El número de perceptores del “salario social” aumenta todos los años pese a que la economía está en crecimiento desde hace casi un lustro. En 2012, cuando comenzó a gobernar el señor Javier Fernández, cobraban esta prestación 8.400 personas; en la actualidad, lo hacen 22.600. Además, hay 1.500 solicitudes en trámite, por lo que en pocos meses superarían las 24.000 personas.
Que se haya duplicado el número de perceptores del “salario social” en el mismo período en que la economía comenzó a recuperarse, hizo pensar a algunos que había un “error de diseño”. Yo lo negué desde estas mismas páginas: no hay error de diseño alguno; el “coladero” del “salario social” es un efecto buscado por el gobierno socialista, que espera mantenerse en el poder mediante ese “voto cautivo”. Se trata de repetir la estrategia que permite que el socialismo se mantenga en el poder en Andalucía desde hace décadas, pese a los pobres resultados de su gestión.
Consentir la inflación en el número de perceptores del “salario social” permite al gobierno socialista mostrar una tasa de paro inferior a la real. ¿Cómo es posible que la autonomía con menor número de empresas en relación con su población -Asturias- tenga una tasa de paro inferior a la de comunidades con mayor parque empresarial -Galicia, Valencia, etc.-? ¿Cómo es posible que Asturias tenga una tasa de paro inferior a la media nacional? Esa es, precisamente, la “magia” del “salario social”: transforma 22.600 parados en inactivos, que no cuentan en la tasa de paro.
La verdadera tasa de paro es unos 5 puntos porcentuales mayor a la que dicen las estadísticas oficiales y ronda el 20% (además de la “magia” del “salario social” hay que añadir el efecto del sector público autonómico sobredimensionado). Un nivel de paro similar al de Canarias y Castilla-La Mancha, que solo es superado por los de Extremadura y Andalucía (el modelo a seguir).
Un dato oficial confirma la adulteración de la tasa de paro asturiana. Si nos referimos solo al paro de los inmigrantes (tienen más difícil acceder al “salario social”), Asturias tiene la segunda mayor tasa de paro de todas las autonomías (33%).
Cuando yo exponía esta idea, muchos me dijeron que no era correcta porque uno de los “requisitos” del “salario social” era la búsqueda activa de empleo. El propio gobierno socialista me da ahora la razón. Ya de retirada y sin vergüenza alguna, prepara una “Ley de Garantía de Derechos y Prestaciones Vitales”, que en sus artículos 22º y 27º dice que “las personas destinatarias del salario social estarán obligadas a participar activamente en la ejecución de las medidas contenidas en el programa personalizado de incorporación social y laboral”, cosa que “deberá acreditarse”.
¿No era la búsqueda de empleo un “requisito” del “salario social”? No: el gobierno socialista admite que, al menos hasta ahora, el “salario social” se cobraba sin exigirse nada a cambio. De paso, la nueva ley crea otro organismo (siempre habrá lugar para nuevos enchufados): el “Sistema Asturiano de Garantía de Derechos y Prestaciones Vitales”.
La guinda del pastel es que el “salario social” se incrementará con complementos para el pago de vivienda, protección de menores y personas dependientes o con discapacidad, que además subirán de forma automática, cada año, según el IPC. Nada hay más generoso que un político socialista que se va para no volver (con dinero ajeno, se entiende).
Si el “salario social” ya era una “bomba de relojería” que Javier Fernández dejaba en el despacho a quien lo suceda, estos nuevos cambios, de ponerse en práctica, añadirán a esa bomba una carga nuclear. Una carga que explotará si la ciudadanía comete la imprudencia de elegir un gobierno socio-comunista-bolivariano, o que tendrá que desactivar con mucho cuidado un gobierno liderado por el PP regional.
Artículo original publicado en El Comercio (edición papel) el 5/8/2018.
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