Pocos días atrás, la presidenta de Foro Asturias, señora Cristina Coto, presentó un “Plan de Fomento de la Natalidad”. La propuesta consiste en un subsidio de 150 euros mensuales por cada hijo hasta que cumpla 18 años, más una ayuda de 2.000 euros y una deducción de 600 euros en la cuota autonómica del IRPF por nacimiento. La señora Coto justificó la propuesta de nuevas ayudas en que países como Alemania, Francia y Finlandia otorgan subsidios similares.
Me parece que este Plan de Foro Asturias parte de un diagnóstico errado. Además, creo que el otorgamiento de nuevos subsidios no haría más que profundizar los males que han llevado a Asturias a su actual postración.
Es cierto que en Asturias nacen cada vez menos niños. Pero eso ocurre porque las personas en edad de procrear se van o están pensando en irse de Asturias. ¿Y por qué se van o piensan en irse? Porque no hay oportunidades de empleo y menos aún de una carrera profesional. Esa falta de oportunidades tiene relación directa con el escaso número de empresas (Asturias es la autonomía con menos empresas por habitante).
En ese contexto, ofrecer una ayuda de 150 euros mensuales no va a revertir la tendencia demográfica porque no contribuye en nada a la creación de empresas. Incluso, podría ser contraproducente: los 10,8 millones de euros que Foro Asturias estima que costaría este Plan en su primer año serían una nueva carga sobre los contribuyentes, ahuyentando aún más a los emprendedores.
Los países que cita la señora Coto tienen una presión tributaria mucho mayor que la de España. En Finlandia es del 54% del PIB, en Francia del 53% y en Alemania del 45%. En España no llega al 38%. ¿Hay que entender que Foro se pliega al argumento socialista de que en España se cobran pocos impuestos? ¿Propone Foro, implícitamente con este Plan, subir los impuestos? ¿O sugiere financiarlo con más déficit y deuda pública?
Más allá del error de diagnóstico y del impacto económico contraproducente, el Plan de Natalidad de Foro implica aceptar la noción socializante de que todo, incluso la decisión de procrear, puede estar bajo la planificación del burócrata de turno. También conlleva la aceptación de la idea socialista de que el Estado está para quitar a unos y darles a otros. Si se pagan con los impuestos de quienes trabajan, las ayudas propuestas por la señora Coto implican apropiarse de parte del fruto del trabajo ajeno para entregárselo a otros.
Cosa distinta son las desgravaciones fiscales (única parte rescatable de la propuesta), pues significan que quienes trabajan podrán disfrutar en mayor proporción del fruto de su propio esfuerzo. En materia demográfica, solo se justifican las ayudas directas a la adopción, no solo por obvias razones humanas, sino porque reducen la necesidad de intervención estatal.
El Plan de Natalidad de Foro es una combinación del “cheque-bebé” de ZP y la renta básica de Podemos, que parte de un diagnóstico equivocado, no solucionaría el problema demográfico y acepta nociones socializantes contrarias al progreso social. En suma, sería contraproducente.
¿Alguien imagina una población menguante en EE.UU., Canadá o Australia? Por el contrario, son países que no pueden aceptar a todos los inmigrantes que quieren entrar. Cuando la economía va bien, hay confianza en el futuro y las familias, naturalmente, deciden agrandarse. Además, los que viven fuera se sienten atraídos. Cuando un nuevo gobierno arregle la economía asturiana, postrada por tantos años de socialismo, los que se fueron volverán y serán menos los que se quieran ir. Y la población, sin necesidad de más impuestos ni gasto público, crecerá.
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