Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos en Asturias.
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