Estamos al descanso de un emocionante partido de fútbol. El colectivismo gana por tres a cero a las ideas de la libertad. El colectivismo está jugando de manera inteligente, está ejerciendo una presión intensa, todos los jugadores forman un bloque compacto y motivado, tienen a la hinchada comiendo de su mano. Han logrado tres goles a base de estar metidos en el partido, y de controlar la situación a pesar de los agarrones, faltas disimuladas, piscinazos que no son tan raros en esta competición.
Las ideas de la libertad, los liberales, tienen grandes estrellas y siempre tuvieron un grupo de entusiastas fiel, pero esta temporada pierden partido tras partido y el año que viene muchos no les esperan en la competición.
¿Que ha pasado? La mitad del equipo ya no es fiel a los colores, y trata de ganarse la simpatía del eterno rival, el colectivismo. La otra mitad quiere hacer el partido por su cuenta, valiendose solo de su calidad individual. Los libertarios, conservadores, liberales clásicos no se pasan el balón entre ellos, no se desmarcan. De vez en cuando algún liberal ataca a la contra y consigue salir en alguna tertulia de televisión, pero no atina a portería.
La afición también esta dividida, muchos de ellos no quieren saber más de su equipo de toda la vida, ya no son socios, les da pereza ir al estadio, se quedan en casa. El partido sigue siendo once contra once, pero los liberales y conservadores de toda la vida se ven pequeños e inferiores en numero, y eso les desmotiva.
Por suerte en la defensa, quedan jugadores valientes y con físico, los liberales posibilistas. Jugadores de cantera, que no se decantan por un estilo o por otro sino por contar con todos para derrotar al totalitarismo. Desde la defensa, en la retaguardia del equipo, hacen el ultimo esfuerzo para evitar que el colectivismo tire a puerta contra nuestro estado de derecho.
Esta trinchera de liberalismo es la base de la renovación del conjunto. Jugadores comprometidos con dar la batalla de las ideas y jugar en equipo. Jugadores que no se frustran y desisten cuando pierden un partido tras entrenar duro toda la semana. Jugadores que vuelvan a ilusionar a la afición para que llene el campo. Liberales, esto es una carrera de fondo. Nos quieren hacer creer que no, pero seguimos siendo once contra once, unidos podemos ganar este partido.
SANTIAGO ARTURO TAIBO CASTAÑÓN (Gijón, 1997)
Estudiante de Marketing y Finanzas. Entrenador.
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