Las corrientes del Marxismo
Todo el poder ético de las corrientes ideológicas que beben del Marxismo, toda su supuesta superioridad moral, se basa en saber manejar mejor que nadie dos cosas: la semántica y la retórica.
Discursos, eslóganes, frases hechas…palabrería al fin y al cabo que pretende llegar al corazón de la gente sin pasar por la cabeza.
La historia ha demostrado ya en demasiadas ocasiones que cuando se pretende llevar a puerto toda la musicalidad de su teoría política, el resultado siempre es el mismo: hambre, opresión y miseria.
Y una vez llegado al estadio donde la realidad se impone, no les queda más remedio que tirar del plan b: echarle la culpa del desastre a otros (el Capitalismo, los Yanquis, la Merkel, etc.).
La Cuba de Castro
Hoy se ha muerto el penúltimo de los grandes caudillos comunistas, dejando detrás de sí el enésimo experimento fracasado de sociedad igualitaria y libre.
En Cuba son todos igual de pobres (menos Castro y su familia) y no hay nadie libre.
Con el Comandante muere también el maestro de la semántica y la retórica, el hombre de los discursos eternos, el creador de frases impactantes repetidas hasta la saciedad por sus acólitos, el tirano de la palabrería infinita.
En Fidel se refleja además mejor que en ningún otro sátrapa comunista la diferencia entre las palabras y los hechos, entre el verbo y lo empírico, entre la ilusión y el engaño.
Los discursos de Fidel Castro
Cada uno de sus emotivos discursos con los que llegaba al corazón de millones de personas en todo el mundo tenía un reflejo maldito en el espejo de la realidad que él mismo creó en Cuba.
Patria o muerte
Significa en el día a día de los cubanos autarquía y aislamiento exterior. Les impide participar de un mundo global lleno de interconexiones y oportunidades, y les condena a que un solo hombre decida qué es lo mejor para todos.
Hasta la victoria siempre
Traslada al pueblo cubano el mensaje claro de que se van a morir de hambre y pena antes de que haya la más mínima posibilidad de que el dictador gire el rumbo de la isla y cambie sus políticas.
Esta es la revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes
Les acerca a la realidad en la que viven: todos son igual de pobres.
Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada
Significa que nadie puede levantar la voz, que no existe libertad de opinión ni pluralismo político. Que sólo hay una idea, y quien no la acate que se prepare para las consecuencias.
La prensa escrita, las televisiones, la cultura…todo lo domina el régimen, y quien no está conmigo, está contra mí; todo el mundo sabe lo que significa eso en una dictadura.
Es una fortaleza sitiada, toda disidencia es traición
Justifica la opresión, asesinatos selectivos, cárcel y toda la maquinaria desplegada contra cualquiera que ose hacer oposición.
La verdad de los discursos de Fidel Castro
Los discursos son muy bonitos, pero crueles en el fondo porque se verbalizan contradiciendo todo lo que de verdad traen.
El aislamiento le sirve a Castro para que la gente no sepa cómo se vive fuera, a sólo cuatro pasos de allí en un mundo capitalista.
Pero cada vez es más difícil silenciar la realidad, todos los cubanos conocen a alguien que se tiró a la mar en una lancha de goma por tratar de encontrar la libertad y la prosperidad que significan los Estados Unidos, pero nadie conoce ni a uno sólo, ni siquiera el más pobre de los habitantes de la península de la Florida en USA que se la haya jugado por llegar al paraíso comunista.
La semántica cada vez es menos creíble, la retórica cada vez más cansina.
Una familia media cubana en Miami vive con coche, móviles, acceso a internet, televisión con cientos de canales de todas las ideologías, y la posibilidad de utilizar su trabajo y su esfuerzo no para servir a un régimen, sino para servir al futuro de sus hijos.
No hay color, los hechos contradicen a las palabras y ese es el principio del fin del engaño masivo.
Las promesas de Fidel Castro
Castro como tantos otros líderes de izquierda prometió “todo para el pueblo”, pero al pueblo sólo le llegan cartillas de racionamiento.
Prometió liberarles de un tirano justo cinco minutos antes de comenzar su tiranía.
Prometió un paraíso y convirtió Cuba en un infierno del que sólo se puede salir arriesgando la vida.
Estados Unidos al final del camino como faro de libertad, como siempre en su corta historia, refugio de todos los que huyen de cualquier otra parte del mundo, en esta ocasión sin pasar el control de la Isla de Ellis.
La historia no le absolverá.
Yo le condeno, en el nombre de sus víctimas.
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