El gobierno acaba de aprobar un Ingreso Mínimo Vital (IMV) para “luchar contra la pobreza extrema”. Tan acuciante considera la situación, que pagará de oficio esta nueva prestación a todos los beneficiarios de las “rentas mínimas” autonómicas (si el lector lo desconoce, le aclaro que en todas las autonomías ya existe una prestación similar).
Se da por sentado que hay una extensa situación de “pobreza extrema” en España. Pero, ¿cuántos pobres hay en España? Las estadísticas hablan de “personas en riesgo de pobreza y exclusión social” (AROPE, por sus siglas en inglés). Es un matiz importante: estar en “riesgo de pobreza” no es lo mismo que ser pobre. Sin embargo, los socialistas de todos los partidos utilizan ambos conceptos como sinónimos, para justificar decisiones ideológicas.
El colectivo de personas AROPE es la suma de tres grupos: a) quienes están en riesgo de pobreza (los que ingresan menos de un 60% del ingreso mediano); b) quienes sufren privación material severa y c) quienes viven en hogares con muy baja intensidad laboral (personas de entre 18 y 59 años que trabajan menos del 20% de las horas que podrían trabajar).
Las personas AROPE son el 26,1% de la población en España, según datos de Eurostat. De ahí que los socialistas de todos los partidos hablen de “12 millones de pobres”. Sin embargo, más correcto sería interpretarlo como gente que sufre algún tipo de estrechez económica. De hecho, Eurostat explica que “AROPE no mide riqueza o pobreza, sino bajos ingresos en relación con otros residentes del país, lo que no necesariamente implica un bajo nivel de vida”.
Como referencia, la población AROPE es 17% en Austria, Holanda, Francia y Dinamarca, 18,7% en Alemania, 23,1% en Reino Unido y 27,3% en Italia. La media de la UE es 21,8%. ¿Alguien se atreve a decir que más de una de cada cinco personas en Europa es “pobre”?
Una forma más clara de ver este tema es referirnos a los datos de privación material. Esta privación se analiza desde dos ángulos distintos: a) bienes duraderos y b) estrechez económica.
La dimensión “bienes duraderos” analiza la tenencia o no de siete ítems: teléfono, TV color, ordenador, lavadora, automóvil, Internet y ropa nueva (para reemplazar ropa ya desgastada). Está en privación material severa quien no puede pagar al menos cuatro de estos ítems. El 91,2% de los españoles dispone de TODOS ellos y hay un 6,9% adicional al que solo le falta uno. En particular, el 99,9% de los españoles dispone de teléfono, TV color y lavadora. ¿Ese es un país con “12 millones de pobres”?
Los datos de “estrechez económica” nos dicen que el 96,4% de la población come proteínas al menos día por medio y que más del 90% paga sin problemas su hipoteca/alquiler y servicios públicos.
Los indicadores de vivienda son mejores en España que en la media europea. Mientras que aquí hay 1,9 habitaciones por persona (lo mismo que en Dinamarca y Finlandia), en la UE hay 1,7 y menos aún en Austria, Italia y otros países. El porcentaje de la población española que sufre “privación severa de vivienda” (adultos que no sean pareja comparten habitación en viviendas oscuras o con goteras o que tienen el baño fuera) es de 1,5% (el 7º mejor dato europeo), mientras que la media de la UE es 4%.
Entonces, ¿cómo es que, con todos esos datos, la población AROPE sea de 12 millones de personas? En esencia, porque entre los indicadores de “estrechez económica” aparece que un 34,2% de los españoles no puede irse una semana de vacaciones y que un 35,9% no puede pagar gastos inesperados. No nos confundamos: no son proporciones alejadas de la media de la UE (28,5% y 32,5%, respectivamente).
En España hay gente que la pasa mal y muchos podrían estar mejor. Pero de ningún modo es un país con millones de pobres extremos. Los datos de pobreza no justifican el IMV, que además de insostenible financieramente, es injusto en lo social y crea incentivos perversos. Su justificación real es política: los socialistas esperan retener votos y los comunistas seguir avanzando en su agenda bolivariana, maximizando el número de personas dependientes del estado. En el camino, todos vamos perdiendo libertad.
Diego Barceló Larran, director de Barceló & asociados
@diebarcelo
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