Hechos públicos los principales puntos del programa económico del PSOE, tenemos, nuevamente, más de lo mismo, más gasto y más presión sobre el contribuyente. De forma muy resumida, podemos decir que sus pilares fundamentales son el incremento de la recaudación en 25.000 millones de euros, el incremento de la tributación de la gran empresa, especialmente aumentado la base del Impuesto sobre Sociedades, los incentivos al incremento de tamaño de las empresas y el impulso de entidades y organismos enfocados al impulso de actividades de I+D+i.
No hay sorpresas en un programa enteramente socialdemócrata, como efectivamente se autodefine, cuya base es la consideración de que los impuestos no son excesivos y los incentivos a la economía han de venir desde el impulso del gasto. Sí es cierto que comenta tibiamente la necesidad de otra fiscalización y control pero, por supuesto, sin perder de vista la supuesta necesidad de gastar más. Así lo ratifican los datos que se ofrecen, con un déficit objetivo a final de legislatura de un 1% y con un incremento de recaudación de 25.000 millones, la ecuación solo cuadra si la última variable de la misma, el gasto público, se incrementa.
Partiendo de la base de que la carga fiscal en España es inferior a la de otros países europeos, se concluye que existe margen para recaudar más. Por supuesto, obviando que el PIB per cápita PPA (paridad poder adquisitivo) es inferior en nuestro país, por ejemplo, ya que está de moda hablar de estos países, en un 20% respecto a Suecia o un 40% respecto a Holanda. Obviamente, estos países soportan de otra manera una carga fiscal equivalente.
Y, evidentemente, todo ello en contra de las políticas que se están mostrando efectivas en la praxis como las de Irlanda o Inglaterra, con tipos impositivos por Sociedades con notorias bajadas. Y, queriendo olvidar más cosas, no hay un problema objetivo de recaudación por este impuesto actualmente, según datos de la AEAT, es el impuesto que más ha incrementado su recaudación, un 15,9% en 2014 y un 15,8% esperado para 2015. Por supuesto, también hay que recurrir a la falacia para criminalizar la gran empresa, que es lo cool y progre, con su propuesta de tributación mínima para este perfil de empresa de un 15% en el Impuesto sobre Sociedades. Actualmente están soportando, en general, una carga fiscal entorno al 20%, en contra de la popular idea de que solo pagan el 3,5% de sus beneficios, otra cosa es que pretendamos que dejen en España una recaudación por rentas obtenidas en otros países, hecho que implicaría una inviable eliminación de la exención por doble imposición, no se les puede obligar a tributar dos veces. Igual es lo que pretenden los socialistas, para criminalizar todavía más a esas empresas cuando se marchen de nuestro país, empresas que, recordemos, emplean a un millón y medio de trabajadores.
Respecto de I+D+i, uno de los asuntos en que más se extiende el programa, no parece importan el incentivo a la iniciativa privada, por ejemplo, incrementando las pírricas deducciones fiscales actuales por este concepto, mejor con dinero público, más y mejor estructura clientelar.
Al final, la realidad es que no interesa copiar modelos externos que se están mostrando efectivos a la hora de crear empleo y, con ello, aliviar las cuentas públicas y encaminarse a una mayor prosperidad, como la fiscalidad de Irlanda, la flexibilidad laboral actual de Italia o las coberturas sociales de Holanda. No interesa un país de todos más ricos y con menor cantidad de pobres, interesa el sostenimiento de las macroestructuras del Estado para el buen vivir de todos los que de ellas dependen, pero el manto de cobertura para dar otra apariencia es muy sólido y cada vez más sofisticado. Pero así no avanzamos, o lo hacemos hipotecando el futuro.
Tomar como ejemplo el programa del PSOE se debe a que acaba de hacerse público, pero no implica el beneplácito con otros. El soporte del actual crecimiento español es la reforma del sistema financiero y su mayor solvencia con el apoyo de la bajada del precio del petróleo y una mayor confianza de los consumidores (lo cual explicaré en otro momento si procede), pero por lo que toca a otros asuntos, observamos una oportunidad perdida por el PP, porque las reformas estructurales prometidas ha sido muy tibias y las cifras de deuda cantan por si solas, una austeridad que de ella tiene únicamente su nomenclatura. Y si nos vamos a las propuestas de Ciudadanos y no digamos ya de la quiebra que propone (pretende) Podemos, no encontramos un panorama muy diferente. Lo cierto y verdad es que nuestra sociedad o reacciona y demanda otro tipo de alternativas o solo nos queda ir mirando hacia otros países con cara de envidia al ver sus resultados.
LUIS J. BLANCO GUTIÉRREZ
Economista. Licenciado CC. Económicas Universidad de Alcalá de Henares. Colegiado del Ilustre Colegio de Economistas de Madrid. Empresario. Consejero de Portfolio Holding, grupo empresarial portugués. Anteriormente, director financiero de grupos inmobiliarios e industriales.
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